Termina 2021 e inicia un tercer año sumergidos en incertidumbre y nuevas variantes
PorDaniela Barragán
31/12/2021 - 12:05 am
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El 2021 fue un año de claroscuros en el tema de la pandemia de COVID-19: mientras para algunos significó la aplicación masiva de vacunas, la desigualdad de acceso a éstas provocó la llegada de mutaciones del virus que significaron nuevos retos para las autoridades. Así llegaron Delta y Ómicron para poner en duda el fin de la crisis sanitaria.
Ciudad de México, 31 de diciembre (SinEmbargo).- La aparición de Ómicron en Sudáfrica, su propagación por Europa y Estados Unidos así como su arribo a México ha marcado las últimas semanas de 2021, año en el que el mundo se enfrentó a las nuevas variantes del virus SARS-COV-2, que en gran medida fueron provocadas por un problema del que se habló, pero que poco se atendió: el acceso a las vacunas.
Los primeros días de este año iniciaron con las imágenes de las primeras personas vacunadas. Primero fue el personal médico y luego los adultos mayores. Pero en las últimas semanas, Ómicron ha acaparado los titulares a causa de su rápida propagación. A la fecha, la variante ha irrumpido en más de un centenar de países, a la par que las dudas sobre su origen y el impacto que tendrá en la pandemia persisten.
Los expertos todavía tratan de determinar cuán grave es la enfermedad debido a que los primeros datos muestran que su alto nivel de propagación no ha resultado en un incremento en los fallecimientos. Médicos sudafricanos señalaron que los pacientes presentaban manifestaciones más leves que en caso de la Delta, entre ellas tos, dolores corporales y de cabeza y fatiga. A esto se suman las preguntas sobre la efectividad que pueden tener las vacunas existentes.
La aparición de Ómicron ha dado pauta a la discusión sobre las consecuencias de mantener la desigualdad en el terreno del acceso a la salud. Ya que si bien hay una corriente de gran número de población que no se vacuna por sus creencias, hay otra gran parte que no ha tenido acceso a ellas, lo cual ha repercutido en las mutaciones del virus causante de la COVID-19.
El miércoles, en su última conferencia de prensa semanal de 2021 sobre el estado de la pandemia de COVID-19, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesuss, informó que de 194 estados miembros, 92 no alcanzaron el objetivo de vacunar contra el coronavirus al 40 por ciento de su población para este fin de año, situación que —dijo— contribuyó a la mutación del virus.
“Vacunar al 40 por ciento era factible. No haberlo hecho no es sólo una vergüenza moral sino que ha costado vidas y ha dado al virus la oportunidad de circular sin control y mutar”, recalcó.
Es de esta manera, con la aparición de Ómicron, el incremento de contagios a números nunca antes vistos en Europa y Estados Unidos, y el regreso de las medidas de control sanitario, con las repercusiones que pueden tener en la economía, que cierra el año dos de la pandemia e inicia el número tres.
LAS MÚLTIPLES RESISTENCIAS A LAS VACUNAS
Mientras gran parte de la población ansiaba una vacuna que la protegiera del coronavirus, el resto se debate aún entre las dudas y el temor de lo que pudiera provocarles; están los grupos antivacunas y otros que viven en zonas en las que no han llegado de manera masiva y constante. Pero esos tres escenarios son problemáticas distintas.
Primero, los reservados. Un artículo de Ciencia UNAM, de la periodista Naix’ieli Castillo, aborda el tema de las dudas que hay alrededor de las vacunas y define esto como “la resistencia a la vacunación que surge cuando alguna o varias personas tienen dudas y la evitan”.
Desde el Gobierno federal se invitó a la gente a que se vacunara; el Presidente Andrés Manuel López Obrador se vacunó durante su conferencia matutina y contó luego que no hubo mayor problema con los efectos secundarios, ya que ese fue otro temor de la gente.
Con la llegada de Ómicron en la última semana de noviembre, la invitación fue más directa. Se dijo que las vacunas sirven y que son efectivas contra todas las variantes del virus.
Los datos también respaldan esta invitación constante del Ejecutivo, ya que el avance de la vacunación frenó, hasta el momento, la temida cuarta ola de contagios. Las primeras estadísticas de la SSa apuntaron a una baja en la letalidad, ya que el porcentaje de personas vacunadas que fallecieron después de enfermarse de coronavirus cayó a un 1.9 por ciento de un 22 por ciento que se registró previo a la vacuna.
Las camas con ventiladores quedaron casi por completo destinadas a personas sin vacuna.
Por otro lado está el movimiento antivacunas, que ha logrado gran visibilidad en medio de la mayor campaña de inmunización de la historia. Está más organizado de lo que parece y tiene decenas de millones de seguidores, advirtió en mayo de este año el jefe de Salud del Foro Económico Mundial (WEF), Arnaud Bernaert.
Tiene, según Bernaert, características específicas:
“Proceden de la extrema derecha y son movimientos aún muy activos, gestionan cientos de páginas web y tienen estrategias muy organizadas, con al menos unos 60 millones de seguidores en la red” y consideran que el principal daño causado por este movimiento ha sido cuestionar la fiabilidad de las vacunas anticovid basadas en adenovirus (formas debilitadas del virus original), como las desarrolladas por AstraZeneca o Johnson & Johnson (Janssen).
En entrevista con EFE, señaló que los argumentos de este grupo mundial se basan en un número de casos de trombos que es considerado ridículo en comparación con el beneficio de estas vacunas, y si éstas empiezan a verse desacreditadas esto dañará sobre todo a poblaciones donde las únicas disponibles son justo las vacunas de AstraZeneca o Johnson & Johnson.
Entonces, por un lado está la población que duda de las vacunas, están los antivacunas apoyados de teorías conspiratorias y están también los que quieren, pero no tienen acceso a éstas.
Los números de World in Data muestra que los tres países con más población vacunada son: China (mil 110 millones), India (477 millones) y Estados Unidos (197 millones). De los dos últimos se trata del 34.6 por ciento y 59.9 por ciento de su población vacunada respectivamente.
¿Cuáles son los que menos aplicación de vacunas reportan? Estos son algunos:
Irak tiene el 11.7 por ciento de su población vacunada; Argelia, el 12.3 por ciento; Nigeria, el 1.7 por ciento; Etiopía, el 1.3 por ciento; Angola, el 9.3 por ciento; Kenia, el 5.5 por ciento; Uganda, el 2 por ciento; Ghana, el 2.7 por ciento; Tanzania, el 1.5 por ciento; la República Democrática del Congo, el 0.1 por ciento; Haití, el 0.6 por ciento
Mientras las naciones adineradas acumulan vacunas de reservas para sus ciudadanos, muchos países más pobres siguen luchando por conseguir dosis. Casi una docena de naciones —muchas en África— siguen esperando a recibir los viales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre los países africanos últimos de la lista están Chad, Burkina Faso, Burundi, Eritrea y Tanzania; el continente supone apenas el 1 por ciento de las vacunas administradas en todo el mundo.
El pasado 9 de noviembre, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York, el Presidente López Obrador, consideró que el programa Covax, que se planeó para distribuir vacunas contra la covid-19 en países pobres, es «un doloroso y completo fracaso”.
De acuerdo con la información que brindó, las empresas farmacéuticas privadas han vendido el 94 por ciento de las vacunas y el mecanismo Covax apenas ha distribuido el 6 por ciento.
La situación es de importancia, ya que como señaló el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesuss, el no haber podido avanzar en la vacunación «ha dado al virus la oportunidad de circular sin control y mutar”.
En ese sentido, Tedros instó a los líderes de los países ricos y a los fabricantes a “aprender las lecciones de Alpha, Beta, Gamma, Delta y ahora Ómicron” y a trabajar juntos para alcanzar el 70 por ciento de cobertura de vacunación en todos los países a mediados del año entrante.
“Este es el momento de superar el nacionalismo a corto plazo y proteger a las poblaciones y economías contra futuras variantes poniendo fin a la desigualdad mundial de las vacunas. Quiero que los gobiernos, la industria y la sociedad civil trabajen con nosotros en una campaña que busca el 70 por ciento de cobertura de vacunas en todos los países a principios de julio”, dijo.
VACUNAS EN EL MUNDO Y EN MÉXICO
De acuerdo con las cifras de World in Data, en el mundo se han administrado un total de 8 mil 735 millones 310 mil 360 vacunas, para un total de 3 mil 770 millones personas vacunadas, que es el 48.3 por ciento del total de la población.
Del total de casos registrados desde el inicio de la pandemia, se calculan 284 millones 530 mil 653 personas que fueron contagiadas y 5 millones 422 mil 092 fallecidas. Para dar una dimensión a la cifra, el número de víctimas mortales que ha dejado la COVID-19 es equivalente a llenar 60 veces el Estadio Azteca.
Cifras de la Secretaría de Salud (SSa) indican que en México, hasta el 30 de diciembre, se han confirmado 3 millones 961 mil 662 casos totales de personas enfermas de COVID-19 y 299 mil 132 defunciones. La tasa de incidencia de casos acumulados de 3 mil 071.7 por cada 100 mil habitantes.
La distribución por sexo en los casos confirmados muestra un predomino en mujeres 50.2 por ciento y la mediana de edad en general es de 39 años. En las últimas cinco semanas, la mayor parte de los casos se han concentrado en los grupos de 18 a 29 años, seguido del grupo de 30 a 39 años y 40 a 49 años.
De los casos confirmados acumulados por entidad de residencia, las 10 primeras entidades que acumulan el mayor número de casos son: Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, Tabasco, Puebla, Veracruz, Sonora y San Luis Potosí, que en conjunto conforman más de dos tercios, el 66 por ciento, de todos los casos acumulados registrados en el país.
Sobre los fallecimientos, se tiene registro de 294 mil 202 defunciones totales por COVID-19. La distribución por sexo en las defunciones confirmadas muestra un predomino del 62 por ciento en hombres y el promedio de edad en los decesos es de 64 años.
-Con información de EFE y AP
Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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