Mariguana: ¿por qué hacerlo bien si se puede hacer mal?

 El principal problema del menjunje indigesto es que pretende regular sin despenalizar tan siquiera la posesión simple de cannabis. Plantas de mariguana colocadas por el Movimiento Cannábico Mexicano afuera del Senado de la República. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro.

Ayer finalmente, las comisiones unidas del Senado de la República encargadas de dictaminar las iniciativas sobre regulación del cannabis aprobaron en lo general un texto que muy probablemente se discuta hoy en el pleno. Después del mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que le ordenó al Congreso de la Unión legislar para eliminar los artículos declarados inconstitucionales por una jurisprudencia derivada de cinco sentencias de amparo consecutivas en las que el tribunal reconoció el derecho de las personas a consumir mariguana en ejercicio de su libre desarrollo de la personalidad, y de un largo proceso que comenzó en 2007 cuando la Diputada Elsa Conde presentó en la Cámara de Diputados las primeras iniciativas para regular el cannabis de manera no prohibicionista, el Senado discutirá y probablemente aprobará una Ley Federal para la Regulación del Cannabis y una serie de reformas a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal mal hechas y abigarradas, que no cumplen con el objetivo de despenalizar el cultivo, la comercialización y el consumo de mariguana ni establecen reglas eficaces para  su uso terapéutico.

El proceso de dictamen fue liderado por el Senador Julio Menchaca, presidente de la Comisión de Justicia. Empeñado, por lo visto, en favorecer a las empresas canadienses que vieron a tiempo una ventana de oportunidad para controlar al mercado legal del cannabis en México, tanto el medicinal como el de uso personal adulto, desde octubre de 2019 el Senador Menchaca esbozó las líneas generales de sus compromisos: una regulación restrictiva, con barreras de entrada infranqueables para los productores tradicionales de mariguana, los campesinos pobres que han sembrado la planta bajo la dominación de las organizaciones criminales y acosados constantemente por el Estado, que los ha hecho víctimas de una represión constante, extorsionándolos, encarcelándolos y destruyendo sus cultivos.

Desde su primera versión, el dictamen de Menchaca establecía una serie de criterios que solo se explican como resultado de un intenso cabildeo de las grandes empresas empeñadas en capturar el mercado, copiados de la normatividad canadiense. En cambio, nunca estuvo dispuesto el justiciero Senador a eliminar los delitos vinculados al consumo ni a descriminalizar el cultivo que no cumpliera con los requisitos empresariales con los que parece comprometido. Un proyecto enredado, lleno de reglas sesgadas, que ni siquiera satisfacía, en sus primeras versiones, con el mandato de la Suprema Corte, pues se establecían una serie de restricciones al cultivo para el autoconsumo muy superiores a las garantizadas por el alto tribunal en los amparos de los que derivó la jurisprudencia.

En un proceso escabroso, empantanado por las reticencias del Presidente de la República al avance de la regulación, el Congreso no fue capaz de cumplir con el plazo máximo establecido por la Corte y tuvo que pedir una prórroga, la cual se prolongó por la suspensión de plazos judiciales provocada por la pandemia. Cuando se reanudó el trámite legislativo del asunto, Menchaca cambió el dictamen para empeorarlo, con muchas más restricciones y con mayores penalizaciones que las actualmente existentes

El machacado jurídico de Menchaca se enfrentó a la oposición tanto de los académicos que estudiamos política de drogas, como de las organizaciones civiles de derechos humanos y de los colectivos de usuarios de cannabis, que lo consideraron violatorio de sus derechos. El principal problema del menjunje indigesto es que pretende regular sin despenalizar tan siquiera la posesión simple de cannabis. El bodrio legislativo sobrerregula, enreda y discrimina, pues creará un mercado legal para la mariguana producida por grandes empresas que podrán comprar a altos precios los fifís de la Condesa o los turistas de Cancún, mientras que los consumidores de los barrios pobres, que compren la mariguana de siempre –la de los carrujos de a 50 pesos– seguirán siendo extorsionados por la policía, detenidos y, si compran un cuarto para dividirlo entre varios, podrán ser encarcelados por varios años, con el agravante de que cometerán un delito de los que se castigan ahora con prisión preventiva oficiosa.

Por supuesto, a los campesinos pobres, sin acceso a la justicia, los seguirán persiguiendo como siempre. Nada cambiará para ellos si se aprueba el dictamen como está. Si la regulación sensata de la mariguana serviría para hacer justicia a quienes han sido víctimas de una prohibición que sólo ha dado malos resultados, la ley Menchaca, en cambio, agudiza la desigualdad que siempre ha marcado a la política de drogas, la cual se ha cebado con los más pobres.

En el proceso legislativo en curso, la sensatez y el clamor justiciero ha tenido a una campeona. La Senadora Patricia Mercado ha jugado un papel central en el debate, con propuestas para mejorar el proyecto, y ha puesto por delante los argumentos. A ella se deben, sin duda, los pequeños avances conseguidos en la discusión de la última semana. Gracias a su perseverancia, en el dictamen se redujeron muchos de los requisitos inicuos que se establecían en el proyecto original a la posibilidad del autocultivo de mariguana en domicilios particulares, para, al menos, satisfacer los requerimientos de la Suprema Corte. Sin embargo, no pudo vencer la resistencia de la mayoría de Morena a eliminar la prohibición del cannabis en el Código Penal, ni siquiera en su vertiente de posesión simple por encima del umbral de 28 gramos, aún cuando no se acredite la intención de venta.

Otros senadores también intentaron impulsar una mejor regulación. Incluso Claudia Ruiz Massieu del PRI se pronunció por la despenalización, pero el conservadurismo de la actual coalición de Gobierno parece imponerse. El mayor ridículo lo ha hecho la Secretaria de Gobernación, que al inicio de esta legislatura presentó como Senadora una iniciativa mucho menos deficiente que lo que está a punto de aprobarse, pero que desde su posición en el Gobierno ha demostrado su absoluta falta de influencia política.

Falta la discusión en el pleno del Senado y, después, el trámite en la Cámara de Diputados. Soy muy pesimista, pero a los mejor le enmiendan la plana a Menchaca y se corrige la simulación de una regulación sin despenalización, injusta y absurda, porque, además, dadas las débiles capacidades del Estado mexicano para aplicar la ley muchas de sus enredadas reglas ni siquiera podrían ser aplicadas, mientras que otras se aplicarían arbitrariamente para mal.

7 Responses to “Mariguana: ¿por qué hacerlo bien si se puede hacer mal?”

  1. Don Simon dice:

    lo he leído desde hace tiempo y siempre ha señalado las fallas del proyecto de ley de regulación del canabis y estoy totalmente de acuerdo con usted, la propuesta de ley es una verdadera mentada de madre a buscar cumplir con el objetivo que es la des-penalización integral de la canabis.

    Ahora, porque los legisladores son ciegos y sordos a las exigencias de la población en términos de seguridad y certeza jurídica relativa al uso y consumo de la planta? que otros intereses cuidan aparte de los derechos de los mexicanos? no es esto una especie de traición a los mexicanos también? que político tiene la inteligencia suficiente para llevar este proyecto de ley como debe ser?
    nos urge Políticos inteligentes y de visión profunda y de larga mira. pero lo único que tenemos es esos partidos políticos para encontrar allí gente que valga la pena y eso ha sido una pésima experiencia ene el pasado… que difícil todo.

  2. AQUILES dice:

    FUERA LOS NARCO-MINISTROS DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION Y LOS NARCO-CONGRESISTAS, CON ESTA CONTRA-REFORMA SE DISPARARAN LOS DELITOS COMETIDOS BAJO LOS INFLUJOS DE LA MARIGUANA. SOMOS UN NARCO-ESTADO Y SUS LEYES SE AJUSTAN A LO QUE DIGAN EL MERCADO DE LA MARIGUANA, DE POR SI LOS NARCOS PAGAN LAS ELECCIONES DEL INE Y DEL TRIBUNAL ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL, TODO ESTA PARA FAVORECER AL CRIMEN ORGANIZADO. IMAGINESE QUE VAYA UD CON SU NIÑA EN LA COMBI Y QUE UN MARIGUANO SE LE OCURRA PRENDER SU CHURRO, “QUE VA A ESTAR LEGALIZADO” Y SE ARME UNA PERORATA, ESTO TRAERA CONFRONTACION CON LA POBLACIÓN PACIFICA Y SANA DE MEXICO QUE ES LA MAYORIA

    • Don Simon dice:

      nada mas alejado de la realidad,la marihuana no va a disparar los crímenes mas de lo que ya están, por los cielos, pero mantener la prohibición si trae consecuencias negativas para todos, y lo vemos en Mexico donde hay muertos y violencia y la droga no ha disminuido su trasiego ni su consumo ni siquiera ha disminuido la oferta, por el contrario ahora es mas fácil conseguir drogas que hace 12 años, lo cual muestra lo nefasto de esta prohibición que no sirve mas que para violentar a la población. se debe regular para que su uso sea bajo conceptos que TODOS debemos entender al igual que se hace con drogas como el alcohol y el tabaco. hay reglas para su uso, igual deberá haberlo para la marihuana.

    • Elmao dice:

      Por que gritas?

  3. Mexicano dice:

    Cuánta ignorancia sin fundamento en el comentario. No se fuma en lugares públicos y cerrados ni una cosa ni la otra. Hay que estudiar las causas económico-politico y racistas que llevaron a prohibir la yerba hace 100 años. Con ver wikipedia tiene. Buen día.

  4. Rosquita Fresquita dice:

    El azúcar hace mucho daño. El alcohol hace mucho daño. Ahora ahí viene la mariguana que también hace mucho daño. Por lo menos contra el tabaco si parece haber un serio plan para reducirlo a su mínima expresión en el futuro próximo. Muchos aplauden que la cuarta droga se acerque a su despenalización e incluso legalización. No saben que son muchos los problemas que acarreará tanta “modernidad”. Lo recreativo está bien hasta que no afectan a terceros y familiares.

  5. Periko7 dice:

    Muy acertada me parece su observación Sr. Romero, acerca de destacar que con esta revoltijo de regulaciones, las únicas beneficiarias, serían las empresas productoras y procesadoras de la mariguana.
    Ridículo de raíz, el someter la legalidad al gramaje, o la cantidad de plantas al número de consumidores. Y peor aún dejar criminalizado al último en esta cadena de infaustas prohibiciones y persecusiones, que es el agricultor pobre.
    O… cada policía cargará una balanza calibrada para pesar la cantidad que porte algún particular? O tendrá derecho alguna autoridad a entrar a las casas a contar el número de plantas de mariguana?
    Es un principio universal el que una regulación o ley sea practicable y que no sea injusta. Por supuesto, esto no incluye al gatopardismo del revoltijo de regulaciones que desprenderán de estas leyes.
    Esto es tan ridiculo, que hasta la opinión de Fox puede ser sometida a consideración.

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