Tag: Voces desde el encierro
Egresada de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Ha participado desde 1980 en múltiples exposiciones colectivas en la república mexicana y en el extranjero. Desde 1980 colabora para publicaciones de arte y divulgación científica, su obra ha sido reproducida en catálogos, libros de arte y fotografía, así también en programas de televisión.
Germán Montalvo, México (1956). Su trabajo se ha expuesto en diferentes partes del mundo. Destaca su labor en diseño editorial para museos, centros culturales y casas editoriales. Su obra ha sido premiada dentro y fuera de México. Ha sido profesor en diferentes universidades. Desde los años noventa su trabajo se amplía a la cerámica, escultura, joyería y fotografía. Este 2020 recibirá la Medalla al Merito en las Artes otorgada por el Gobierno de la Ciudad de México.
“La Ciudad de Nueva York. Vista con sombras I” (NY, EU) Fotografía: Ernesto González Esquivel
Nació en Villahermosa, Tabasco, es diseñadora gráfica por la Universidad Iberoamericana Puebla, especializada en diseño editorial, Es docente universitaria y miembro del grupo de arte itinerante de Roma donde radica actualmente.
Comunicador político y social, profesor universitario y capturador de imágenes urbanas digitales. Colabora en medios opinando, da clases con ganas de inspirar y es consultor en comunicación, aspirante a solucionar.
Nació en Hermosillo, Sonora; radica en San Carlos. Se dedica a la fotografía comercial y artística. Estudió la carrera de fotografía en la Universidad Autónoma de Guadalajara (Jalisco, México). Ha tomado cursos de especialización en Barcelona, España, y otras ciudades.
De 1993 a 1995, estudió en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba, especializándose en dirección. Desde 2012 dirige el Festival Mundial de Cine de Veracruz que se celebra cada año en la Ciudad y Puerto de Veracruz, certamen especializado en cine sin presupuesto y cine contemporáneo de todo el mundo.
Las calles y las plazas, las avenidas y los parques, los cines, los comercios, entonces, se fueron quedando solos, parecían mostrar un extraño pudor, apareció un -hasta hacía poco- inconcebible silencio. Así, en tan solo unas semanas, la eterna Roma quedó expectante, hermosa y sola, recatada.
Entre mis tíos y mi papá hicieron una caja de madera con las mismas tablas de la cama de la abuela. Y allí, envuelta en una sábana, la taparon. Yo lo vi todo. Mi papá me retaba porque decía que luego tendría pesadillas, pero no, yo nunca tengo pesadillas y no me dan miedo ni los muertos ni la sangre, por eso quiero ser doctor.
Tan imposible hace un par de semanas esta clausura. Lo real es lacerante. Vivimos lo virtual. Contra la pesadilla la lucidez serena.
Abro los ojos y el mundo sigue allí, como si nada ocurriera. Las urracas me despiertan con su festiva, escandalosa bienvenida al sol. El hombre de las rutas sigue imparable, anunciando las próximas salidas, y la señora de las flores, la del atole, también ofertan como si nada ocurriera. Dos veces al día pasa un auto del municipio, con altoparlantes enumerando recomendaciones contra el Covid-19.
El día en que Iván cumplió cuatro meses las restricciones por el coronavirus se agudizaron. Un par de días antes, los residentes de San Carlos, comisaría perteneciente al municipio de Guaymas, Sonora, actuaron con poca precaución aprovechando las últimas horas de normalidad.
Yo he estado irritable. Bajar al pueblo se ha convertido en la única distracción, aunque las calles que siempre están vacías ahora lo están más. No hay nada abierto. Es como un viaje turístico por Comala, quizá siempre fuimos fantasmas y hasta ahora tomamos conciencia de ello.
Las casas de cambio se parecen a esas cabinas de fotografías instantáneas. Son automáticas pero no canjean divisas porque el papel moneda, como el empleo, yano se usa en ningún lugar del mundo.
Escribo una veloz crónica sobre el virus y no sé por qué recuerdo un cuento de Cortázar, aquel sobre los conejitos blancos incluido en Bestiario, uno de sus primeros libros. Me la encargaron en la redacción con la misma premura de siempre y además, para agravar el asunto, como si yo supiera de todo.
El virus del odio inundó los puertos, se escurrió por debajo de las puertas, salió por las llaves del agua, penetró en las almohadas, escupió las sábanas: he ahí al culpable, todos a él gritó estentóreamente y se extendió como plaga por el orbe, como viento tempestuoso, como rumor de bits, batió sus alas de tiniebla buscando los corazones, los más pequeños, los insignificantes, y los hizo poderosos porque eran legión.
Ha impartido cursos para el sector público y privado, en México y en el extranjero y ha publicado ensayos, artículos y textos literarios en revistas de circulación nacional e internacional (algunos de sus textos se han publicado en inglés, italiano y francés). Su obra literaria publicada incluye una novela y cinco antologías de cuento, además de varios libros sobre redacción académica. También fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 1998. Como autor y maestro ha recibido reconocimientos a nivel local y nacional.