Tigre confirma agresiones en final de Copa Sudamericana

Buenos Aires, 13 Dic. (Notimex).- El club argentino Tigre regresó hoy a Buenos Aires y confirmó las agresiones que sufrió, incluso con armas de fuego, por parte del personal de seguridad de San Pablo, en la final de la Copa Sudamericana.

“No ocurrió una tragedia de milagro”, afirmó el mediocampista Martín Galmarini a su arribo a esta capital y explicar por qué Tigre ya no pudo salir a disputar el segundo tiempo, lo que permitió que los brasileños se quedaran con el torneo.

“Fue como una película, nunca viví algo así, estuvimos a la buena de Dios, por suerte un grupo de jugadores tomó coraje y enfrentó la situación”, comentó.

El jugador agregó que “todos teníamos el susto de que podía pasar cualquier cosa cuando uno (de seguridad) sacó un arma y nos apuntó y a (el arquero Damián) Albil le pegó un culatazo en el pecho”.

Al respecto, Galmarini reconoció que nadie supo si efectivamente el arma estaba cargada o no, aunque advirtió que si el guardia la sacó era porque pensaba usarla.

El partido de este miércoles en San Pablo tuvo que suspenderse en el entretiempo porque los jugadores de Tigre se negaron a salir después de ser amedrentados en los vestuarios, lo que desató un escándalo internacional.

Galmarini lamentó la actuación de la Conmebol, que proclamó campeón al club brasileño, sin tomar en cuenta los incidentes denunciados por el equipo argentino.

El árbitro chileno Enrique Osses dio por terminado el encuentro ante la decisión de los argentinos de no regresar al gramado del estadio Morumbi de Sao Paulo.

“Lo que empezó como una fiesta, por lo que representaba jugar una final, terminó de la peor manera, ojalá alguien tome cartas en el asunto”, declaró.

Consideró que Tigre seguramente va a ser sancionado “porque es un club chico y San Pablo es un grande”, así que los brasileños seguirán disputando coronas como si nada hubiera pasado.

Por otra parte, el entrenador Néstor Gorosito también criticó a la Conmebol porque urgía a los jugadores de Tigre a regresar a la cancha sin tomar en cuenta que habían sido golpeados y amenazados.

“Los que estaban armados no sabíamos ni quiénes eran, pero era la misma gente que no nos dejaba entrar a hacer el precalentamiento, nos apuntaban a todos”, narró.

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