Mundano

Los insectos son un alimento muy valioso que aporta nutrientes de calidad y que se presenta como una opción para disfrutar en diversos alimentos. «Cuando nosotros hablamos del consumo de insectos te puedo hablar también de esa identidad cultural que está cargada de símbolos, de expresiones de identidad, eso que nos caracteriza, los insectos forman parte de una dieta que nos representa a nivel internacional y que no podemos hoy olvidar», aseveró la chef Beverly Ramos, especialista en insectos comestibles y autora del libro Recetas con insectos.

Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo).- Es muy probable que al hablar de comer insectos aparezca aquella frase de película: «Viscosos pero sabrosos».  Si algo tienen los insectos es un gran aporte nutrimental, además de versatilidad para usarlos en platillos como gorditas, tamales, ensaladas, salsas y ahora hasta en la coctelería. Pero, ¿en realidad son tan buenos los insectos? ¿Qué nutrientes aportan? ¿Cómo contribuyen al cuidado del medio ambiente?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) menciona que el consumo de insectos por seres humanos recibe el nombre de entomofagia y aunque es un hábito que «siempre ha estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos» desde hace un tiempo ha tomado mayor relevancia al tener la atención de medios de comunicación, miembros de la industria alimentaria y organismos que se ocupan de la alimentación humana y animal.

«Estos organismos, estos insectos son ricos en proteína, en fibra, vitaminas y minerales nutritivos y además de todo, también tiene un gran aporte en carbohidratos y aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no produce», explicó a SinEmbargo la chef Beverly Ramos, especialista en insectos comestibles y autora del libro Recetas con insectos de la editorial Larousse.

Los insectos utilizan mucha menos agua que el ganado tradicional. Foto: José I. Hernández, Cuartoscuro

«La alimentación debe ser variada, completa, inocua, suficiente y equilibrada, según la NOM 043; de acuerdo a este concepto puede ser opción integrar de manera inclusiva alimentos alternativos, a pesar de lo exóticos que parezcan, el consumo de insectos, es llamado entomofagia de la cual se practica principalmente en Asia, África y América Latina», compartió en entrevista a este medio el maestro Esaú Espinosa Velázquez, nutriólogo clínico.

EL ALIMENTO DEL PRESENTE

«Cuando le llaman a estos alimento, alimentos del futuro se refiere a justo el poder tener un alimento práctico con alta cantidad de nutrientes o nutrimentos para el cuerpo que se puedan asimilar rápidamente», apuntó la chef. «En el caso del futuro para mí, ya nos alcanzó cuando hablamos de lugares donde hay hambruna, desnutrición o que en México hemos sustituido nuestros productos tradicionales por muchos productos de las dietas internacionales debido a fenómenos como la globalización y la transculturización. ¿Qué es lo que sucede? Que finalmente estamos adoptando alimentos que no nos corresponden y esto ha generado que seamos primeros lugares en distintas rubros como la obesidad», agregó.

Los insectos son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y zinc.

En Frontiers in Nutrition se encuentra un estudio realizado por científicos de la Universidad de Roma, el cual reveló que las propiedades antioxidantes de los saltamontes y gusanos de seda son muy parecidas a las de un jugo de naranja fresco. De hecho, los insectos aportan cinco veces más que un jugo fresco. ¿Pero para qué son los antioxidantes? Estos previenen o retardan la oxidación de las células y son los encargados de reducir las reacciones químicas del cuerpo que generan radicales libres, sustancias que están relacionadas a enfermedades cardiovasculares e incluso el cáncer.

Los insectos producen menos gases de efecto invernadero en comparación con los animales de granja convencionales. Foto: Shutterstock

«[Insectos como alimento] para el futuro, sí por supuesto, pero ese futuro ya está muy próximo, los debemos utilizar ya, es un recurso natural renovable y sobre todo optimizar esto que la naturaleza nos brinda»,  señaló la autora de Recetas con insectos, libro que la chef Beverly Ramos preparó con el objetivo de romper con la idea de que los insectos no tienen un buen sabor o no se pueden combinar con otros ingredientes.

UNA TRADICIÓN MEXICANA

De acuerdo con el texto La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, los medios de vida y el medio ambiente de la FAO: «La ingesta de insectos complementa la dieta de aproximadamente 2 mil millones de personas, y se trata de un hábito que siempre ha estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos».

En México los insectos forman parte de varios platillos, entre los que más se consumen están los chapulines, los gusanos de maguey, escamoles y los jumiles que se integran a diversos platillos que han pasado de generación en generación gracias a la transmisión oral.

«Los insectos comestibles están documentados en distintos códices prehispánicos, yo cuando realicé la investigación de tipo doctoral para graduarme y conocer más de los insectos, encontré documentos como El Códice prehispánico de San Bernardino de Sahagún, donde él menciona en ese entonces que había entre 89 y 96 especies de insectos comestibles en México y que además eran algunos de ellos entregados como tributo al emperador Moctezuma, era un producto que nutria a los guerreros incluso en temas de la guerra», señaló la chef Beverly.

Nuestros ancestros no tenían otra fuente de proteína así que se enfocaban en los insectos, como grillos, langostas, gusanos, libélulas, termitas, chinches y los escamoles, conocidos como caviar mexicano, incluso del ahuautle que es huevo del mosco axayácatl, «es un huevo muy nutritivo que llega a rebasar hasta en un 60 o 70 por ciento de proteína que es lo que contiene, es decir, más que el pescado».

Chinicuiles preparados por la chef Adriana Pérez Garrido en el restaurante La Oveja Negra. Foto: Nancy Chávez, SinEmbargo

«Los antiguos mexicanos tenían un elemento para considerar algún alimento como bueno para comer y eso que los nutriera. Ellos identificaban un alimento y querían siempre que éste fuera bueno para comer, esto significa que nutre y los mantiene fuerte, que les daba los requerimientos necesarios. Los ancestros mexicanos tenían una sabiduría todavía más grande que la que poseemos ahora», recordó la chef.

VENTAJAS AMBIENTALES DE COMER INSECTOS

«La FAO sugiere utilizar los insectos como alimentos, ya que trae mas beneficios que perjuicios, sus ventajas ambientales, sanitarias y medios sociales; como el reducir los gases por el efecto invernadero, los insectos se alimentan de residuos biológicos y transformar esto en proteínas de alto valor biológico», dijo Esaú Espinosa.

El nutriólogo clínico apuntó que como beneficios sociales se encuentran que se pueden recolectar en el medio ambiente de manera sencilla, otra opción es la de «cultivarlos», además de que los insectos se pueden procesar para servir como alimento humano y ganadero.

Integrar a los insectos a la dieta de las personas puede ayudar al medio ambiente, según la FAO “los gusanos de la harina, por ejemplo, son más resistentes a las sequías que el ganado”.

El consumo de insectos por seres humanos recibe el nombre de entomofagia, aunque se practica en muchos países, principalmente se da en las regiones de América Latina, Asia y África. (Imagen ilustrativa) Foto: Shutterstock

En La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, los medios de vida y el medio ambiente de la FAO se explica que entre los beneficios de carácter ambiental se encuentran:

-Los insectos son especies de sangre fría y esto los hace eficientes en las tasas de conversión alimento-carne, es decir,  la cantidad de alimento que se necesita para producir un incremento de 1 kilogramo en el peso, por lo que «los insectos pueden convertir 2 kg de alimento en 1 kilogramo de masa de insecto, mientras que el ganado requiere 8 kg de alimento para producir 1 kg aumento de peso corporal», de acuerdo con la FAO.

-Otra gran diferencia con el ganado es la cantidad de gases de efecto invernadero, ya que los producidos por los insectos son inferiores a los del ganado convencional. «Los cerdos, por ejemplo, producen entre 10 y 100 veces más gases de efecto invernadero por kilogramo de peso», se lee en el documento de la FAO.

-Los insectos se pueden alimentar con residuos alimentarios o de origen humano,  además de abono, esto lo transforman en proteínas de calidad que pueden usarse incluso como piensos, es decir, alimento seco para el ganado.

¿LOS INSECTOS PUEDEN SER UNA ALTERNATIVA PARA SUSTITUIR LA CARNE?

«De las grandes ventajas en el consumo de insectos o de la entomofagia es que no se conocen casos de transmisión de enfermedades o parasitoides a humanos (siempre y cuando hayan sido manipulados en las mismas condiciones de higiene que cualquier otro alimento) según el Fondo de las Naciones Unidad para la alimentación, la FAO. En comparación con los mamíferos y las aves, los insectos pueden plantear un riesgo menor de transmisión de infecciones zoonóticas a los humanos, el ganado y la fauna», acotó el maestro Esaú.

Los insectos podrían ser una pieza clave en la lucha contra la inseguridad alimentaria. Foto: Shutterstock

El especialista citó el trabajo de Gloria Patricia Arango Gutiérrez, Los insectos: una materia prima alimenticia promisoria contra la hambruna para señalar que: «su valor nutritivo los convierte en un alimento complejo, su masa corporal está compuesta entre el 60 y 70 por ciento por proteínas y el tipo de grasas que poseen son polinsaturadas, algunas de fácil digestión, pudiéndose comparar con el valor nutricional del pollo, res, cerdo o pescado».

Nancy Chávez

Periodista egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), editora del suplemento Magazine enfocado en cultura, entretenimiento, gastronomía, viajes y temas de actualidad.

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