Economía

Los estragos de la pandemia causada por la COVID-19 fueron el detonante que empujó a estos trabajadores y a otros de otros sectores en todo el país a exigir mejoras laborales y comenzar procesos de sindicalización, que también están llamando a la puerta de otras grandes corporaciones como Amazon.

Búfalo (Estados Unidos), 9 dic (EFE).- Los empleados de una cafetería de la cadena Starbucks en Búfalo (Nueva York), que en EU cuenta con 9 mil locales, votaron a favor de la creación del primer sindicato en los 50 años de historia del gigante del café.

Los resultados, recibidos entre abrazos por los activistas, fueron anunciados este jueves por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), un organismo estatal que convocó una votación por correo tras aceptar la solicitud de los camareros de este y otros dos centros de asociarse bajo el paraguas del sindicato SEIU.

Tres cafeterías de Búfalo votaban separadamente hoy y, a falta de conocerse el cómputo de la votación de los otros dos locales, la NLRB certificó que los camareros del local de Starbucks situado en la avenida Elmwood apoyaron mayoritariamente la creación de su sindicato y podrán crearlo tras el resultado de esta votación.

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Ahora, los representantes de los empleados y de la empresa, que ha luchado con uñas y dientes para evitar este desenlace, deberán sentarse para negociar un convenio colectivo, el primero al que se enfrentará Starbucks, que ha intentado convencer a sus «socios», como denomina a los trabajadores, de que poner un representante entre ellos y la dirección traiciona la cultura solidaria de la empresa.

El éxito de los camareros de Starbucks, cuya lucha se ha extendido ya a otras tres cafeterías de Búfalo aparte de las tres que votaron hoy y a una cuarta en el estado de Arizona, es especialmente llamativo en EU, dado el escaso nivel de afiliación sindical en el sector privado, donde solo el 6.3 por ciento de los trabajadores están sindicados, y el todavía más bajo entre los trabajadores de cafeterías y restaurantes, donde el nivel de afiliación sólo alcanza al 1.2 por ciento de la fuerza laboral.