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Constantemente, Bolsonaro ha desacreditado la existencia del virus.
El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que su Gobierno está del lado de la “transparencia”, luego de la polémica que se generó al darse a conocer que el país dejaría de informar los avances de la COVID-19.
El Presidente Jair Bolsonaro dio a conocer que tomará medidas legales contra las personas que resulten implicadas en la divulgación de sus datos personales y el de otras personas, publicadas por los activistas informativos Anonymus Brasil en redes sociales.
Bolsonaro mandó a los periodistas a «callar la boca» después de que saludó a un pequeño grupo de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada y se volvió luego hacia los reporteros para reclamar por lo que calificó de «prensa canalla» y «mentirosa».
Además, sugirió que algunos estados del país podrían estar manipulando las estadísticas: «¿Cuántos mueren de H1N1 [gripe A]? Unas 700 personas por ahí. ¿Y todos tienen coronavirus? Esta es una señal de que el estado [de Sao Paulo] está manipulando, queriendo hacer un uso político de los números».
El Ministro de Seguridad Institucional de Brasil, dió positivo a una segunda prueba de coronavirus que se le realizó; formó parte de la comitiva que viajó a Estados Unidos junto al Jefe de la Secretaría Especial de Comunicación de la Presidencia, Fabio Wajngarten, que fue confirmado con coronavirus por las autoridades sanitarias.
Fuentes oficiales explicaron que, una vez tomadas las muestras necesarias, el mandatario se dirigió al Palacio presidencial de Planalto para continuar con sus actividades habituales.
Minutos antes, Bolsonaro reforzó ese mensaje en sus redes sociales con miras a las manifestaciones convocadas por grupos de derecha para este domingo a su favor y en contra de los poderes Legislativo y Judicial, que han frenado varias de sus medidas desde su llegada al poder el 1 de enero de 2019.
Tras sufrir una caída sin mayores consecuencias en su residencia oficial la noche del lunes, Bolsonaro fue dado de alta la mañana siguiente, aunque el equipo médico del Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia orientaron que debería permanecer en reposo en el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en la capital federal.
Bolsonaro tiene previsto viajar el próximo fin de semana a una playa de la Marina en Río de Janeiro, para pasar los últimos días del año, y regresar a Brasilia durante la primera semana de enero.
El ministro de Seguridad Institucional de Brasil, Augusto Heleno, dijo en declaraciones a TV Globo que el Gobernante «está bien» y confirmó que permanecerá «en observación» en la clínica.
A pesar del incidente, el Presidente ha anunciado que se encuentra en buen estado general de salud y que mantiene su agenda para los próximos días.
Antes de la comparecencia de Bolsonaro, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia había informado en una nota de que el Presidente había ido al Hospital de la Fuerza Aérea Brasileña para «una consulta de rutina, ya programada, con la realización de exámenes también de rutina».
El congresista Eduardo Bolsonaro dijo que, si en Brasil se producen manifestaciones y disturbios similares a los que han sacudido varios países de Latinoamérica, podría ponérseles un alto.
El Gobierno del presidente ultraderechista rechazó dichas estadísticas y, en medio de fuertes críticas de organizaciones ambientales, destituyó al antiguo director del instituto, Ricardo Magnus Osorio Galvao, quien la víspera fue sustituido de manera temporal por un oficial de la Aeronáutica.
En un ambiente festivo, los manifestantes portaron camisetas con la frase «Fora Temer» (Fuera Temer), lema que ha vertebrado las protestas en contra del mandatario, que se han multiplicado después que la Corte Suprema abriera una investigación en su contra por supuesta corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita.