México

Los pequeños productores mexicanos siembran café arábica bajo sombra, pero Nestlé México importa también café robusta, una variedad más barata y de menos calidad, lo que degrada el consumo y los desplaza con competencia desleal, dijeron colectivos cafetaleros.

Ciudad de México, 20 de agosto (SinEmbargo).– Nestlé México invirtió 340 millones de dólares para instalar la fábrica «más moderna y sustentable» del mundo de Nescafé en Santa Rita, Veracruz. Pequeños cafetaleros aseguran que al importar café robusta de «baja calidad» degrada la producción y consumo del café arábica mexicano. Además, con una técnica bajo sol que fomenta la tala de árboles, desplaza con competencia desleal a los productores nacionales.

«Se utiliza el café soluble de robusta de muy bajo precio para vender como café productos muy baratos que tienen poco café y exceso de endulzantes y saborizantes artificiales. Además de distorsionar y viciar el consumo de café en México, son productos que afectan a la salud de los mexicanos», planteó un comunicado de la Comisión de Seguimiento de Precios del Café en Veracruz.

La competencia desleal que acusan la argumentan en que Nestlé y otras empresas importan sacos de café robusta que es más barato que el mexicano: lo compran en alrededor de 100 dólares el quintal de café verde (46 kg de semilla para tostarse) cuando, por su mayor calidad, el café arábica lavado mexicano se está exportando a Estados Unidos y otros socios en 270 dólares el quintal de café verde.

Evento de inauguración de la planta de Nescafé en Veracruz. Foto: Gobierno federal.

Al respecto, Nestlé México dijo a SinEmbargo que la compra de quintales a cafetaleros busca «condiciones comerciales competitivas, estrictamente conforme al mercado». En la compañía suiza adquieren café arábica y robusta proveniente de caficultores de Oaxaca, Puebla, Guerrero, Chiapas y Veracruz.

«Mantenemos un equilibrio entre la compra de ambas variedades con la finalidad de satisfacer los gustos diversos de nuestros consumidores. La producción de robusta no compite de manera alguna con la producción de arábica. La decisión de cultivo de una variedad u otra depende exclusivamente de cada productor», aseveró.

NO SALUDABLE NI SUSTENTABLE

Fernando Celis, asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), afirmó que «se está degradando el consumo del café en México», ya que la compra de café soluble de marcas como Nescafé aumentó en los últimos años por el cierre de cafeterías y restaurantes por la pandemia, lo que perjudica la salud de los mexicanos pues sus productos tienen más azúcar y saborizantes que café.

«De cada 10 tazas de café tomadas en México, seis son de Nescafé», aseguró. «En los últimos años encontró que el mayor negocio es utilizando café robusta por estas razones principales: es muy barato al cultivarse en zonas bajas, pero se le considera de baja calidad; da más rendimiento, saca más granos que el arábica; y el robusta tiene casi más del doble de cafeína, que es lo que busca la gente para activarse y concentrarse».

La Organización Internacional del Café plantea que un producto debe tener el 95 por ciento de café y los capuchinos mínimo el 35 por ciento. Pero el Café Capuchino Moka de Nescafé, ejemplificó Celis, tiene 4.8 por ciento de café y el resto es saborizante de chocolate, endulzante y conservador; el etiquetado de la Secretaría de Salud advierte su exceso de calorías, azúcares, grasas saturadas y edulcorantes no recomendable para niños. El café soluble estilo de olla tiene saborizantes a canela y piloncillo, y el Coffe Mate que ofrece como crema de leche para el café tiene harina de maíz amarillo y aceite de palma como sustituto de leche.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en la planta de Nescafé con el presidente de Nestlé México Fausto Oliveira. Foto: Gobierno federal.

La organización civil suiza Public Eye reveló en julio cómo la trasnacional Nestlé utilizó al Gobierno suizo para intentar bloquear el etiquetado de advertencia que se estableció en México en vez de invertir en reformular sus productos. En noviembre de 2019 Nestlé envío a sus proveedores en México una carta en la que les pidieron que se pronunciaran en contra del etiquetado de advertencia. Hace un año, en junio de 2021, se filtró un documento interno de la empresa en el que reconoce que más del 60 por ciento de sus productos no son saludables.

«La Secretaría de Salud advierte que no lo tomemos, es un engaño decir que es un capuchino con chocolate, que las tiendas departamentales lo pongan en la sección de dulces porque tiene más endulzantes que café. Y es una burla decir que es café de olla, las familias no le meten canela artificial», ironizó Fernando Celis de la CNOC.

Café veracruzano, uno de los más reconocidos en nuestro país y fuera de él. Foto: Shutterstock/archivo

Al respecto, Nestlé México respondió a este medio que «creamos productos de gran tradición, calidad y completamente orgánicos, pues sus procesos productivos están constituidos por la mezcla de café y agua».

Sobre lo sustentable, la planta de Nescafé apuesta a la economía circular al no generar residuos ni arrojarlos a la red hídrica pública. Aunque también compra café arábica con técnica bajo sombra, la robusta es bajo sol, lo que fomenta la tala de árboles.

«Los pequeños productores producimos café bajo sombra (variedad arábica), sin embargo este nuevo modelo de producción que plantea la agroindustria viene con producción a pleno sol, lo cual tiene un impacto ambiental importantísimo; busca maximizar la producción a costa de la biodiversidad», dijo Gisela Ylescas Palma, gerente de la cooperativa Campesinos en la Lucha Agraria, con 800 familias cafetaleras del centro de Veracruz. Producen café orgánico y exportan café en semilla verde a Estados Unidos. Tienen una marca de café feminista, Femcafé.

MÉXICO APOYA A NESTLÉ: AMLO

En diciembre de 2018, Nestlé México le propuso en Palacio Nacional al Presidente Andrés Manuel López Obrador construir una nueva fábrica de café soluble en la región sureste en vez de hacerlo en Brasil, el mayor productor mundial de este grano, lo que se concretó hace unas semanas.

«Estamos arrancando las operaciones de una fábrica con una inversión total de 340 millones de dólares. Tenemos una enorme confianza en México», dijo Fausto Oliveira Costa, presidente ejecutivo de Nestlé México, entre aplausos y presencia del Presidente López Obrador, quien celebró la inauguración de la planta de «esta gran empresa agroindustrial, de las primeras que se instalaron en México» y, evocó, que compraba la leche a los productores en Macuspana, Tabasco, su oriundo poblado.

Y advirtió: «Siempre hay quejas, tanto en la leche como lo del café, pero no han abandonado México y México no va a dejar de apoyar a Nestlé».

El presidente de Nestlé México pidió un fuerte reconocimiento a los caficultores presentes, representados en la tribuna por Margarita Pimentel González, caficultora de Tezonapa, Veracruz, y destacó que cuenta con miembros del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro.

Un colaborador de Nescafé le muestra un producto de café al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Gobierno federal.

Pero el representante cafetalero Fernando Celis considera que Nestlé eligió México porque el Gobierno federal –como se reconoció en el evento de inauguración– agilizó los trámites y porque el consumidor mexicano promedio es de bajos recursos y busca tazas baratas.

«Nestlé no compra directamente a los 80 mil caficultores que dijo el presidente de Nestlé, sino a través de intermediarios como Café Tomari en Xalapa y La Alhaja en Huatulco y no saben muchos que es para la Nestlé. Les dan a los productores 30 o 40 centavos por quintal (46 kg de semilla)», comentó Celis.

La caficultora veracruzana Gisela Ylescas afirmó que la importación de café robusta impacta en los precios en que pueden vender su café arábica, por lo que organizarse en cooperativas les permite buscar otros nichos de mercado para garantizar un café de calidad, incluyendo conservación ambiental, derecho laboral y equidad de género.

«Para tener buena calidad tenemos que tener buenas semillas, un buen manejo y cuando son cafetales de sombra de árboles diversificada contribuyen al sabor. También no podríamos hablar de un café de alta calidad si está basado en explotación infantil y violencia de género por el acceso limitado a la tierra que invisibiliza la participación de las mujeres en la cadena del café», aseguró.

BAJOS PRECIOS DEL CAFÉ

En vez de incentivos de inversión extranjera, los comités de pequeños cafetaleros proponen a la Secretaría de Economía y Agricultura la creación de INCAFE, un organismo público que impulse el desarrollo de la cafeticultura mexicana revisando las importaciones para no permitir cafés de mala calidad, propiciar con normas un consumo nacional de mayor calidad y más saludable, y garantizar mejores precios de venta del café a los pequeños productores.

Aunque el café a futuro en la Bolsa de Nueva York está en 200 dólares las 100 libras –en medio de la pandemia y la guerra en Ucrania–, los productores mexicanos lo venden en 42 dólares las 100 libras.

«Una cosa es el precio de la Bolsa a futuro y otra el precio real de cómo se vende, para nosotros la referencia es a cómo se exporta, y el café mexicano a EU se está exportando en 42 dólares las 100 libras», lamentó sobre el ciclo 2021-2022 cuya cosecha terminó en marzo el representante cafetalero, Fernando Celis.

Un quintal de café arábica (46 kg se semilla verde) de esa cosecha se vendió en un promedio de 4 mil 200 pesos respecto a los 2 mil pesos que se vendió en cosechas anteriores, un aumento al doble por la menor oferta derivada de la sequía e inundación en los líderes Brasil y Colombia. Pero ese incremento se lo comió el aumento en el costo de producción, unos 4 mil pesos por la inflación y encarecimiento de fertilizantes sintéticos por la guerra en Ucrania, es decir, hubo ganancias de 200 pesos por quintal.

Los precios del café subieron, pero el costo de producción se encareció por la guerra en Ucrania. Foto: EFE

«En esta cosecha se logró por los problemas climáticos en Brasil y Colombia, pero no necesariamente se van a mantener los mismos precios. En Veracruz el Gobierno no está dando el apoyo de fertilizantes», dijo Celis, de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras.

En la presente administración federal, reciben 6 mil 200 pesos al año del programa Producción para el Bienestar que sustituyó el del sexenio anterior, Plan Integral de Atención al Café (PIAC) (enfocado en la renovación de plantas, desarrollo de viveros, control de plagas y acceso a créditos), así como 5 mil pesos mensuales con Sembrando Vida.

Pero, compartió Celis, al ser apoyos individuales para evitar moches de intermediarios, no fortalece la asociación de productores y muchos optan en gastarlo para la familia y no para la producción.

«La meta de Producción para el Bienestar es de 250 mil productores y Sembrando Vida para 50 mil. Se le entrega directamente al productor por delegados estatales de Bienestar. Se dispersan más los productores, no están asociados para comerciar, por lo que consideramos que está teniendo poco impacto en mejorar la producción porque la mayoría lo utiliza como ingreso familiar», dijo.

Dulce Olvera

Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.

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