El testimonio de Comey deja a Trump como un mentiroso al mando de EU; falta probarlo

La declaración jurada rendida hoy por el ex director del FBI, James Comey a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado incluye más contradicciones respecto a lo dicho estos meses por Donald Trump. Por ejemplo, el ex director del FBI dijo que el verdadero motivo de su despido fue que el Presidente de EU quería “cambiar el modo en que se conducía la investigación sobre Rusia”, algo tajantemente rebatido por el abogado del gobernante, Marc Kasowitz, que fue quien dio la réplica al testimonio de Comey.

Por Hernán Martín

Washington, 8 jun (EFE).- El ex director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) James Comey aseguró hoy ante el Senado de Estados Unidos que el Gobierno del Presidente Donald Trump mintió al justificar su destitución, aunque la Casa Blanca salió pronto al paso de ese testimonio al asegurar que el gobernante “no es un mentiroso”.

La declaración jurada rendida hoy por el ex director del FBI a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado, no obstante, incluye más contradicciones respecto a lo dicho estos meses por Trump.

“La Administración eligió difamarme a mí y de manera mucho más grave al FBI”, aseguró Comey al abrir su testimonio en referencia a los motivos aludidos para despedirle el 9 de mayo pasado.

El Presidente, en la carta en la que le comunicó el despido, aseguró que el FBI necesitaba alguien que “restableciera” la confianza de la ciudadanía en esa institución, algo que Comey consideró “simple y llanamente mentiras”.

El ex director del FBI dijo que el verdadero motivo de su despido fue que Trump quería “de algún modo, cambiar (…) el modo en que se conducía la investigación sobre Rusia”, algo tajantemente rebatido por el abogado del gobernante, Marc Kasowitz, que fue quien dio la réplica al testimonio de Comey.

Pero en el testimonio de Comey hay otras afirmaciones que, de comprobarse ciertas, podrían considerarse intentos de Trump de interferir en la investigación independiente del FBI sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones estadounidenses de noviembre pasado y su coordinación con la campaña del gobernante.

Esas acciones, de confirmarse, pudieran ser consideradas un intento de obstrucción a la Justicia, lo que podría desembocar en un juicio político contra el magnate inmobiliario.

Comey presta juramento antes de declarar ante la comisión de inteligencia del Senado en Washington. Foto: AP

Según Comey, Trump le pidió “dejar pasar” el caso sobre la investigación contra su exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, quien tuvo que renunciar por sus nexos con Rusia y por haber mentido a las autoridades intentando ocultarlos.

“No, no. Siguiente pregunta”, respondió atropelladamente y con malestar Trump cuando se le preguntó sobre el asunto en la rueda de prensa que ofreció junto al Presiente de Colombia, Juan Manuel Santos, el 18 de mayo en la Casa Blanca.

Previamente, en una entrevista con la cadena NBC el 11 de mayo, Trump también aseguró que había cenado con Comey el 27 de enero, una semana después de su toma de posesión, porque el entonces director del FBI quería hablarle sobre su permanencia en el puesto.

“Quería tener una cena porque quería quedarse” en el cargo, dijo entonces Trump, quien, preguntado que aclarara a petición de quién había sido la cena, respondió: “Creo que la pidió él”.

Según Comey, fue el propio Presiente el que le había llamado ese mismo mediodía para invitarle a cenar y, aunque había asumido que iba a ser con más personas, al final estaban a solas ellos dos.

Los contactos entre Trump a Comey son considerados cuanto menos inapropiados, dado el conflicto ético que pudieran suponer debido a la investigación independiente del FBI sobre un asunto que pudiera llegar a salpicar al gobernante.

Además, según la versión del ex director de FBI, fue Trump quien ya al comienzo de la cena en el Salón Verde de la Casa Blanca le preguntó a él si quería seguir en el puesto, y no al contrario, lo que interpretó como “un esfuerzo para que le rogara” por seguir y “crear algún tipo de relación de clientelismo”.

Otro punto controvertido es el origen de los contactos.

Trump ha afirmado que el propio Comey lo llamó para asegurarle que él no estaba siendo investigado por la trama rusa, pero de las nueve conversaciones que él recuerda, seis de ellas por teléfono, no menciona ninguna en la que él haya sido quien llamara.

Durante la declaración ante la comisión de inteligencia del Senado, Washington. Foto: AP

Comey insistió hoy en todo momento en la importancia de la “tradicional independencia del FBI respecto al Poder Ejecutivo”.

A este respecto, una de las acusaciones más graves de Comey es que en la cena del 27 de enero Trump le pidió “lealtad, aunque evitó interpretar si ello supuso un intento de obstrucción a la Justicia, algo que -dijo- corresponderá determinarlo al fiscal especial designado para esta investigación, Robert Mueller.

No obstante, el Presiente de Estad0s Unidos también lo ha negado.

“No, no lo hice”, respondió Trump en una entrevista con Fox al preguntársele por ello, aunque seguidamente aseguró que, de haberlo hecho, no habría sido “inapropiado”.

Comey admitió hoy en el Senado que él mismo filtró a la prensa, a través de un amigo, el contenido de sus anotaciones sobre las conversaciones que mantuvo con Trump, después de que este le amenazara en Twitter con la publicación de “cintas”.

“A James Comey más le vale que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que él empiece a filtrar a la prensa”, tuiteó Trump el 12 de mayo, cuando el exdirector del FBI había empezado ya a filtrar su versión del contenido de sus encuentros.

“Dios mío, espero que haya cintas”, dijo hoy al respecto Comey a los miembros del Comité del Senado.

Desde luego, eso aclararía quién miente.

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2 Responses to “El testimonio de Comey deja a Trump como un mentiroso al mando de EU; falta probarlo”

  1. Gilberto Posada dice:

    Ustedes se creen que Trunp es mentiroso…y que dicen del que apostaba por conseguir armas de destruccion masiva en Irak y decir que hablaba con Dios.

  2. Jose Alfredo Felix Serna dice:

    LaRouche: Alto al fraude del FBI. ¡A detener el golpe contra el Presidente! Lo que la prensa mentirosa no te dice
    junio 9, 2017

    9 de junio de 2017 — Lyndon LaRouche apeló al pueblo de Estados Unidos para detener el golpe de Estado que está en marcha contra el Presidente Trump, el cual se atizó más el jueves 8 con el testimonio mentiroso del despedido director del FBI, James Comey, ante la Comisión Selecta de Inteligencia del Senado. LaRouche señaló que el golpe es un operación tipo FBI que pretende destruir a Estados Unidos, y si no se le detiene, el mundo enfrentará la guerra generalizada.

    El 7 de junio, el ex Director de Inteligencia Nacional, James Clapper, reveló el verdadero motivo del golpe en contra de Trump, en un comentario que hizo en Australia. Dijo que la apertura de Trump hacia la paz con Rusia —o sea, la plataforma sobre la cual el pueblo estadounidense eligió a Trump— era algo completamente en contra de los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, y en efecto, equivalente a traición. Ya se sabía en el ámbito oficial de Washington, mucho antes de las elecciones, que el Presidente Obama, en connivencia con los británicos, con la candidata Clinton, el propio Clapper, el entonces jefe de la CIA Brennan, y el entonces jefe del FBI, Comey, habían encaminado a Estados Unidos hacia la guerra contra Rusia y contra China, lo cual se pensaba activar plenamente con la elección de la Clinton. Pero eso no ocurrió, sino que Trump resultó electo, lo cual desató el consiguiente golpe de Estado. El Presidente Trump ha mantenido su promesa y ha establecido mejores relaciones con Rusia y con China, quienes buscan cooperar con Estados Unidos APRA desarrollar al mundo en base a grandes proyectos de infraestructura. Esa es la única cuestión en todo esto. Comey lo mostró claramente el jueves en su largo desvarío que pronunció contra Rusia a la que tildó de enemigo mortal, en respuesta de una pregunta del senador Joe Manchin.

    La verdadera conspiración funcionó de la siguiente manera:

    Según las palabras de Comey y su verdadera implicación, el 6 de enero, el entonces director del FBI, Comey, fue seleccionado por los jefes de la inteligencia de Obama para hacerle a Trump una operación tipo “J. Edgar Hoover”, cuando le presentó un material procaz de chantaje preparado por el agente de inteligencia británico y operativo de la campaña de Clinton, Christopher Steele. Una pura operación de chantaje al estilo de Hoover. Comey le señala a Trump: “Olvídate de tu fantasía de cooperar con Rusia y no vamos a dar a conocer esto”. Trump no se corre. Al siguiente día, todo el expediente de Steele se filtra a los medios de prensa internacionales, en donde sea cusa al Presidente electo de actos de perversión sexual con prostitutas rusas. Eso fue lo que reconoció Comey en su testimonio del jueves, cuando dijo que el era conciente de que ese informe se podría interpretar como un “momento a la J. Edgar Hoover”, en respuesta a una pregunta de la senadora Susan Collins de Maine. Durante esa reunión, Comey le aseguró a Trump que el Presidente no estaba bao investigación del FBI. Luego Comey salió de la reunión y escribió un memorando confidencial, clasificado, sobre el informe y las respuestas del Presidente. ¿Se compartió ese memorando con los británicos? ¿Qué más se compartió?

    Comey alega que escribió eso porque pensaba que el Presidente mentiría. Esas son sandeces. Comey ya había sido elegido para tumbar al Presidente, para entramparlo, en caso de que Trump no retrocediera en su procura de mejores relaciones con Rusia y china. La única conclusión lógica que se puede extraer del testimonio que dio James Comey en respuesta a las preguntas de varios senadores republicanos, es que Comey tenía la intención de entrampar al Presidente.

    Primero, el senador James Risch: Recuerdo que usted habló con nosotros poco después del 14 de febrero, cuando el New York times sacó un artículo que sugería que la campaña de Trump estaba coludida con los rusos… ese informe del New York Times no era verdad. ¿Es esta una aseveración justa?

    Comey: En esencia no era verdad.

    Luego, con relación a la supuesta conversación de Michael Flynn:

    Risch: Usted cita de manera exacta lo que dijo el Presidente, “Yo espero que puedas ver todo claro para soltar esto, para dejar libre a Fylnn. Él es un buen tipo. Espero que puedas dejar pasar esto”. ¿No le dio instrucciones de que lo dejara libre?

    Comey: No en sus palabras, no.

    Risch: ¿No le ordenó que lo dejara pasar?

    Comey: De nuevo, esas no fueron las palabras.

    Risch: ¿Usted no sabe de nadie que haya sido acusado por esperar algo?

    Comey: Yo no, hasta donde estoy aquí sentado.

    En cualquier escenario veraz, las cosas deberían haber terminado ahí mismo.

    Varios senadores republicanos le preguntaron a Comey en repetidas ocasiones, por qué, si el Presidente le había preguntado por su lealtad, si le había dicho que dejara la investigación a Flynn (algo de lo cual con toda probabilidad el Presidente ni siquiera sabía que existía), por qué no le informó al Fiscal General? O si no, por qué no amenazó con renunciar, como ya lo había hecho anteriormente en una confrontación con el Presidente George W. Bush? ¿Por qué siguió reuniéndose con el Presidente, diciendo al Presidente que no estaba bajo investigación, pero negándose a decir al público eso mismo, y volviendo de nuevo a fraguar estrategias con otros agentes del FBI sobre lo que se dijo y lo que seguiría después? Comey admitió en su testimonio que no hizo lo lógico, como por ejemplo decirle al Presidente que dejase de actuar de manera inapropiada, porque el FBI había decidido que esas conversaciones eran de “interés para la investigación”, es decir, Comey, en su papel de informante encubierto, no había logrado todavía entrampar totalmente al Presidente Trump.

    En el círculo de personas que Comey mantenía informado sobre todos los intercambios con el Presidente, incluyó al subdirector del FBI McCabe. Desafortunadamente para Comey —y para todo este escenario montado de supuesta “obstrucción de la justicia”— McCabe testificó bajo juramente al Congreso después de que sucedieron los hechos, que no hubo ningún intento de Trump ni de nadie más para interferir u obstruir la investigación del FBI. De hecho, el mismo Comey testificó en el Senado el jueves que antes de que lo despidieran, no había ninguna investigación sobre el Presidente Trump, ni por obstrucción de justicia ni por colusión con los rusos.

    Luego de la presentación ensayada de Comey, el abogado del Presidente Trump, Marc Kasowitz, negó que el Presidente le haya pedido nunca a Comey que dejara el asunto de Michael Flynn, ni presionó a Comey, y ni siquiera le pidió “lealtad” a Comey. De manera muy apropiada, Kasowitz destacó las partes siguientes del testimonio de Comey:

    — El supuesto hackeo de los rusos no cambió para nada la votación.

    — El Presidente le dijo a Comey que si cualquiera de sus asociados en su entorno cometió algo erróneo, sería bueno que lo averiguara.

    — James Comey admitió que el filtró todos sus memorandos sobre sus conversaciones con el Presidente Trump al diario New York Times, para provocar el nombramiento de un Fiscal Especial. Cuando menos uno de esos memorandos esta clasificado como confidencial.

    Esta no es una batalla que va terminar en los tribunales. Si continúa o no, es asunto de el pueblo estadounidense y de sus representantes. Como dijo LaRouche, es hora de que el pueblo se manifieste y termine con este intento de golpe perturbador y peligroso. También es hora de que los conspiradores del golpe sean investigados, incluyendo a los medios noticiosos traidores.

    LarouchePac.

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