Extorsiones: su impacto real

@guerrerochipres

La extorsión, ese delito cuya esencia es forzar la depredación patrimonial con la amenaza, ha disminuido en la capital nacional de una manera muy significativa. Hay que continuar y profundizar el esfuerzo por erradicarla, especialmente cuando está muy cerca de nuestras manos hacerlo.

De hecho, en el 92 por ciento de los casos está en el celular la amenaza de extorsión; es por la vía digital que se potencia la posibilidad extorsiva. Similarmente a lo que sucede con el fraude, un delito cuya esencia es el engaño, la extorsión compite por el primer lugar continental como delito más frecuente.

Se encuentra entre los ilícitos con mayor prevalencia en América Latina, en especial entre los países más poblados, más urbanizados y con mayor dinamismo económico, pero también con gran heterogeneidad en capacidades institucionales y ciudadanas para mejorar la seguridad, con pronunciadas diferencias en amplias zonas con baja o nula capacidad integral de prevención.

Datos del Inegi indican que al año se registran alrededor de 10.4 millones de tentativas de fraude o extorsión a nivel nacional, una cifra que, vista sin análisis equilibrado, podría parecer alarmante.

El matiz lo aporta que hay avances sustanciales desde la ciudadanía y las autoridades en una actividad delictiva registrada hace más de 30 años cuando surgieron los celulares y convirtieron a la extorsión en un delito potencialmente masivo y poco riesgoso para los delincuentes.

El 92 por ciento de los intentos en el país y en la CdMx el 96 por ciento de las tentativas fracasan frente a la capacidad de las víctimas para distinguir el momento en que el delito se presenta mediante una amenaza irreal, pero interpretada como creíble por los depredadores patrimoniales. Además, existen opciones preventivas como la app No+Extorsiones, desarrollada por el Consejo Ciudadano para bloquear más de 190 mil números desde los cuales se ha intentado o consumado este delito.

La capital nacional registra avances importantes. Entre el primer cuatrimestre de 2019 —año en que se presentó el mayor número de denuncias, con 325— y el mismo periodo de este año —el de menos carpetas de investigación iniciadas, con 113—, los casos disminuyeron 65 por ciento. En algunas alcaldías el trabajo es más notorio que en otras, como Iztapalapa, gobernada por Clara Brugada, que presenta disminución de 66 por ciento.

De ser considerada, hasta hace algunos años, como el epicentro de las extorsiones, hoy la participación porcentual de la capital nacional en el total de denuncias en todo el país también va a la baja.

Las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública —que cuenta con un registro de los datos desde 2015— indican que en los primeros cuatro meses de este 2022, la CDMX representó el 3.4 por ciento de las extorsiones nacionales, la menor a lo largo de ocho años. Además, una diferencia de 7.8 puntos porcentuales menos con relación al 11.2 por ciento de 2019 que fue la más alta.

Esas cifras dan cuenta de las amplias posibilidades de evitar la extorsión a partir de la disposición de la ciudadanía para fortalecer la cultura de la prevención y la denuncia, factores que se han ponderado, por ejemplo, en la Central de Abasto, coordinada por Marcela Villegas Silva, que refleja lo que ocurre en la Cdm+Mx.

Desde el mercado más grande de América Latina se ha desplegado un esquema de seguridad basado en el que impulsa en la capital nacional la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y que rinde frutos ante las extorsiones a locatarios y comerciantes: coordinación interinstitucional.

La extorsión es uno de los delitos de mayor prevalencia. Puede combatirse.