Los talibanes capturaron Mazar-e-Sharif, la cuarta ciudad más grande de Afganistán, después de que vencieran al Ejército Nacional y los grupos paramilitares. Se acercan a la capital, Kabul, cuando Estados Unidos aún no retira todas sus tropas.
Por Ahmad Seir, Tameem Akhgar, Rahim Faiez y Joseph Krauss
Kabul, 14 de agosto (AP).— El Talibán capturó el sábado una ciudad grande y fuertemente defendida en el norte de Afganistán en un fuerte revés para el Gobierno y se acercaba a la capital, Kabul, cuando faltan menos de tres semanas para la fecha en que Estados Unidos prevé concluir el retiro de sus soldados.
La caída de Mazar-e-Sharif, la cuarta ciudad más grande del país –que las fuerzas afganas y dos poderosos exjefes de grupos paramilitares habían prometido defender– se traduce en que los insurgentes tengan el control de todo el norte de Afganistán y que el Gobierno respaldado por Occidente quede confinado a las zonas central y oriental.
Abas Ebrahimzada, legislador de la provincia de Balkh, donde se ubica Mazar-e-Sharif, dijo que el Ejército Nacional fue el primero en capitular, lo que causó que grupos paramilitares y otras fuerzas progubernamentales perdieran la moral y se rindieran ante la acometida que el Talibán lanzó a primeras horas del sábado.
Ebrahimzada señaló que Abdul Rashid Dostum y Ata Mohammad Noor, exjefes paramilitares que comandaban a miles de combatientes, han huido de la provincia y se desconoce su paradero.
Noor señaló en un mensaje en Facebook que su derrota en Mazar-e-Sharif fue orquestada y la atribuyó a las fuerzas del gobierno, las que, dijo, entregaron sus armas y equipo al Talibán. No señaló quién estaba detrás de la conjura ni abundó en detalles, pero dijo que él y Dostum «nos encontramos ahora en un lugar seguro».
El Talibán ha hecho grandes avances en los últimos días, incluyendo la captura de Herat y Kandahar, la segunda y tercera ciudades más grandes del país, y ahora controla 24 de las 34 provincias. El Gobierno está al mando de pocas regiones en el centro y este, así como la capital, Kabul.
El Talibán capturó el sábado toda la provincia de Logar, al sur de Kabul, y detuvo a funcionarios locales, indicó Hoda Ahmadi, legisladora de la provincia. Señaló que el Talibán ha llegado al distrito de Char Asyab, a solo 11 kilómetros (siete millas) al sur de la capital.
Después, los insurgentes tomaron sin pelear Mihterlam, capital de la provincia de Laghman, al noreste de Kabul, según Zefon Safi, legislador de la provincia.
El Presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ofreció un discurso televisado el sábado, su primera aparición pública desde las recientes conquistas insurgentes, y prometió no renunciar a los «logros» de los 20 años desde que Estados Unidos derrocó al Talibán luego de los ataques del 11 de septiembre de 20021.
Estados Unidos seguía realizando esta semana conversaciones de paz entre el gobierno y el Talibán en Qatar, y la comunidad internacional ha advertido que no reconocerá un Gobierno Talibán conquistado por la fuerza. Pero los insurgentes demuestran escaso interés en hacer concesiones a medida que multiplican sus victorias en el campo de batalla.
«Hemos iniciado consultas, dentro del Gobierno, con los ancianos y líderes políticos, con representantes de distintos niveles de la comunidad, así como con nuestros aliados internacionales», dijo el mandatario. «Pronto compartiremos los resultados con ustedes».
Horas después, sus fuerzas sufrieron uno de los reveses más grandes desde el inicio de la ofensiva del Talibán.
Mazar-e-Sharif, donde se ubica un famoso templo musulmán de baldosas azules, fue un baluarte de la Alianza del Norte, grupos étnicos paramilitares que ayudaron a Estados Unidos a derrocar en 2001 al Talibán.
En 1997, unos dos mil combatientes talibanes fueron capturados y ejecutados por fuerzas leales a Mohammed Mohaqiq, un dirigente chií hazara, y sus aliados étnicos uzbecos. Al año siguiente, el Talibán regresó y mató a miles de hazaras en Mazar-e-Sharif en un ataque de venganza.
Muchos campamentos improvisados se instalaron alrededor de Mazar-e-Sharfi, donde personas, principalmente hazaras étnicos, se habían refugiado tras huir de sus viviendas en las zonas periféricas. Dijeron que el Talibán había detenido a sus parientes que buscaban abandonar sus distritos y en algunos casos las escuelas fueron incendiadas.
Decenas de miles de afganos han huido de sus casas y muchos temen el regreso del opresivo mandato de los talibanes. El grupo ya gobernó el país con base en una estricta versión del islam por la que las mujeres estaban prácticamente confinadas en casa, sin que pudieran trabajar o ir a la escuela, y debían salir acompañadas por una familiar hombre.
Numerosos afganos se dirigen desde hace días hacia el aeropuerto internacional de Kabul desesperados para irse en avión, incluso a medida que más soldados estadounidenses llegan para ayudar a evacuar parcialmente la Embajada estadounidense.
El Presidente Joe Biden ha autorizado el despliegue adicional de mil efectivos estadounidenses en Afganistán, según un funcionario de Defensa. El número aumenta a cerca de cinco mil los efectivos que garantizarán lo que Biden describe como un «retiro ordenado y seguro» de estadounidenses y personal aliado. Los efectivos estadounidenses también ayudarán a la evacuación de afganos que trabajaron con el ejército durante las casi dos décadas de guerra.