Ayer, López Obrador envió al Senado de la República la terna para sustituir a Margarita Luna Ramos, quien termina su periodo como Ministra el próximo 18 de febrero. Las nominadas para el cargo son Esquivel Mossa, Celia Maya y Loretta Ortiz. Sin embargo, la polémica se ha centrado en la primera por la relación marital que sostiene con el empresario José María Rioboó.
Ciudad de México, 2 de febrero, (SinEmbargo).- La integración de Yasmín Esquivel Mossa en la terna para sustituir a la Ministra Margarita Luna Ramos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha causado polémica. ¿La razón? Actualmente es la esposa del empresario José María Rioboó.
El contratista es considerado como uno de los hombres más cercanos al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Ha sido señalado como asesor del mandatario en temas como la planeación del Tren Maya y el diseño del proyecto ejecutivo de reacondicionamiento de la Base Aérea Militar de Santa Lucía en un aeropuerto civil.
Ayer, López Obrador envió al Senado de la República la terna para sustituir a Ramos Luna, quien termina su periodo como Ministra el próximo 18 de febrero. Las nominadas para el cargo son Esquivel Mossa, Celia Maya y Loretta Ortiz.
Tanto Maya como Ortiz ya habían sido nominadas, a finales del año pasado, para sustituir al Ministro José María Cossío. Pero el Senado desistió sus candidaturas ante los señalamientos de cercanía con el actual mandatario.
Ahora, la polémica se centra en Esquivel Mossa por la relación marital que guarda con el contratista Rioboó.
Sin embargo, el pasado 31 de octubre declaró a La Jornada que cuenta con una carrera independiente y que cuando conoció a su esposo, ya había sido magistrada federal.
“Yo creo que son rutas distintas, carreras diferentes. Yo tengo 35 años en el servicio público, y al ingeniero Rioboó lo conocí hace siete años. Tengo una carrera totalmente independiente a los empresarios, entre ellos a mi esposo. Cuando lo conocí ya había sido magistrada federal y era magistrada en el TCADF. Él tiene sus proyectos y su carrera, y yo la mía”, declaró.
Abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desde 2009 es magistrada del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de México. Si es seleccionada por el Senado, será la primera ocasión en que una integrante del tribunal administrativo arribe a la Suprema Corte.
LAS REACCIONES
Tras la nominación, políticos, activistas y especialistas en derecho criticaron la presencia de Esquivel Mossa.
Por ejemplo, el Senador de Acción Nacional (PAN), Damián Zepeda dijo que la nominación era “un desprecio total a la independencia que debe tener el Poder Judicial”.
Estoy convencido debemos ser oposición constructiva, pero es imposible apoyar así a @lopezobrador_ : recibimos en @senadomexicano su terna para @SCJN e incluye a esposa de Riobóo. Otro ataque a la independencia de poderes y órganos. ¡Basta de nombramientos carnales!
— Damián Zepeda (@damianzepeda) 1 de febrero de 2019
Mientras Jesús Ortega apuntó que su nominación representaba un conflicto de interés al ser “la esposa de su contratista preferido”.
Mientras el abogado Javier Martín Reyes puntualizó que la terna “es una burla; un desprecio a la judicatura”, ya que “el presidente pide elegir entre el partidismo y el conflicto de interés”.
La @SCJN está llamada a ser un pilar de nuestra democracia.
Lejos estamos de este ideal.
Pero la terna de hoy es una burla; un desprecio a la judicatura.
El presidente pide elegir entre el partidismo y el conflicto de interés de la #MinistraContratista.#SinCuotasNiCuates pic.twitter.com/zDP2RF3bZF
— Javier Martín Reyes (@jmartinreyes) 1 de febrero de 2019
La abogada Paola Zavala señaló que la presencia de Esquivel en la terna representa un conflicto de interés. Y comparó la nominación con un supuesto de cuál hubiera sido la reacción si el ex Presidente Enrique Peña Nieto hubiera designado a la esposa del dueño de Higa a la Corte.
¿Se hubieran opuesto a que EPN propusiera a la esposa del dueño de HIGA para ministra de la SCJN?
Bueno, lo mismo con la propuesta de AMLO para que la esposa de Riobóo sea ministra.Se llama conflicto de interés por donde lo vean #SinCuotasNiCuatas #SCJN
— Paola Zavala Saeb (@PaolaSaeb) 2 de febrero de 2019
Mientras la politólogo Denise Dresser señaló que la propuesta “manda pésimo mensaje de conflicto de interés y falta de autonomía”.
Tags: conflicto de interés, José María Rioboó, Loretta Ortiz, SCJN, Yasmín Esquivel Mossa
Mas de lo mismo ya se esperaba, las mañas del PRI, es la 4a. T, que desepcion para los 30 millones que votaron por este pejende…. felicidades chairos por su remedo de prejidente.
A mí no me interesa de quién son esposas o si tienen afinidad por algún partido. Me interesa que sean personas capaces, bien preparadas y sobre todo honestas. Si no cumplen alguno de estos requisitos, sobre todo el último, que las rechacen. Lo que me molesta de las cuotas partidistas que se manejaron en el pasado (con el visto bueno de PRI, PAN y PRD) no es la cercanía de sus candidatos a cada partido, sino su dudosa reputación. Eso del fiscal carnal, el ministro carnal, etc, etc, son críticas sin argumento. Si se duda de la imparcialidad de estas candidatas es que se está poniendo en duda su honestidad. Si la oposición tiene elementos para demostrarlo, que las presente y se las rechace. Si no los tiene, mejor que no haga el ridículo. Es natural que cada partido trate de poner a personas que tienen opiniones cercanas al mismo, lo que ahora está haciendo Morena. Eso no me preocupa, siempre y cuando la persona tenga una trayectoria de honestidad.
A de haber pensado el obrador que entre varios no ivan a notar que iva la vieja de su amigo carnal rioboo
Para que quede más claro. Si voy al médico a que me cure, me interesa que el médico sea capaz, bien preparado y honesto. No me interesa quién es su esposa o de qué partido político sean simpatizantes.
Según algunos políticos, grupos de la sociedad civil, opinadores profesionales en medios, y ciudadanos interesados en nuestra vida pública, entre los que los opositores al actual gobierno hacen mayoría, las candidatas propuestas por AMLO para cubrir la vacante que dejará en este mes la Ministra Margarita Luna Ramos, son inelegibles porque mantienen cercanía evidente con Morena y con el propio presidente de la República. A una de ellas, Yasmín Esquivel Mossa, se le descalifica por ser cónyuge de alguien que ha sido asesor del actual Presidente de la República desde que ocupó el cargo de Jefe de gobierno en el DF. Sus merecimientos personales, trayectoria profesional y el desempeño en cargos anteriores no cuentan; los de su esposo sí. En mi opinión, esa es una curiosa forma de entender la equidad de género. Las otras candidatas: Loretta Ortiz Ahlf y Celia Maya García, con merecimientos diferentes – pero más que suficientes en ambos casos – no son bien vistas por su cercanía o su militancia en el mismo partido que el Presidente que las propone.
Desde la visión de sus detractores, solo pueden ser considerados independientes y autónomos los ministros que declaren su adhesión a los partidos de oposición a la coalición que llevó a AMLO a la presidencia del país. Si aceptamos ese criterio, debemos reconocer que los ministros designados durante los tres sexenios previos son afines a los gobernantes y al partido en que militaba el presidente que los propuso y la mayoría calificada del senado que los designó; es decir, su independencia y autonomía son igualmente discutibles, por decir lo menos.
Si no nos gustan las candidatas mencionadas, habrá también muchos a los que no agraden los actuales ministros, designados a propuesta de presidentes que no se distinguieron por su generosidad al proponer a personajes que eventualmente pudieran oponerse a sus solicitudes o francas exigencias. Los episodios relacionados con las reuniones entre Fox y los ministros de la SCJN para acordar el procedimiento a seguir durante la planeación e instrumentación del desafuero de AMLO en 2004, y, más recientemente, el amparo concedido a EPN por el ministro Eduardo Medina Mora, ilustran bien lo que significa el concepto de independencia y autonomía para el PRIAN.
Los hechos recientes nos confirman, por si lo habíamos olvidado, que los ministros también hacen política; es decir, que son actores políticos ¿Por qué entonces un presidente, con facultad constitucional para influir en la designación de un importante actor político que formará parte de uno de los Poderes de la Unión, debe renunciar a la posibilidad de influir para colocar como ministro(a) a alguien en quien pueda confiar, a fin de evitar que, por razones puramente políticas, en la SCJN se obstaculicen los proyectos del gobierno que encabeza? No hablo aquí – entiéndase bien – de la justificación para proponer una terna de encubridores dispuestos a torcer la ley para proteger a un presidente y sus colaboradores que, con plena conciencia de que incurren en prácticas que violan el orden jurídico vigente, muestran desprecio por el Estado de Derecho.
A mi juicio, conociendo la integración y el desempeño del Poder Judicial a partir de la reforma zedillista de 1995, debemos admitir que, el actual diseño constitucional para la designación de los ministros de la SCJN, obedece a la necesidad de proporcionar al titular del ejecutivo la oportunidad de colocar – en distintos momentos – en esos cargos al menos a tres de sus integrantes, lo que le permite contar con una parte del apoyo que requiere para promover sus proyectos, pero no le garantiza impunidad para violar la ley. Si lo que se busca es una Corte aséptica en términos políticos, será necesario cambiar en la Constitución la forma de designarlos y, aprobada esa reforma, sustituirlos a todos. No me parece una mala idea considerar esta posibilidad. Saludos.