Óscar de la Borbolla
31/12/2018 - 12:03 am
Una sonrisa
Gustoso llegaría al mismísimo infierno si ahí mi madre volviera a sonreírme como cuando llegaba del colegio.
El gesto que más he apreciado de los seres humanos a lo largo de mi vida es la sonrisa y, contra lo que se cree, no es tan sólo un movimiento de los labios sino de todo el rostro: se sonríe con los ojos, con la frente, con la barbilla e, incluso, si uno se fija bien, la sonrisa se relaciona con la posición del cuello y de los hombros, aunque, de hecho, es con todo el cuerpo: la persona misma es quien sonríe.
Por ello, la sonrisa de la que estoy hablando rejuvenece a las personas, las endulza, pone de manifiesto lo bueno que hay en ellas. Aunque, como se sabe, hay de sonrisas a sonrisas y no es lo mismo la sonrisa sardónica de quien se está burlando de alguna desgracia, que esa otra -más parecida a la que tengo en mente- que es esa muestra afable con la que nos dan la bienvenida quienes nos esperan con afecto.
Gustoso llegaría al mismísimo infierno si ahí mi madre volviera a sonreírme como cuando llegaba del colegio.
Y uno sonríe francamente no sólo ante las personas; uno sonríe ante un plato de comida apetecible y ante las gracejadas de un perro o de un gato. Uno sonríe -casi todo el mundo es capaz de ello- ante una catarina, una flor o un buen cuento. Lo que nos agrada, sea de la índole que sea, tira de las comisuras de los labios, ilumina los ojos y nos hace avanzar tranquilos y confiados.
La sonrisa no sólo es lo mejor de los seres humanos, sino del universo. Una sonrisa también es el calor de la mañana y el olor del café o del pan cuando uno pasa, una sonrisa es el espacio que cede a nuestro paso y nos deja avanzar sin llenarnos el camino de obstáculos. Sonrisas sin labios y sin ojos son todas las cosas de este mundo cuando se puede transitar por él a salvo y, por eso, en respuesta, sonreímos de buenas a primeras sin causa aparente.
La razón de nuestra sonrisa es esa facilidad del mundo de la que rara vez nos percatamos, pero que está ahí: en lo sencillo que es respirar cuando es sencillo respirar, en lo espontáneo que es vivir cuando vivir es espontáneo. Sonrisa larga es el río que corre y corre sin diques que lo contengan, sin represas que lo estanquen.
Hoy, sin más, les ofrezco esta sonrisa acerca de la sonrisa y lo mejor para el año que comienza.
Twitter @oscardelaborbol
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