Los resultados del estudio indican que los factores que llevan a comer en exceso y al aumento de peso son más complejos que la cantidad de grasas y carbohidratos consumidos.
Washington, 27 de mayo (EFE).- Las personas que tienen una dieta principalmente vegetal y con bajo contenido de grasas ingieren menos calorías cada día, pero muestran niveles más altos de insulina y azúcar en la sangre en comparación con quienes consumen una dieta baja en carbohidratos y con carne, según un estudio publicado en Nature Medicine.
En la investigación, encabezada por el Instituto Nacional estadounidense de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, en sus siglas en inglés), se compararon los efectos que tienen ambas dietas sobre la ingesta de calorías, niveles hormonales y el peso, entre otros factores.
Kevin Hall, del NIDDK y autor principal del estudio, señaló que durante mucho tiempo se ha creído que «las comidas con alto contenido de grasas conllevan una ingesta excesiva de calorías porque contienen mucha caloría por bocado».
«Por otro lado, las comidas con alto contenido de carbohidratos pueden causar marcados vaivenes en la glucosa de la sangre y la insulina, lo cual a su vez puede aumentar el hambre llevando a comer excesivamente», agregó.
Según Hall, «nuestro estudio se diseñó para determinar si la dieta con altos contenidos de carbohidratos o si la dieta con alto contenido de grasas suponen una ingesta mayor de calorías».
Effect of a plant-based, low-fat diet versus an animal-based, ketogenic diet on ad libitum energy intake | Nature Medicine https://t.co/GCorpdSrvt
— Joe Gordon (@josephwgordon) February 18, 2021
Para analizarlo, los científicos internaron a 20 adultos sin diabetes durante cuatro semanas seguidas en la Unidad de Investigación Clínica Metabólica del Instituto Nacional de la Salud (NIH), en Bethesda (Maryland, EU).
Los participantes, 11 hombres y nueve mujeres, recibieron durante dos semanas una dieta básicamente vegetal y de bajo contenido de grasas o una con carnes y bajo contenido de carbohidratos e, inmediatamente después, a los dos grupos se le dio la dieta alternativa durante otros 15 días.
La dieta con bajo contenido de grasas (10.3 por ciento) tenía un alto contenido de carbohidratos (75.2 por ciento) y la de bajo contenido de carbohidratos (10 por ciento) tenía un alto contenido de grasas (75.8 por ciento).
Ambas dietas fueron administradas tres veces al día, además de refrigerios, y los participantes pudieron comer tanto como quisieron.
Los resultados principales revelan que en la dieta con bajo contenido de grasas las personas ingirieron de 550 a 700 calorías menos por día que cuando tomaron la de bajo contenido de carbohidratos.
«A pesar de las grandes diferencias en la ingesta de calorías, los participantes no dieron muestra de diferencias en sus apetitos, el disfrute de las comidas o la satisfacción entre las dos dietas», señalaron los investigadores.
«Los participantes -agregaron- perdieron peso con ambas dietas, pero sólo aquella con bajo contenido en grasas llevaron a una disminución significativa de la grasa corporal».
Hall apuntó que, «a pesar de consumir comidas con abundancia de carbohidratos altamente glicémicos que supusieron pronunciadas variaciones de la glucosa sanguínea y la insulina, las personas en la dieta vegetal y con bajo contenido de grasa mostraron una reducción significativa en la ingestión de calorías y la pérdida de grasa corporal».
Esto contraría la idea de que «las dietas con alto contenido de carbohidratos, por sí mismas, hacen que la gente coma más», mientras que aquella con carnes y bajo contenido de carbohidratos «no resultó en un aumento del peso, a pesar de su alto contenido en grasas», añadió.
Estas conclusiones indican que los factores que llevan a comer excesivamente y al aumento de peso son más complejos que la mera cantidad de carbohidratos o de grasas que aporta la dieta.