A más de 5 décadas de la matanza de estudiantes y civiles ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, a manos de militares y policías, sobrevivientes acompañados de organizaciones civiles siguen luchando contra la impunidad que rodea el caso.
Saltillo, 2 de octubre (Vanguardia).- El 2 de octubre de 1968 fue un día marcado como uno de los sucesos más trágicos de la historia de México. Este hecho es conocido como la matanza de Tlatelolco, pero en realidad ¿qué pasó el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco ?.
Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma del México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otras instituciones fueron brutalmente reprendidos por el Gobierno del ex Presidente Gustavo Díaz Ordaz y orquestada por el ejército.
“Impunidad es la palabra que representa todo lo que ha sucedido en términos de justicia, esta sigue con relación al genocidio cometido el 2 de octubre del 68 ya que no hay de ninguna manera señalados y juzgados como responsables a los actores de los gobiernos de aquellos años que planearon y ejecutaron este genocidio”, explica Romero Cartagena, integrante del Comité 68 Pro Libertades Democráticas.
A más de 5 décadas de la matanza de estudiantes y civiles ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, a manos de militares y policías, sobrevivientes acompañados de organizaciones civiles siguen luchando contra la impunidad que rodea el caso.
En entrevista, Félix Hernández Gamundi –director del Comité 68 Pro Libertades Democráticas– considera que el crimen es un asunto que sigue pendiente a esta distancia. “Hubo en algún momento avances importantes, pero luego se quedó estancado desde hace varios años”.
Al respecto, Romero Cartagena explica que el único organismo que inició un proceso judicial fue la Fiscalía Especial de los Movimientos Políticos y Sociales del Pasado (FEMOSSP), creada durante el sexenio de Vicente Fox. Ésta estableció y solicitó la orden en contra del expresidente Luis Echeverría y gracias a eso estuvo en prisión domiciliaria por 2 años.
Sin embargo, recuerda, cuando la Fiscalía iba a iniciar la consignación de 52 expedientes para castigar a los responsables de todos los crímenes del 2 de octubre de 1968, del 10 de junio de 1971 y de la Guerra Sucia, el gobierno desapareció la FEMOSSP sin que se dictara ninguna sentencia condenatoria.
“Esto demuestra que los gobiernos del pasado [del PRI y del PAN] no han tenido la intención de lograr la justicia”, señala el sobreviviente de la matanza.
DÍAZ ORDAZ
Gustavo Díaz Ordaz era Presidente de México cuando ocurrió el ataque a los jóvenes que se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
Díaz Ordaz fue el Presidente número 54 en la historia y nació el 12 de marzo de 1911 en San Andrés Chalchicomula, en Puebla, de acuerdo con Presidentes México y dirigentes del Partido, publicado por el PRI.
Gustavo Díaz Ordaz era licenciado en Derecho egresado de la Universidad de Puebla e inició su carrera política como meritorio en el Departamento de Gobernación en Puebla y como actuario, entre otros.
Fue Diputado federal, Senador, oficial mayor, director general de Asuntos Jurídicos y Secretario de Gobernación en la administración de Adolfo López Mateos.
El 17 de noviembre de 1963 fue elegido candidato del Partido de la Revolución Mexicana (posteriormente PRI) a la Presidencia durante la III Convención Nacional Ordinaria del Partido, donde ganó la contienda.
“La actuación de Díaz Ordaz había sido brillante: los problemas internos surgidos durante el régimen Lopezmateísta fueron resueltos, en gran medida, con su concurso, demostrando siempre inteligencia política, capacidad en el trabajo y patriotismo en el cumplimiento del deber”.
En la toma de protesta como candidato, Díaz Ordaz insistió en que a la lectura de su mensaje lo acompañaran “simbólicamente” seis viejos revolucionarios y seis jóvenes del partido.
Durante la contienda se declaró “Siervo de la Nación” y afirmó que acudiría siempre a la inspiración del Padre Morelos para su diario actuar.
A sus colaboradores de campaña dijo “refieran la vida y el pensamiento de Don José María, las acciones del Padre que no abandonó la lucha por emancipar a su pueblo y que nos entregó para siempre los Sentimientos de la Nación.
“Recuerden que nadie tiene derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto”
Entre los proyectos de su administración destacan la inauguración de centros psiquiátricos que sustituyeron a La Castañeda, la modernización de los hospitales General y Juárez; y la construcción del hospital Infantil.
En la Ciudad de México emprendió la construcción del drenaje profundo, el anillo Periférico y las tres primeras líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro, entre otras.
Sin embargo, su administración quedó marcada por la respuesta excesiva al movimiento estudiantil popular que surgió a raíz de un pleito entre dos grupos de estudiantes de la Escuela Vocacional 2 del Instituto Politécnico Nacional contra los de una preparatoria particular que se extendió a la Plaza de la Ciudadela ocurrida a principios de julio.
El Gobierno envió a la policía, pero no para restablecer el orden sino para agredir a estudiantes y trabajadores de la Vocacional.
Luego, durante una marcha realizada el 26 del mismo mes, un contingente de estudiantes del Politécnico protestó por las agresiones que sufrieron estudiantes y maestros, y al continuar la manifestación hacia el Zócalo fueron agredidos por policías quienes los acusaron de alterar el orden público.
La protesta se dispersó y los alumnos y maestros que estaban en los planteles 1, 2 y tres de la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM en el Centro fueron agredidos por los efectivos, incluso al interior de los planteles.
Los estudiantes se atrincheraron e iniciaron una revuelta que no pudo contenerse y para el 30 de julio, el ejército estableció un estado de sitio en las calles y utilizó un lanza cohetes para derribar la puerta de San Ildefonso.
Como respuesta, el rector Barros Sierra hizó a media asta la bandera en Ciudad Universitaria y el 1 de agosto encabezó una marcha de protesta en el sur de la ciudad y con ello arrancó una movilización de protesta nacional que culminó con la ocupación militar de Ciudad Universitaria el 18 de septiembre.
El 24 del mismo mes, el Ejército ocupó las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional en el Casco de Santo Tomás.
En protesta a la militarización del país, el Consejo Nacional de Huelga organizó un mitin en Tlatelolco el 27 de septiembre porque era imposible hacer marchas por la ocupación militar.
El ejército abandonó las instalaciones educativas el 30 de septiembre y el Consejo Nacional de Huelga organizó un nuevo mitin para el 2 de octubre que fue disuelto con tanques de guerra, artillería, ametralladoras y bayonetas.
Héctor Aguilar Carmín cita a Susana Zavala para tasar en 78 personas el número de fallecidos y mil 638 agraviados, de acuerdo con una investigación que forma parte del Archivo Público Histórico y Digital M68: Ciudadanías en Movimiento, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM.
¿QUIÉNES FUERON LOS RESPONSABLES?
Cuando ocurrió la masacre de Tlatelolco, el Presidente era Gustavo Díaz Ordaz. Recuerda que hasta antes del 2000, el PRI era el partido dominante que prácticamente tenía asegurado ganar cada elección presidencial.
El número dos del Gobierno de Díaz Ordaz era Luis Echeverría Álvarez, quien fungía como secretario de Gobernación. Echeverría tenía bajo su responsabilidad a la hoy extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), un órgano de inteligencia política y social.
En 2006, un magistrado federal emitió una resolución en la que se responsabiliza a Luis Echeverría por ser el «concebidor y preparador» de la matanza de Tlatelolco de 1968, que tuvo como objetivo destruir al «grupo nacional opositor Consejo Nacional de Huelga».
Por ello, Echeverría Álvarez, quien sucedió en Los Pinos a Díaz Ordaz y gobernó a México entre 1970 y 1976, fue sentenciado a prisión domiciliaria en 2006 por genocidio. En 2009, un tribunal federal lo absolvió de dichos cargos.
-Con información de Milenio y El Debate