Alejandro Páez Varela
15/08/2022 - 12:08 am
“Esos”
Si los matamos, si sacamos la pistola humeante para rematarlos, otros detrás de ellos, atentos a su ejemplo, ocuparán su lugar.
Es difícil, para un ciudadano cualquiera –yo entre ellos–, interpretar qué está pasando con el crimen organizado en México. Por qué el estallido de esta semana y por qué, como vimos, en algunos focos de violencia hubo atentados directos contra civiles. Primero habría que definir si el ataque en Baja California está motivado por las mismas razones que los de Chihuahua, Jalisco o Guanajuato, y no los apunto en un orden particular. Y segundo, qué motivó que se lanzaran acciones terroristas contra inocentes en Ciudad Juárez, violando una cierta lógica criminal de no tocar la “base social” porque, para algunos grupos al margen de la Ley, es su “muro de contención”.
Cualquier análisis debe despejar una primera capa de la neblina mediática. Los incendios de vehículos y negocios; los bloqueos y los ataques coordinados en zonas urbanas no son nuevos. Se padecieron con los gobiernos de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y ahora con Andrés Manuel López Obrador. Claro que hay más ruido hoy que en el pasado, porque una buena parte de la prensa y una gran cantidad de los académicos que antes eran fuentes confiables están en contra del Gobierno de izquierda y sus interpretaciones quedan comprometidas por tendencias personales.
Algunos de estos episodios del pasado reciente permiten advertir que en la mayoría de los casos se trata de una movilización que responde a acciones del Gobierno. El 7 de noviembre de 2008, cuando fue detenido en Reynosa Jaime González Durán, “El Hummer”, un exmilitar fundador de Los Zetas, hasta con patrullas de la policía local bloquearon las avenidas para evitar que fuera trasladado al aeropuerto. En junio de 2010 –es otro ejemplo–, en Monterrey, hombres armados secuestraron autobuses y los atravesaron en varias de las principales avenidas de la ciudad por el arresto de otro capo. Y lo mismo el 1 de mayo del 2015: los jefes se sintieron amenazados y, en respuesta, además de los aparatosos incendios de camiones y vehículos atravesados en avenidas, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) derribó un helicóptero de la Fuerza Aérea con un lanzacohetes y mató a ocho militares y a un policía federal en el municipio de Villa Purificación, Jalisco.
Hay un primer dato, innegable: la “base social” es movilizada cuando los jefes de sienten amenazados. Esto nos dice que, al menos en Guanajuato, Jalisco y Baja California, hubo una demostración de fuerza porque los capos del Cártel Jalisco Nueva Generación sintieron que los están cazando, después de que la Secretaría de la Defensa Nacional irrumpió en una reunión. El mensaje de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, es el mismo que en el pasado: está molesto porque lo molestan. Ojo por ojo contra las autoridades encargadas de la seguridad nacional. Obvio no es un mensaje contra las policías locales, que casi siempre están compradas, sino contra las federales por atreverse a vigilarlos.
Separaría el caso Ciudad Juarez. No sólo porque hubo una actitud atípica del crimen organizado respecto al resto de las ciudades con violencia –ataque directo a civiles, actos de terrorismo–, sino porque se dieron motivaciones locales (el enfrentamiento en el Cereso) a las que respondieron grupos delincuenciales locales, como los Mexicles o los Artistas Asesinos. A esa tensión local debe agregarse la persecución de José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, quien el 20 de junio asesinó a dos sacerdotes jesuitas y a otros dos civiles en Cerocahui, Urique, Chihuahua. Las bandas serranas están conectadas con las de Juárez y ellas, a su vez, con dos grupos en disputa desde tiempos de Felipe Calderón: La Línea y el Cártel de Sinaloa. El tipo de reacción, sin embargo, se parece mucho a la de los grupos criminales nacionales: causar inestabilidad social como respuesta a las autoridades por acciones que no les favorecen.
Desprendo, entonces, otros datos hasta aquí: el Cártel Jalisco exhibió su músculo social en Guanajuato, Jalisco y Baja California, mientras que las pandillas locales de Ciudad Juárez hicieron lo propio, por las lógicas aplicables a Chihuahua.
Claro que si recurrimos a los analistas molestos con López Obrador (académicos, periodistas u/y otros simpatizantes de la oposición), la culpa es de la política de seguridad federal, como un todo. El deseo de que vaya mal compromete su capacidad para analizar los acontecimientos y lo que vimos la semana pasada, en su óptica, es única y exclusivamente culpa del actual Gobierno federal. No se busca explicar lo que sucede: se busca acomodar hechos, medias verdades y mentiras de tal manera que se pueda señalar directamente al Presidente. No se dice, por ejemplo, que lo que vimos no es nuevo y que los criminales no aprendieron esta semana a presionar con bloqueos y ataques a vías de comunicación. ¿Para qué analizar las lógicas criminales si se puede resumir todo en el supuesto fracaso del esfuerzo federal, o en el supuesto compromiso de AMLO con el narco?
Queda todavía mejor explicado cuando se revisa el ataque a las tiendas de conveniencia, que se repite una y otra vez en las últimas dos décadas. Para intentar manchar a López Obrador lo ligan a razones políticas. Dicen que se atacan los Oxxo, que pertenecen a Femsa, porque el Presidente ha obligado a sus dueños, como a todos los grandes corporativos, a que paguen impuestos. No se dice que esas no son las únicas tiendas atacadas por el crimen organizado y que por simple matemática son las más visibles: hay 20 mil locales en todo el país, por encima de todos los Starbucks en Estados Unidos y apenas abajo de las 24 mil Subway regados en aquel país.
La cultura de los memes le viene muy bien a la oposición del Presidente, sean académicos, políticos o periodistas: tres o cuatro palabras ingeniosamente acomodadas para sustituir el análisis. Eso no ayuda a comprender lo que sucede pero ya no importa: de lo que se trata es de manchar con ánimo electoral, es decir, manchar con ganas de que ayude a ganar elecciones.
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Tampoco ayuda decir que estamos muy bien y voltearnos a otro lado. No le ayuda, sobre todo, al Presidente. Se entiende que encontrar análisis sin dolo es una tarea exhaustiva en estos tiempos; pero hay que, al menos, hacer el intento por quitar la neblina mediática y razonar sin pasión. Lo que nos dice la semana pasada es que el crimen organizado tiene capacidad para usar segmentos de la población, reducidos, para generar terror en las mayorías. Y reconocerlo es parte de la búsqueda no sólo de la verdad, sino de soluciones de fondo.
Claro que a muchos con corazón de derechas les encantaría que se respondiera con grueso calibre a la base social del crimen. Curioso, porque son los mismos que denuncian la militarización del país. Pero es justo en esa paradoja donde se debilita su propia voz: dicen que no quieren militares, pero les encantan, como les encantaba la pistola humeante de Calderón, o la de Peña.
Y aquí entramos a los terrenos una ética posible. Sabemos que los criminales han ocupado espacios donde el Estado se ha ausentado; y no son los treinta o cincuenta que salieron por orden de uno o varios capos a bloquear avenidas o a quemar negocios: son esos muchos que crecieron en un mundo donde los caciques y los “jefes” son la ley, con minúscula, y que no tienen más opción que doblegarse a su cultura criminal. ¿A dónde salieron corriendo “El Chueco” y sus socios? A la frontera entre Chihuahua y Sinaloa, adonde pocos se atreven a ir, adonde no hay instituciones visibles. Pero si el Presidente pone un pie en Badiraguato es porque ya se doblegó al Cártel de Sinaloa. Esa acusación simplista hace más daño del que parece: se denuncian zonas donde el Estado no tiene presencia, pero cuando el Estado quiere hacerse sentir, dicen que es por asociación delictuosa. Porque no se trata de denunciar: se trata de hacer daño político. Y al hacerlo son capaces de cortarse una mano para gritar que el Gobierno no hace nada contra los que cercenan manos.
Lo que vimos esta semana, sin embargo, es una confirmación de que hay segmentos de la población que requieren ser rescatados del poder de los grupos criminales. Que hay jóvenes que sirven de base social y que están allí, listos al llamado de los “jefes”. Son los que no reconocen al Estado como autoridad. ¿Y cómo se responde al reto que representan? Como ya vimos, si se les responde a balazos van a responder a balazos, e incluso van a irse contra las poblaciones civiles, como en Juárez o en otras partes del país, para dramatizar su poder de respuesta. Y como ya vimos, si se les acaba con gruesos calibres vendrán otros a sustituirlos, cada vez más jóvenes, porque son miles y miles los que fueron abandonados históricamente por el Estado y porque simplemente no tienen más opción que obedecer a su figura (malentendida) de autoridad.
Contra todo lo que muchos educados en el calderonismo y en el peñismo quisieran, lo que nos dice la semana pasada es que se necesita ir por esos que sirven de base de apoyo y rescatarlos para bien. No darlos por perdidos porque si los matamos, si sacamos la pistola humeante para rematarlos, otros detrás de ellos, atentos a su ejemplo, ocuparán su lugar. El dinero del crimen no tiene fin, ni en México ni en Estados Unidos, ni en ningún lado. Y entonces será un cuento de nunca acabar. La matanza sin fin.
Al mismo tiempo, lo que nos dicen los eventos de la semana pasada es que el Estado debe ir por los que organizan a la base social; que la tienen secuestrada y le suministran drogas, armas, dinero y educación criminal. Porque si los “jefes” operan con impunidad, entonces se le dice a la base social que ser “jefe” es admisible y es rentable. Que ser como ellos está bien, es aceptable y es una meta viable. El Estado debe ir por los “jefes” y presentarlos ante la justicia pero a la vez debe darle otros ejemplos de éxito a las bases que están atentas y dependen de ellos. Ejemplos de éxito en sociedad. Y eso no lo garantiza un modelo económico que privilegió a una élite y donde la lección es que entre más corrupto e inmoral se es, más se escala en una sociedad.
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A muchos les gusta el discurso del “esos son los que matan, secuestran y venden drogas a nuestros hijos”. Esos son, decía Felipe Calderón. Y quedó probado que muchas veces lo hizo sin pruebas. Pero como ya estaban supuestamente ubicados, a darles con todo: a perforarles el pecho a balazos.
El problema es que “esos”, a los que Calderón y sus miles de simpatizantes quieren ver escurriendo sangre en las calles, son hijos de alguien y llegaron a la condición de parias sociales porque fueron justamente tratados como “esos”. El Estado les dio la espalda, y –en esa lógica– merecen ser ejecutados por el Estado, incluso por la espalda.
De la semana pasada rescato una historia: la de los Artistas Asesinos. Estuvieron involucrados –creo que fueron las víctimas– en la violencia del Cereso de Ciudad Juárez. Son sicarios, matan. Pero no nacieron sicarios.
Con la llegada de la industria maquiladora a esa frontera, que privilegia la contratación de fuerza laboral femenina, muchos de ellos crecieron en las calles, hijos de madres solteras (un fenómeno aparte que vale la pena revisar después, a fondo). Esos muchachos se volvieron artistas del grafiti y así crecieron, como artistas callejeros. Pero fueron madurando y en 2007, cuando llegó Gente Nueva del Cártel de Sinaloa, los contrataron y los entrenaron como sicarios. Tuvieron un rol importante en la guerra contra el Cártel de Juárez. Menores de edad, fueron cayendo presos y terminaron su entrenamiento tras las rejas. Entrenamiento de sicarios, por supuesto. Pudieron ser Jean-Michel Basquiat o Banksy. El Estado les dio la espalda, a ellos y a sus familias.
Me sorprendió saber que todavía hay “doblados” (viene de “doble a”). Habrá pocos de aquellos; la mayoría murió en su juventud. Me sorprendió porque eso significa que han logrado instruir a otros, a sus hermanos menores y a primos, a sus vecinos. Seguramente morirán jóvenes también.
Yo nací en Ciudad Juárez. Mi barrio era pobre y muy violento en los años 1970 y lo sigue siendo hoy, imagínense. La diferencia con los Doble A es que tuve padre y madre. Aurelio trabajó sin descanso y mi madre, Lupita, también, en casa. Un poco de suerte y un mucho de educación temprana me salvó, quizás, del entorno de abandono institucional.
Pero otros no tuvieron tanta suerte. Como los Artistas Asesinos.
Vale la pena hacer a un lado la política y analizar lo que estamos viviendo. Si no atendemos las causas de la violencia, escuchemos bien, no vamos a sanar como sociedad. Y si nos dejamos convencer por los que aman las pistolas humeantes acabaremos con varias generaciones más de “esos”, los hijos del abandono. “Esos”, a los que les fallamos como sociedad y “esos” que ahora nos han respondido, cuánta tristeza, a balazos.
Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx
https://dev.sinembargo.mx/author/alejandro/
El virrey sigue la misma estrategia que sus antecesores , Felipe Calderón y EPN : La militarización de México cueste lo que cueste . Sin embargo , la violencia criminal aumenta como nunca ; los datos duros allí están , no mienten. Dos años más y a la V.
Las cosas se comunican más rápido cada día. Hay una hiper-comunicación. Todos vemos ya el carro en llamas, y al día siguiente un imitador incendia otra cosa, gracias a la hiper-comunicación, donde megabytes por segundo cuestan pocos pesos. Las cosas malas son más «interesantes» que las buenas, por eso la wikipedia no es tan visitada como los tik-toks. Capitalismo puro.
Tienen aversión al internet pero si supieras que gracias a ese medio podemos mandar naves al espacio y comunicarnos inmediatamente.
¿ Qué tiene que ver ? Lo único real es la pésima gestión del ignorante del zócalo. Dejará ( con todo y sus milicos cuida coches ) , un país con más desigualdad , con violencia desmedida. El peor sexenio en materia de seguridad. Reprobado , como cuando estudiaba en la UNAM.
Éntrale pichi, en cuál partido te postulas, pero no vayas a reprobar eh?
La realidad en múltiples ocasiones supera con creces la fantasía más truculenta, pero hay una vertiente poco o nada investigada sobre los grupos paramilitares que asuelan en forma intermitente el territorio nacional.
La historia da cuenta de la intervención de ciertas agencias del copro_imperio WASP con grupos paramilitares en América Latina, el Medio Oriente y África del Sur.[1] De 1981 a 1991, cuando proveyó de armas, entrenamiento y un importante apoyo financiero y logístico a los Contras en Nicaragua, quienes usaron tácticas de terror en su lucha contra el gobierno.[3] Asimismo en varios momentos las agencias proporcionaron entrenamiento, armas y fondos a terroristas entre los cubanos exiliados, tales como Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles.
Entonces cuando un gobierno pretende ser insumiso ante el gobierno imperial, la exacerbación de la violencia de los grupos paramilitares mejor conocidos como crimen organizado provoca sospechosismo (Creel dixit).
Es un asunto muy complejo el de la violencia que generan los grupos de narcotraficantes, en donde encuentran cabida muchos jóvenes que, por diversas causas, no ven claro su futuro y se deciden por el cuestionable camino que les marca la delincuencia organizada. Obviamente, la principal causa que afecta a estos muchachos es la falta de educación ya que si la tuvieran encontrarían una manera correcta para ganarse la vida. El propio entorno familiar, en muchos casos, también da motivo para que escojan un camino equivocado. La solución de todo esto no es nada fácil.
En materia de educación pública hemos tenido un retroceso sostenido y muy importante en la administración de Peña y la actual, al punto que el gobierno de AMLO sacó a México de la prueba PISA en 2021. También es en esta administración donde se autorizó aumentar el grado escolar donde no pueden reprobar los niños que cursan educación básica, quieren cambiar los contenidos de los libros de texto gratuitos para peor, los programas escolares son un asco y hay un aumento gradual de asignaturas en las universidades que no sirven absolutamente para nada, como los estudios de género. Aquí es donde todo el discurso de MORENA se torna electorero, hablan de mejorar las condiciones de los que menos tienen para que no caigan en la delincuencia, pero hacen lo opuesto, los educan para cada vez ser más inútiles, dependientes del Estado e ignorantes. Mientras que en China están desarrollando reactores nucleares con torio aquí se están peleando con el CONACYT porque se gastaban el dinero en casas, banquetes y pedas. xD
Cierto, China es una olla de ebullición tecnológica. Es cultural, acá, pues Epaña dijo que Jesús dijo que pusiéramos la otra mejilla y que camináramos no una milla sino dos, y que diéramos nuestra camisa al ladrón. Amén. Ah, pero no nos gustan los abrazos y sí los balazos (cosa prohibida en China).
Don Alejandro , es dificil perdonar el genocidio perpretado por el teporocho Borolas , pero es indudable que lo que este criminal llamo como » la guerra de las drogas » ya tenia sus antecedentes en Mexico , es evidente que los gobiernos del PRI , administraban el crimen organizado ( organizado por ellos ) Salinas es tal vez el primer narcopresidente de este pais y esto es evidente con la proteccion de Calderoni en la region noreste ( hay algunas historia interesantes respecto de este individuo ) y no deberia extrañarnos que la cersion original de la » Guerra contra las drogas » creo que la lanzo Nixon ( Dea , CIA etc con sus hordas de psicopatas como punta de lanza y bushito ya activado en ese respetable aparato de espionaje ) no deberia extrañarnos que despues que se fue Salinas el bruto de Zedillo permitio que el ejercito de Estados Unidos «entrenara a los grupos originales de los Zetas si mal no recuerdo en la escuela de las Americas ( famosa por » entrenar » a casi todos los grupos especiales de heroes nacionales como Pinochet ) este caldo de cultivo ideal y la llegada de un inutil como Fox ( y yo porque ) engendro el caldo altamente nutritivo que un individuo acomplejado como Calderon uso con todas sus habilidades ( todavia estamos pagando esas viejas facturas pecaminosas ) egreguele a Peña mas preocupado por robar que otra cosa y la situacion empeoro ( creo que hay un libro de un exsecretario de defensa de EU de nombre Caspar Weinberger que en 1996 predecia la posibilidad de una guerra con nosotros aunque ya sabemos que Mexico es muy pacifico ) tiene razon respecto a que es dificil ponerse en los zapatos de las poblaciones de nuestro pais y tambien es cierto que el ejercito tiene una gran labor para entrenar una fuerza policial competente para desarmar a esos muchachos que cuando les dan una arma creen que los otros tienen armas de chocolate pues su caracteristica principal es que son muy jovenes pues a esa edad aun no han desarrollado en forma la conciencia y sobre todo cuando sus padres no los pueden atender al 100% ) creo que es una labor compleja y dura y tal vez lleve al menos este sexenio para cambiar este aquelarre que el neoliberalismo exaspero ( hay que recordar que este sistema esta diseñado para darle prioridad a las ganancias corporativas , lo demas es secundario , incluyendo la vida humana ) saludos Sr Paez
Como siempre, Maestro Varela, un análisis justo, profundo y lleno de la sensibilidad que tanta falta hace para desentrañar esta condición nuestra. Muchas gracias