Con una carrera de más de dos décadas en el servicio público, Raquel Buenrostro Sánchez es considerada una de las piezas más valiosas del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Y cómo no considerar así a la llamada “Dama de Hierro Mexicana” si su estrategia de cobrar impuestos desde el SAT a las grandes y poderosas corporaciones que no pagaron durante años al fisco ha aumentado los ingresos de la administración federal y le ha dado viabilidad al gasto en plena pandemia de la COVID-19.
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– ¿Cómo es que el Gobierno de México logró en 2020 –en el peor año de la pandemia generada por el SARS-CoV-2 y que desató la crisis económica y de salud más profunda en 100 años– aumentar sus ingresos tributarios y no poner en riesgo el gasto público y la operación de sus proyectos? Las respuestas concretas las tiene Raquel Buenrostro Sánchez, actual Jefa del Servicio de Administración Tributario (SAT), puesto al que llegó el 19 de diciembre de 2019 y desde el cual ha impuesto un sello indiscutible: atacar la corrupción interna de la institución, imponer una férrea disciplina a sus subalternos y desde ahí establecer piso parejo para todos los contribuyentes; en particular, cobrarle a los grandes conglomerados mexicanos y extranjeros los miles de millones de pesos en impuestos que por décadas los gobiernos federales en turno les perdonaron.
Yo creo que los contribuyentes «me tienen miedo”, ni en Navidad recibo regalos, dice la funcionaria federal quien en febrero pasado fue incluida por la revista International Tax Review en su “Global Tax 50”, una lista de las personas más destacadas en el mundo fiscal y donde se incluye al Presidente Joe Biden, por ejemplo. La publicación calificó a Buenrostro Sánchez como “La Dama de Hierro Mexicana” y destacó sus acciones extraordinarias para cobrarle a contribuyentes poderosos y morosos como Wal-Mart, IBM, Toyota, Minera Fresnillo, Femsa, América Móvil, entre otras corporaciones.
Su estrategia en la pandemia, explica en una entrevista para “Los Periodistas”, programa que conducen Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela en SinEmbargo al Aire por la plataforma de Youtube, fue cobrar los adeudos más grandes y que estaban a la vista de todos, porque sabía que tenía poco tiempo para operar y porque el parón de la economía no iba a permitir una jugosa recaudación fiscal. Además, se puso ojo en los adeudos simbólicos o icónicos: los de grandes corporaciones que hicieron planeaciones muy agresivas y que incluso rayaban en defraudaciones fiscales. Este plan, añade, continuará mientras ella esté en el SAT, pues asegura que hay aún un margen de casi un billón de pesos para cobrar a los morosos o a quienes, de plano, han defraudado al Gobierno federal.
–Usted tiene una reputación de mujer dura que, por supuesto hace valer lo que la Ley establece, pero cuando llegó al SAT no se encontró con algún contribuyente de los grandotes o medianos, o con sus abogados, que le hiciera ojitos o que le dijera: “háganos un descuento y un moche para usted”? –le pregunta Delgado Gómez.
–A mí la verdad, desde que llegué incluso a la Oficialía Mayor [en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), donde estuvo del 1 de diciembre de 2018 al 18 de diciembre de 2019] nunca me han ofrecido directamente nada. Yo creo que me tienen miedo. Es más, ni regalos recibo en Navidad. es muy chistoso porque tengo 25 años en la administración pública y luego en Navidad hay regalos en algunas oficinas, pero a mí no me dan regalos. Yo creo que les da más miedo regalarme algo, porque sienten que me puedo ofender. Y yo les agradezco muchísimo porque eso habla de la imagen que tienen de mi, lo cual a mí me satisface porque ahí no hay duda. Dicen que lo que es parejo no es chipotudo, entonces está muy bien porque, afortunadamente, no he tenido ese problema –dice Buenrostro no sin dejar escapar sonrisas.
“¿Que sí ha habido, y yo he tratado de exhibirlo públicamente? El SAT tiene 35 mil personas en toda la República y es una institución que, como muchas, tiene mucha corrupción. Tuvimos el problema de la venta de citas, donde cesamos a 36 servidores públicos internamente; en las aduanas hemos cesado a muchísimos; en total yo llevo interpuestas mil 700 denuncias nada más ante la Fiscalía General de la República, y sí me ha pasado que me han llamado grandes contribuyentes que tienen gente en sus oficinas y que les dicen que van de parte mía y les están pidiendo millones de pesos en efectivo para no hacerles una auditoría. Eso sí ha pasado y ahí sí me desmarco de cualquier petición. He salido públicamente a decir que nosotros no tenemos dinero. También nos han llamado para preguntarnos si tenemos un despacho escogido y les hemos aclarado que el SAT no tiene despachos, nosotros no nos metemos en relaciones entre privados, no recomendamos ni nos entendemos con despachos; nosotros no cobramos por ninguna asesoría, tampoco andábamos cobrando por hacer o no hacer auditorías a nadie y mucho menos andamos enviando mensajeros para que recojan dinero en efectivo.
“Eso sí no ha tocado, pero afortunadamente esa imagen que tienen de mí muchos de los contribuyentes les da la confianza de llamarme por teléfono; siempre les he dicho: nosotros tenemos la línea abierta y por eso nos han llamado y nos han dicho: ‘oye, aquí hay dos personas que vienen de tu parte con este mensaje’. Y les decimos: ‘no, pues no son de aquí; sácales una foto y hay que denunciarlos porque yo no he mandado a nadie y ahorita mismo vemos quiénes son”, añade la Licenciada en Matemáticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien tiene una Maestría en Economía por el Colegio de México (Colmex).
–El año pasado, a pesar de la pandemia, a pesar del desplome de la economía del país de 8.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), la recaudación fue muy relevante: no solamente no se cayó sino que se incrementó, y en buena medida porque se les cobró a quienes solían no pagar impuestos. Es muy importante, maestra, recordar el resultado de la recaudación el año pasado, el año de la brutal pandemia, y cuáles fueron los grupos empresariales que, a partir de una negociación con el SAT, pagaron lo que debían –le comenta Delgado.
–Con la pandemia sabíamos que teníamos que ir por los adeudos y los más grandes, obviamente porque teníamos muy poco tiempo para recaudar, y sobre lo que ya se tenía muy revisado. Eran adeudos grandes, muy revisados y los más viejos porque ya estaban muy estudiados y, además, donde era muy obvio su adeudo, que eran retenciones de ISR [Impuesto Sobre la Renta] y de IVA [Impuesto al Valor Agregado], que ahí no han ni qué discutir: una empresa que le retuvo el ISR a un trabajador y que no lo trasladó al fisco pues es obvio que tiene un adeudo –explica la funcionaria federal.
«Y un poco también nos fuimos con adeudos simbólicos o icónicos de grandes corporaciones que hicieron planeaciones muy agresivas, que incluso rayaban en defraudaciones fiscales. De éstos son más o menos 12 mil grandes contribuyentes y nos pagaron 892, de esos 892 sólo dos se fueron a un proceso mas allá; es decir, fueron a parar a la Procuraduría Fiscal para valorar la defraudación, porque en un principio no parecía haber arreglo con el SAT, aunque después terminaron pagando. Y de ese pago resultaron 216 mil millones de pesos de manera extraordinaria o lo que llamamos aquí en el SAT una recaudación secundaria. Entonces 892 contribuyentes nos pagaron 216 mil millones de pesos.
“Esto dio una percepción de justicia fiscal e hizo que el resto de la población pagara, porque la verdad el resto de los contribuyentes de manera secundaria pagó otros 280 mil millones de pesos, porque el años pasado de recaudación secundaria obtuvimos 496 mil millones de pesos, casi 500 mil millones de pesos, medio billón de pesos. Ese medio billón de pesos fue lo que nos permitió compensar la caída de toda la actividad económica y que la Ley de Ingresos no se cayera y pudiéramos sostener el gasto público. Eso fue muy importante el año pasado porque cambió muchísimo la cultura fiscal en nuestro país y la percepción. En un año atípico, porque fue la pandemia, hubo más declaraciones de personas físicas, que aumentaron declaraciones en un 15 por ciento y en cuanto a la personas morales hubo un aumento de 50 mil personas morales adicionales respecto al año anterior.
«Es decir, en un año donde todos pensamos que la gente perdiera su trabajo, que las empresas y las Pymes y las Mipymes cerraran –que seguramente sí cerraron muchos y seguramente mucha gente se quedó sin empleo– a pesar de ello aumentaron todas las declaraciones, incluso las que van en cero. Eso, ¿qué hizo? Hizo que la recaudación creciera enfocándonos en un universo cautivo, porque ya eran contribuyentes que estaban en el padrón, pero que no pagaban bien. Los chiquitos sí aumentaron un poco, un 15 por ciento, que no fue poco, y las personas morales en 50 mil más, pero ahora buscamos ampliar ese padrón de contribuyentes, para no dejar toda la carga tributaria siempre a los mismos. Entonces, estamos buscando cómo incorporar a mas personas a nuestro padrón de contribuyentes –plantea quien en 2000 se convirtió en la Directora de la Política Fiscal de la Secretaría de Finanzas del entonces Distrito Federal en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
–Hay que decir que en el pasado, para que se entienda la magnitud de esto, los que no pagaban, además en medio de una crisis se les daba dinero. El Gobierno contrataba deuda y luego repartía dinero y lo que nos quedaba –el mejor ejemplo es el Fobraproa– esa deuda para lo pagaremos nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Eso es lo que sucedía en el pasado. Ahora con la recaudación que se logró no cayó el ingreso del Gobierno sino que aumentó. Pero no todo mundo fue solidario, maestra: hay dos que se van a tribunales, dice usted; uno, ya sabemos que es Grupo Salinas y sus filiales, como Elektra, ¿el otro quién es? –le inquiere Páez Varela.
–No, Grupo Salinas tiene litigios desde antes que nosotros llegáramos: esos empezaron en 2015 o 2016. Pero de los que nosotros cobramos y no llegaron uno de ellos fue WalMart, y lo digo porque se hizo público, y otra empresa transnacional, global, de la que no puedo decir el nombre por secrecía fiscal, pero inmediatamente, una vez que pasó a la siguiente etapa se acercó y se puso al corriente. En ambos casos, esas transnacionales se acercaron inmediatamente y luego luego ajustaron cuentas y pagaron –explica Buenrostro Sánchez.
“De los que tenemos ahorita en proceso penal, que no son pocos, son casos que vienen de años anteriores y otros más recientes, que también han sido sonados en medios públicos. Pero de los mas grandes que teníamos, de la lista de los 50, prácticamente todos pagaron y los que no pagaron la totalidad pagaron en parcialidades”, agrega.
–Si, porque hay que recordar que Femsa pagó 8 mil 700 millones de pesos, BBVA 3 mil 200 millones de pesos, Walmart 8 mil millones de pesos, América Móvil 8 mil 200 millones de pesos, la Minera Fresnillo 4 mil 900 millones de pesos, IBM 669 millones de pesos. Esta es información pública y es correcta, ¿no es así maestra? –le pregunta Delgado.
–Así es, porque todas ellas son empresa públicas y dieron aviso en las respectivas bolsas donde cotizan. Estos son unos ejemplos, pero en total fueron 892 grandes empresas –afirma la funcionaria.
–Pero quiero preguntarle además: ¿ya pagó Ricardo Salinas Pliego o todavía no? –insiste Delgado.
–No, él tiene muchas empresas, tiene un grupo grande y ha estado pagando, porque no sólo tiene los adeudos que están en litigio sino tiene otras empresas y otros adeudos. O sea, nosotros estamos permanentemente con todas las empresas en revisión y en compulsas. En su caso, él ha estado pagando adeudos, pero los litigios siguen su rumbo procesal. Estamos en espera de los siguientes pasos –aclara la Jefa del SAT.
–Es decir, que esos adeudos que viene arrastrando Grupo Salinas siguen su proceso y ha hecho aportaciones de las otras empresas… ¿por litigio, maestra, o ha sido por su voluntad? –le consulta Páez.
–En litigio no, tenemos otras cosas que estamos revisando. Como en todas los grupos, hacemos un plan de auditoría, revisamos varios sectores y en todos los grupos donde encontramos diferencia vamos cobrando, ahí se van acercando, se van regularizando; vamos viendo diferencias, omisiones y todos se van ajustando. Este año, por ejemplo, no hemos tenido casos que haya salido del SAT, a diferencia de 2020 cuando sí hubo algunos que tuvieron que terminar en la Procuraduría Fiscal –afirma Buenrostro, considerada una de las piezas fundamentales para el Gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
–Me quedé con el dato: 12 mil eran las empresas a las que había posibilidad de cobrarles, 892 son a las que se les pudo cobrar. O sea, todavía hay una bolsa de a quienes se les puede cobrar, pensando en que el próximo año va a ser aún complicado, estaremos todavía en recuperación, y que eso podría dar un margen para mantener el ingreso estable –le dice Páez.
–Sí, todavía hay mucho margen. Por ejemplo, nosotros, como referencia, hemos estado sacando indicadores, que no son tasas de impuestos sino parámetros de referencia, donde calculamos el impuesto sobre los ingresos totales de las empresas y comparamos lo que debería pagar una empresa de cierta actividad y de cierto sector económico, y las estamos publicando. Ya hemos hecho tres publicaciones, ya llevamos dos terceras partes de todas las actividades económicas, nos faltan algunas. Y estos nos dice si la referencia está muy por arriba de lo que paga una empresa quiere decir que a lo mejor están siendo muy agresivos en sus planeaciones fiscales y convendría revisar cómo están pagando los impuestos sus fiscalistas o cómo los están aconsejando sus asesores fiscales –explica.
“Esas diferencias que hay entre la agresividad en su planeación fiscal y el parámetro de referencia que estamos publicando nos da un indicador de por dónde andan las evasiones y las elusiones fiscales. Y nosotros estimamos que, fácil, todavía andan como en un billón de pesos. Pero fácil. Desafortunadamente no todo se puede cobrar al mismo tiempo. De 12 mil contribuyentes sólo podemos cobrar como 800 o 900 por año. Entonces, esperamos que la gente se autocorrija, que se esté autorevisando, que es lo mejor para todos, pero en la medida en que nosotros hagamos nuestras previsiones y planeaciones vamos a seguir haciendo auditorías. Pero sí, estimamos que hay un margen de casi un billón de pesos entre las evasiones y las elusiones fiscales en todos los sectores”, afirma la llamada “Dama de Hierro Mexicana».
–A quienes somos contribuyentes cautivos, que es mi caso y el caso de Alejandro Páez Varela…
–¡Y el mío –interrumpe a Delgado una sonriente Jefa del SAT.
–Sí, es inevitable que cada mes hay que pagar. ¿Por qué los ricos, los millonarios, los magnates de la talla de Ricardo Salinas Pliego, del “Diablo” Fernández [José Antonio Fernández Carbajal, presidente de Femsa], de los españoles de BBVA, de Carlos Slim, por qué se hacen güajes, por qué le dan la vuelta, porqué no sólo buscan evadir sino eludir? ¿Es codicia, es falta de responsabilidad cívica, es falta de compromiso con el país? ¿Es qué, maestra? –le pregunta Delgado.
–Creo que de entrada la naturaleza de un empresario es maximizar sus utilidades. Entonces, ellos tratan de maximizar sus utilidades y lo que hay que dejar muy claro son las restricciones que hay y las restricciones están en el marco jurídico fiscal. Entonces, nosotros como autoridad en lo que tenemos que ser muy claros y precisos es en decirles cuáles son esas restricciones jurídicas fiscales que tienen que considerar para maximizar sus utilidades. Mientras las tengan claras, ellos pueden hacer lo que quieran. Lo que creo es que antes no había mucha claridad. Yo lo que les digo es que ahora sí hay certeza jurídica, porque ahora sí se aplica la Ley con piso parejo, y lo que queremos es todos sea con estricto apego a la Ley y con certeza jurídica. Y ahora sí la hay, porque ahora sí se hace cumplir la Ley. Entonces, lo que ellos necesitan, como cualquier empresario en su modelo de negocio, es conocer las restricciones y conocer cuáles son las fórmulas para calcular su renglón de impuestos. Entonces, mientras nosotros seamos claros en el marco jurídico y que haya certeza que lo vamos a hacer valer, ellos están en su derecho de optimizar utilidades –dice.
«Mientras no haya claridad por parte de la autoridad o haya “flexibilidad” o “confusión» –así entrecomillas– de a quien sí se le cobra, a quién no y cómo se le cobra se dan todas esas libertades. Creo que lo que hemos tratado de hacer valer en esta administración tanto con el Presidente López Obrador, quien nos ha dado el apoyo principal y eso es importante decirlo porque hay que tener el respaldo de la voluntad política, pues lo que se ha hecho en este periodo es dejar muy claro es que hay piso parejo y que a todos se les aplica la Ley. Eso es lo más importante. Ellos están en su derecho de maximizar utilidades y nosotros, como autoridad fiscal, debemos ser muy claros en darles certeza jurídica de que se les aplicará la Ley en estricto apego a derecho, que no ha excepciones, que no hay privilegios y a todo mundo se le va a aplicar la Ley”, destaca.
MÁS CONTRIBUYENTES CON RÉGIMEN DE CONFIANZA
Buenrostro Sánchez habló también del Régimen de Confianza, un nuevo instrumento que promueve el SAT para facilitar el pago de impuestos a personas físicas en México.
«Nosotros lo que queremos hacer es que el cobro de impuestos sea más sencillo. Entonces, para todas las personas físicas que ganan menos de 3.5 millones de pesos al año, que tienen actividad empresarial, que tienen arrendamiento, que antes tributaban en el régimen de incorporación fiscal o que estaban en lo que llamaban AGAPES [diseñado para personas morales, sociedades cooperativas o de producción o persona moral de derecho agrario dedicado exclusivamente a actividades agrícolas, pesqueras, ganaderas o silvícolas] pueden ahora tributar en un régimen simplificado donde va a ser muy fácil pagar impuestos. Simplemente es: el ingreso lo multiplican por una tasa, por un número, y ese número va a ser entre el 1 y el 2.5 por ciento, dependiendo del rango de ingresos”, explica en la charla con “Los Periodistas».
–La idea sería entonces decirle a un número mayor de mexicanos “pueden tributar, va a ser mucho más sencillo”. Con la idea de qué, Maestra, ¿de traer a los que no están tributando, a los que están en la informalidad o cuál es el objetivo de este Régimen de Confianza? –le pregunta Páez Varela.
–Así es. En algunos otros países se ha instaurado un régimen parecido, con sus asegures porque todos los países con distintos. Pero en los países en los que se han instaurado este régimen, en un plazo de tres a cinco años la base de contribuyentes ha crecido entre un 15 y 30 por ciento. Entonces, nosotros creemos que, por la experiencia entre 10 países que estudiamos, donde esa base creció entre 15 y 20 por ciento, puede dar buen resultado. Es una manera de invitar e incorporar a los informales a pagar impuestos de una forma muy sencilla –expone la funcionaria federal.