La Ciudad de México y el Estado de México son las entidades más afectadas por el llamado «huachicoleo», ya que son los lugares en donde se comercializa mayoritariamente el gas LP robado, de acuerdo con las organizaciones denunciantes.
Ciudad de México, 23 de marzo (SinEmbargo).- Desde el inicio del actual Gobierno y hasta 2021, las tomas clandestinas de gas licuado de petróleo (LP) se han incrementado en un mil por ciento, con un total de 2 mil 187 tomas a nivel nacional, lo que represente un aumento del 1,000 por ciento en este periodo, según un reporte de gaseros distribuidores de este insumo.
El informe de gaseros a nivel nacional —firmado por Amexgas, Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADG), Adigas, la Asociación de Distribuidores de Gas LP del Noroeste (Asocinor) y la Cámara Regional del Gas— expone que, debido al fortalecimiento de este mercado ilícito, se estima que entre el 15 al 20 por ciento del gas que se distribuye en la Zona Metropolitana del Valle de México tiene este origen, lo que equivale a alrededor de 44 mil toneladas mensuales que consumen 4.6 millones de personas sólo en esta zona.
«Estos usuarios están en riesgo al estar expuestos a recibir en sus hogares y empresas el suministro de gas LP mediante unidades de reparto y personal que no cumplen con la capacitación, el protocolo y las medidas de seguridad en la fabricación y mantenimiento de los equipos de reparto», se lee en el comunicado.
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El grupo de distribuidores recalcó que mientras a nivel nacional se ha reducido el número de tomas clandestinas anuales de hidrocarburos en un 27 por ciento, no es el caso para el gas LP: mientras que en 2018 se registraron apenas 215 tomas de este insumo, el número en 2019 creció hasta seis veces más que en periodo anterior.
Las cifras se recrudecen entre 2020 y 2021, que coinciden con los primeros dos años de la pandemia y un alza en la inflación y en los precios (por kilo y por litro de gas LP).
Según el registro del grupo de gaseros, en el primer año de la crisis sanitaria de COVID-19 las tomas clandestinas ascendieron hasta las 2 mil 071. Al mismo tiempo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló desde mayo de ese año que los costos del gas LP comenzaron a aumentar drásticamente, alcanzando para diciembre de 2020 los 20.54 pesos por kilo. Un año después, en 2021, el costo por kilo incrementó hasta 24.06 pesos.
En ese contexto, a mitad del segundo año del coronavirus el Gobierno de México anunció que tomaría medidas para reducir el precio del gas LP y someter el mismo a regulación. Fue en agosto de ese año que comenzó el tope máximo al precio del gas LP y poco después el lanzamiento de Gas Bienestar (distribuidora de gas LP a cargo de Pemex). Sin embargo, las tomas clandestinas de gas LP aumentaron nuevamente en 2021, registrando un total de 2 mil 402.
«A partir del programa implementado por el Gobierno federal en el combate al robo de gasolinas al inicio de esta administración, se lograron avances importantes en este sector. Sin embargo, desafortunadamente los grupos delincuenciales, que presuntamente se dedicaban originalmente al robo y comercio ilícito de gasolinas, migraron sus actividades al robo de gas LP», añadieron los organismos gaseros.
Actualmente, el problema de robo del gas LP se presenta a lo largo del trayecto del ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), el principal medio de transporte para este gas doméstico en el centro y occidente del país, el cual inicia en Pajaritos, Veracruz, y termina en Zapopan Jalisco.
Los gaseros recalcaron que el 94 por ciento de las tomas clandestinas se concentran en cuatro estados de la República:
Puebla, México, Tlaxcala y Veracruz, en ese orden; pero además de ese porcentaje, el 82 por ciento de estas tomas clandestinas se concentran en sólo 18 municipios de dichas demarcaciones estados. En otras palabras, el 0.7 por ciento de los 2 mil 457 municipios de todo el país concentran la mayor cantidad de tomas «huachicoleras» de gas LP.
El reporte señala que el otro seis por ciento del problema se ubica, en menor medida, en los estados de Hidalgo, Querétaro, Nuevo León, Guanajuato, Chiapas y Tabasco.
«La presencia cada vez mayor de los grupos delictivos en la distribución ilícita del producto robado a Pemex utilizan métodos coercitivos y violencia, no permitiendo realizar una sana distribución del producto que lícitamente vende Pemex en el país, compitiendo ilegalmente y afectando directamente a Pemex, a la distribución licita y al consumidor final», insistieron las asociaciones.
Debido a este aumento, los gaseros pidieron a las autoridades establecer acciones que prioricen el combate al crimen en este ámbito y garanticen la seguridad a los consumidores, por ello solicitaron la implementación de un programa efectivo para combatir el robo de gas LP a los ductos de Pemex; eliminar mediante verificaciones operativas en ruta todos los equipos de reparto e instalaciones que comercializan el gas robado y que además no están debidamente registrados ante las autoridades regulatorias y administrativas; y asegurar que todo el equipo de reparto pernocte en plantas de distribución y en CEDIS registrados, para garantizar que el producto que se distribuye en los equipos de reparto no proviene de tomas clandestinas.
SUBEN 20% TANQUES DE GAS EN 6 MESES
En febrero de 2022 se cumplieron seis meses desde que se estableció el límite de precios máximos para la venta de gas licuado de petróleo (LP), en agosto de 2021, sin embargo, el precio de este energético subió se hasta tres pesos por kilo por encima del tope inicial.
En este periodo, por ejemplo, el precio de un cilindro de 30 kilos —empleado por la mayoría de las familias— subió de 639.90 a 689.10 en el Valle de México, un incremento de 7.69 por ciento, mientras que en el Norte, pasó de 642.60 pesos a 777 pesos por kilo, una variación de 20.92 por ciento.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo —al dar a conocer esta estrategia— que la medida se establecería para evitar que los dueños de las distribuidoras de este insumo básico se “encajaran” con los precios que ofertan al consumidor. La medida se tomó luego de que el gas LP fuera el segundo y primer producto con mayor incidencia inflacionaria entre los meses de junio y julio de 2021, respectivamente, una tendencia que se arrastró hasta octubre.
En Tijuana y Rosarito, municipios de Baja California, el costo del gas LP pasó de los 19.56 pesos en agosto a 22.52 pesos en febrero de 2022.
En Tecate y Mexicali también subió: pasó de 21.22 y 20.68 pesos a 24.32 y 21.09 pesos, respectivamente. Un caso similar ocurre en Nuevo León, en municipios como Apodaca o Cadereyta Jiménez, donde los costos pasaron de 21.42 pesos a 25.90 pesos por kilo.
En el Valle de México —comprendido por Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Querétaro— los costos del gas LP han incrementado de 21.33 a 22.97, casi dos pesos por cada kilo que se paga.
Sin embargo, aunque parezca una cantidad menor, aumentar uno, dos o tres pesos por cada kilo de gas LP que se compra es una cantidad considerable. Si tomamos como referencia el caso de Baja California, un tanque de gas de 30 litros pasó de costar 586.80 pesos en agosto a 675.60 pesos en febrero, es decir, en seis meses las familias de esa región tuvieron que destinar casi 90 pesos más al gasto del gas LP.