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El Presidente Joe Biden aseguró que Estados Unidos está listo para iniciar la vacunación contra la COVID-19 de menores que tengan entre cinco y 11 años de edad, tan pronto como la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) y de los Centros de Control de Enfermedades (CDC, en inglés) lo autoricen.

Washington, 14 de octubre (EFE).– Los niños entre cinco y 11 años de edad podrán ser vacunados contra la COVID-19 en Estados Unidos en cuanto las autoridades competentes lo autoricen porque existe el suministro suficiente para ello, dijo este jueves el Presidente Joe Biden.

En un nuevo discurso sobre vacunas desde la Casa Blanca, Biden señaló que los expertos de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) y de los Centros de Control de Enfermedades (CDC, en inglés) tomarán una decisión al respecto en las próximas semanas.

«Si (estos organismos) lo autorizan, estamos preparados, hemos comprado suficientes vacunas para todos los niños de entre cinco y 11 años» y de esta forma «las familias podrán dormir mejor sabiendo que sus niños están protegidos», dijo Biden.

El mandatario estadounidense también expresó su confianza en que la FDA y los CDC den el visto bueno a la dosis de refuerzo en las vacunas de Moderna y Johnson & Johnson en las próximas dos semanas.

Precisamente, el comité de expertos de la FDA se reúne este jueves y viernes para analizar la posibilidad de dichas dosis.

En Estados Unidos, los y las niñas entre cinco y 11 años de edad podrán empezar a ser vacunados. Foto: Cuartoscuro

En el caso de Pfizer, las dosis de refuerzo de esta vacuna están ya disponibles para varios colectivos -mayores, vulnerables y trabajadores en situación de riesgo- a partir de los seis meses desde que recibieron la segunda inoculación.

Biden expresó su confianza en que las vacunas de Moderna logren la autorización de forma que se pueda seguir protegiendo a «mayores y a otros» a medida que se acercan las festividades importantes en el país, como Acción de Gracias (a finales de noviembre).

En cualquier caso, el mandatario estadounidense admitió que quedan aún 66 millones de ciudadanos sin vacunar en el país, una cifra que sigue considerando «inaceptable», y volvió a hacer un llamamiento a todos los reticentes para que se inmunicen.

Por otro lado, Biden defendió su política de obligar a la vacunación a los trabajadores federales y de impulsar también ese requerimiento en las empresas de más de 100 empleados.

Consideró que los requerimientos «están funcionando» y aseguró que el Gobierno seguirá haciendo todos los esfuerzos para luchar contra la desinformación sobre las vacunas e impulsar que los estadounidenses se sigan inmunizando.