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Un elemento representativo del pan de muerto es el agua de azahar o la ralladura de naranja; la chef Paulina Herrera compartió algunos datos de este pan tan representativo de la temporada, además de tips para prepararlo en casa.
Aves, flores y relieves como las hay en las pirámides de la zona arqueológica de Mitla (lugar de muertos en náhuatl) de las culturas prehispánicas zapoteca-mixteca, adornan el pan de muerto horneado en las panaderías de Mitla, a unos 60 kilómetros de Oaxaca.
Los encargados de una panadería en San Luis Potosí emularon a los bailadores de cortijos fúnebres de Ghana para promocionar el pan de muerto.
La Panadería Coatzingo, ubicada en Los Ángeles, comienza a preparar el tradicional pan de muerto desde el 27 de octubre y hasta el 2 de noviembre. Sus propietarios mencionaron que los panes que más venden durante esta temporada son la hojaldra y el muertito.
«El pan de muerto es un pan de ofrenda que se coloca en los altares, normalmente se hace con una esencia que se llama agua de azar que es la extracción del aroma de flor de naranjo», explicó el el Chef panadero Irving Quiroz, autor del libro Panes mexicanos de editorial Larousse.
«Está hecho a base de harina, huevos, mantequilla de vaca, levadura, azúcar, una pizca de sal y agua de azahar, lo que le da ese gusto característico».
A unos cuantos días del inicio de las celebraciones por el Día de Muertos, cientos de panaderías de toda la Ciudad de México han comenzado a vender el tradicional pan de muerto.
Cabe señalar que desde su llegada a nuestro país el funcionario estadounidense ha compartido en sus redes sociales diversos momentos en los que ha salido de su oficina para conocer un poco más de la cultura mexicana, por ejemplo cuando visitó las ofrendas de Día de Muertos instaladas en el museo Dolores Olmedo, o cuando estuvo presente en los festejos por el Grito de independencia en Palacio Nacional.
Con huevo, harina, mantequilla, azúcar y una pizca de ralladura de naranja se elabora estos días en México el pan de muerto, una representación de los difuntos queridos en los altares y un manjar que no falta en ninguna mesa.
El Día de Muertos no puede estar completo sin su pan, esa pieza de temporada esponjada por la levadura y decorada con azúcar, que se usa para alimentar a los seres queridos que se adelantaron y vuelven a su altar por una noche. Para los vivos, significa un placer que se disfruta sólo una vez al año, cuando por estas fechas, las panaderías elaboran kilos y kilos de masa que tiene detrás recetas y ritos prehispánicos que, lugares como la Pastelería Alebrijes, se esfuerzan por conservar.
Las nuevas tendencias llegaron también a la repostería tradicional mexicana, incluido el clásico pan de muerto que se consume por estas fechas y que ahora es apto para veganos. Y no sólo eso, ahora se hacen con harinas de almendra, amaranto y hasta chía.