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Manuel Menchón cuestiona la versión de la muerte de Miguel de Unamuno en Palabras para un fin del mundo

viernes, octubre 23rd, 2020

Basándose “en datos y declaraciones contrastadas y en documentos oficiales”, Menchón reconstruye lo sucedido desde las horas previas de la visita de Bartolomé hasta el entierro precipitado de Unamuno la mañana siguiente, sin esperar las 24 horas que debían transcurrir como mínimo, según la legalidad vigente.

Por Magdalena Tsanis

Madrid, 23 de octubre (EFE).- La historia oficial cuenta que el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno murió repentinamente en su casa el 31 de diciembre de 1936, pero un nuevo documental, Palabras para un fin del mundo, de Manuel Menchón, cuestiona ese relato y desvela manipulaciones que siembran la duda sobre un posible asesinato.

La película, que se presentará el próximo domingo en la Semana Internacional del Cine de Valladolid (Seminci), es el resultado de años de investigación y ha contado con la colaboración de los herederos de Unamuno y decenas de expertos, entre ellos sus biógrafos Colette y Jean-Claude Rabaté.

“Hay dudas, pero no podemos probar nada”, ha dicho Rabaté a Efe. Según el hispanista francés, el mayor descubrimiento de Menchón ha sido el perfil “sanguinario” de Bartolomé Aragón, un falangista, supuesto exalumno y amigo de Unamuno, que fue a visitarlo aquella tarde y único presente en la habitación en el momento de su muerte.

“Es falso que fueran amigos, es falso que fuera un colega”, ha subrayado el catedrático de la Sorbona. “Era un falangista que luchó en Huelva, un sanguinario, un hombre brutal, violento, que participó en las matanzas de Río Tinto” y “que organizaba quemas de libros”.

El relato conocido hasta ahora era el del historiador José María Ramos Loscertales, basado en el testimonio de Aragón y en el que se incluían las supuestas últimas palabras del escritor: “¡Dios no puede volverle la espalda a España! ¡España se salvará porque tiene que salvarse!”.

El testimonio de Aragón, según el documental, fue recogido esa misma noche y publicado en un libro solo 16 días después, una celeridad que, según los Rabaté, “atestigua el propósito de Ramos Loscertales de salir al paso de los rumores insistentes sobre el envenenamiento de Unamuno que circulaban por la ciudad”.

Basándose “en datos y declaraciones contrastadas y en documentos oficiales”, Menchón reconstruye lo sucedido desde las horas previas de la visita de Bartolomé hasta el entierro precipitado de Unamuno la mañana siguiente, sin esperar las 24 horas que debían transcurrir como mínimo, según la legalidad vigente.

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La disparidad más llamativa es el registro de la hora del fallecimiento. Aunque los familiares y testigos aseguraron que se produjo entre las 18 y las 18.30 horas, el certificado de sepultura expedido esa misma tarde en la parroquia la adelanta a las 17 horas.

Este documento teóricamente no se podía obtener sin el acta de defunción, pero este acta se redactó al día siguiente en el juzgado a primera hora y fijaba la hora de la muerte a las 16 horas, es decir, cuando Aragón aun no había llegado a la casa.

Aragón no asistió como testigo a la firma del acta, el testigo que aparece en el documento “es un desconocido para la familia”.

Menchón también pone bajo la lupa el hecho de que no se realizara una autopsia. Una hemorragia bulbar, la causa certificada de su muerte, es un tipo de hemorragia intracraneal y ya en aquella época cuando éstas producían una muerte súbita se consideraba “muerte sospechosa de criminalidad” lo que obligaba a hacer una autopsia judicial, ya que es posible provocarla “con escasa o ninguna señal externa”.

Todo el documental es una recreación a partir de fuentes históricas con actores que ponen voz a los protagonistas, desde José Sacristán (Unamuno) a Antonio de la Torre, Marian Álvarez, Víctor Clavijo o Andrés Gertrudix.

El único testimonio a cámara es el de Miguel de Unamuno Adarraga, nieto del autor de “La tía Tula” o “Niebla”, que cuenta cómo los falangistas se presentaron en la casa al día siguiente de la muerte de su abuelo, sin previo aviso y se llevaron el cuerpo para enterrarlo.

“Se apoderaron de él hasta el final, no solo del cuerpo, sino con el uso propagandístico, intentando presentarlo como un fascista”, dice.

El documental revisa la vida de Unamuno desde que regresó del exilio en 1930 y se convirtió en una de las piedras fundacionales de la Segunda República española, hasta su muerte seis años después y cinco meses después del comienzo de la Guerra Civil Española.

Incide y da una nueva dimensión al famoso episodio del enfrentamiento con el general Millán Astray, en el acto oficial del 12 de octubre de 1936 en la Universidad salmantina, gracias al testimonio de Ignacio Serrano, inédito hasta hace menos de un año, cuando sus biógrafos lo incorporaron en una revisión actualizada del libro “El resentimiento trágico de la vida”.

Serrano era catedrático de Derecho Civil, presenció aquel desencuentro y lo transcribió en el momento en que se produjo. “Vencer no es convencer, conquistar no es convertir, y eso que algunos llaman sin ningún fundamento la Anti-España es tan España como la otra”, atribuye a Unamuno. Y la respuesta del general: “Muera la intelectualidad traidora, viva la muerte, viva Franco, viva España”.

Según las notas de Serrano, lo que más irritó a Millán Astray fue la mención que hizo Unamuno de José Rizal, escritor y héroe de la independencia de Filipinas fusilado por los españoles y que el escritor consideró “tan español como nosotros”.

Aunque mucho se ha debatido en los últimos años sobre la literalidad de las palabras pronunciadas aquel 12 de octubre, lo que el documental pone negro sobre blanco son las graves consecuencias que tuvieron para Unamuno.

Hay dos cartas significativas, una enviada por Francisco Bravo, jefe de Falange de Salamanca al hijo de Unamuno reprochándole su discurso: “sería doloroso que a tu padre, cuya contribución al Movimiento Nacional ha sido tan magnífica, pudiera sucederle algún incidente desagradable”.

 En una carta posterior, fechada sólo diez días antes de su muerte, es el propio Unamuno el que dice estar “encarcelado disfrazadamente” y añade: “Me retienen como rehén, no sé de qué ni para qué, pero si me han de asesinar, como a otros, será aquí en mi casa”.

Para Rabaté el documental de Menchón aporta otras novedades desde el punto de vista histórico. Por ejemplo, las duras críticas que Unamuno hizo de Hitler (“deficiente mental y espiritual”) y de Mussolini (“caudillo peliculero”) y que pudieron costarle el Premio Nobel, según un informe del gobierno alemán al que Menchón ha tenido acceso.

En 1935 el Nobel de Literatura quedó desierto, algo que solo había ocurrido en una ocasión con anterioridad, por el estallido de la Primera Guerra Mundial.

También subraya el talante “pacifista” de Unamuno y las tergiversaciones que sufrieron sus palabras incluso en la prensa extranjera, ya que en todas las entrevistas que concedía había un censor presente, el oficial Gonzalo de Aguilera.

Era protestante, maestro, masón y amigo de Unamuno. Franco lo mató. Amenábar lo lleva al cine

miércoles, noviembre 20th, 2019

La cinta Mientras dure la guerra recupera la figura del presbítero, maestro, masón y republicano, amigo de Miguel de Unamuno y ejecutado por los franquistas.

“Claro que hubo una persecución religiosa”, resume el obispo de Madrid de la Iglesia Anglicana de España, Carlos López, que pone cifras: “una veintena de protestantes españoles” más la expropiación de “26 templos y 14 escuelas”.

“La persecución religiosa fue terrible y el régimen no descansa” tras el conflicto bélico, explica la historiadora Marta Velasco, autora del libro Los otros mártires.

Por Juan Miguel Baquero

Madrid, 20 de noviembre (ElDiario.es).– Protestante, maestro, republicano y masón. Atilano Coco tenía todas las cartas para acabar asesinado por los golpistas. Y así ocurrió. Secuestrado en Salamanca, encarcelado y muerto a tiros en diciembre del 36, el amigo de Miguel de Unamuno que recupera la película Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar es un ejemplo de las persecuciones religiosas que ejecutó el fascismo español.

Si la República había consagrado la libertad de culto, los rebeldes sostenían una idea única de España: católica, pura, impermeable. Más allá, todo eran herejes. Y, como en un remake a destiempo de la Inquisición, serían perseguidos, sometidos a cárcel, torturas y ejecuciones, además del expolio de sus bienes, que entraron en el saco del botín de guerra de los derrotados.

Atilano Coco, su vida, obra y muerte, quedan como paradigma de esta cacería al infiel emprendida por el naciente franquismo. Porque el culto, para los fascistas, tenía principio y fin en la colaboradora Iglesia católica. Un fanatismo religioso que ni el propio Unamuno sería capaz de interrumpir siquiera por un caso, como retrata Amenábar.

Queda como epitafio la nota que Enriqueta Carbonell, mujer de Coco, entregó al intelectual para recordar la situación de su marido. Un papel en el que Unamuno, dicen, escribió apuntes del discurso en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca donde soltó el famoso “venceréis, pero no convenceréis”.

El pastor protestante y maestro Atilano Coco. Foto: Especial

Un par de meses después, el 9 de diciembre, Atilano Coco fue ejecutado en el monte de La Orbada. Pero el presbítero sigue siendo además un desaparecido. Uno más entre miles que continúan arrojados a fosas comunes repartidas por todo el país. Nadie sabe dónde está la tumba del amigo de Unamuno.

Sigue. “Julio Caro, también ejecutado sin juicio previo”. Y “otros condenados a penas de cárcel”, como Santos Martín Molina en Sevilla, “que penó ocho años”. También aquellos que no encontraron más salida que el destierro, como Manuel Borobia en Valladolid, “que marchó a Vigo, donde tampoco le dejaron ejercer como maestro, y se tuvo que ir de España”, y Progreso Parrilla, que desde Jaén “atravesó el campo y se fue a Portugal, y en Lisboa cogió un barco y se exilió hasta la muerte de Franco en Londres”.

Aunque la represión golpista también llegó al saqueo. “Se nos cerraron bastantes templos y el régimen franquista nos expropió 26 templos y 14 escuelas”, sostiene el obispo de Madrid de la Iglesia Anglicana.

Quienes no fueran católicos “seguro estaban expuestos a la represión poliédrica”, afirma la historiadora Marta Velasco, autora de Los otros mártires. Porque los golpistas “en los primeros años de guerra arrasaron con todo y no se anduvieron con sutilezas”, cuenta en un libro que lleva como subtítulo ‘Las religiones minoritarias en España desde la Segunda República hasta nuestros días’.

UNA TAREA DE LIMPIEZA RELIGIOSA

“Claro que hubo una persecución religiosa”, resume en declaraciones a eldiario.es el obispo de Madrid de la Iglesia Anglicana de España, Carlos López. “Quizás una veintena de protestantes españoles fueron ejecutados” por los franquistas, calcula.

Y aporta otros nombres, más allá de Atilano Coco. “Como Pedro de Vegas, que tenía una parroquia y una librería en Córdoba que mandaron quemar. Luego le asesinaron”, explica. “Era además amigo de Pío Baroja, que lo saca en alguna de sus novelas”.

Carta manuscrita de Atilano Coco. Foto: Especial

LA BÚSQUEDA INFRUCTUOSA DE ATILANO COCO

El propio colectivo memorialista intentó localizar “hace unos años” los huesos del pastor asesinado por los franquistas. Pero la información sobre su paradero “era muy vaga” y los arqueólogos de la ARMH no llegaron “a encontrar un sitio donde buscar”. Por eso, hoy, “sigue siendo un desaparecido”.

A raíz del caso “hicimos una investigación sobre la represión a las religiones no católicas, como judíos, protestantes o musulmanes”, continúa. “A esta gente las perseguían como a los comunistas”, ejemplifica Silva. “Los masacraron”. Y Atilano Coco, en el verano del 36, era una persona popular en Salamanca. Fácil de señalar.

“Posiblemente recibió denuncia del cura de la parroquia más cercana”, apunta Carlos López. “Unos meses antes había tenido con esta persona una polémica pública que le había ganado porque era más ágil y capaz, y le denunció como persona dañina”, afirma. “A partir de ahí empezó el camino que lo llevó a la detención y a su ejecución sin juicio previo”, subraya el obispo anglicano.

Atilano Coco. Foto: Especial

“El problema religioso en España es algo muy antiguo y eso que siempre hemos convivido con otras religiones, más allá de la católica”, tercia la historiadora Marta Velasco. “Los evangélicos tenían comedores infantiles, editaban revistas en plena guerra, tuvieron una gran labor social y ahí podemos enmarcar a Atilano”, apunta Emilio Silva.

“Eran muy progresistas, dentro de que formaba parte de una religión, por eso los persiguieron y los ilegalizaron”, añade el presidente de la ARMH. “Hasta los pactos –de la dictadura de Franco– con EEUU no se aprueba una, entre comillas, ley de libertad religiosa”, sostiene. Y ahí coincide con Carlos López: “Hasta entonces las iglesias funcionaban de forma clandestina, antes del decreto de 1967 era una persecución sistemática e intolerancia plena”.

LA PERSECUCIÓN QUE NO DESCANSA

“La persecución religiosa fue terrible y el régimen no descansa”, los golpistas atacan mientras dura la guerra y continúan durante la dictadura de Francisco Franco. Los rebeldes “se dan cuenta de la diversidad hispana, descubren la importancia de otras religiones en la sociedad” y emprenden una tarea “de limpieza y pureza en la que no cabía el diferente”, añade como “hipótesis histórica”.

¿Qué cifras alcanzó esta violencia? “No hay una cuantificación de personas que sufrieron represión” por este motivo, explica la investigadora. El olvido está razonado desde “la marginalidad en la que han vivido” provocando que “aún hoy no sean colectivos visibles”, apunta Velasco.

“El franquismo ha conseguido fijar en nuestro imaginario colectivo que el protestante no es de aquí, que es extranjero, igual que pasa ahora con los musulmanes, aunque hayan nacido en España, como que no nos cuadra”, explica Marta Velasco. Una herramienta clave para asentar esta exclusión nace “cuando la iglesia se mete en el sistema educativo como espina dorsal del régimen”.

Un documento del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo que se refiere al expediente de Atilano Coco. Foto: Especial

“Yo no conocía lo que había pasado con las minorías religiosas y lo más interesante cuando inicié la investigación fue darme cuenta que como, sin considerarme una persona católica, cargaba con todo el discurso nacional católico”, añade. “Y los protestantes, evangélicos… tienen una consideración de secta. ¿Por qué decimos eso?”, cuestiona.

FASCISMO CONTRA LAS “REFORMAS REPUBLICANAS”

Constitución de la Segunda República Española de diciembre de 1931, artículo 27: “la libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizadas en el territorio español”. El franquismo azotó la diversidad de culto desde el primer momento, restaurando la religión católica como único camino permitido bajo el lema ‘Un dios, una patria, un caudillo’.

“La normativa franquista se va comiendo a las reformas republicanas”, señala Marta Velasco. “Un proceso que cuando se estudia en paralelo es siniestro, terrible, como si le metieran una poda bestial a todas las hojas verdes y flores del árbol y lo dejaran seco”, dibuja.

Y en ese contexto de primera violencia extrema y persecución religiosa resultó detenido y asesinado Atilano Coco Martín (Guarrate, Zamora, 1902 – Salamanca, 1936). El pastor protestante había estudiado en Inglaterra, era presbítero de la Iglesia Española Reformada Espiscopal, maestro de la escuela adjunta a la iglesia anglicana y miembro del Partido Republicano Radical Socialista, más tarde de Unión Republicana, y de la logia masónica Helmántica como parte del Grande Oriente Español.

Luis Zahera, caracterizado como Atilano Coco en la película de Alejandro Amenábar. Foto: Especial

Los militares golpistas detienen a Coco a finales de julio del 36 y lo encarcelan en la prisión provincial de Salamanca. Con Enriqueta Carbonell Carratalá tenía dos hijos, Alicia y Enrique. Todos los intentos de su mujer por azuzar al amigo Miguel de Unamuno para lograr su salvación fueron en vano, como cuenta la cinta Mientras dure la guerra.

“Me faltó en la película que acabara diciendo que Atilano Coco está todavía desaparecido y que retratara más su perfil progresista, porque aparece un tanto desdibujado”, afina el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Emilio Silva.

Atilano Coco, el pastor protestante amigo de Miguel de Unamuno ha sido rescatado por la película de Alejandro Amenábar. El presbítero tiene otros reconocimientos, como una calle a su nombre en su pueblo natal, Guarrate, o la residencia universitaria ‘Centro Atilano Coco’ inaugurada en 2005 en Salamanca. Pero, todavía, el maestro, republicano y masón asesinado por los franquistas sigue siendo un desaparecido. Nadie sabe dónde está su tumba. Como otros miles de personas enterradas en fosas comunes por toda España.

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Las cinco corrientes filosóficas más importantes

sábado, septiembre 22nd, 2018

Una de las ideas más célebres que se conservan de Sócrates nos llegó, como todo lo suyo, por la vía de los diálogos platónicos. En la Apología se dice que, para este filósofo, el examen de la vida era necesario para la vida en sí. Y aunque podrían citarse a otros autores para apoyar esta idea, quizá en este punto baste con apelar a nuestra propia experiencia.

Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo/Culturamas).- ¿Quién no ha sentido, en ciertos momentos de su vida, la necesidad de entender? ¿Quién no se ha preguntado por el propósito de la existencia humana? ¿Quién no se ha angustiado por la fugacidad del tiempo? ¿Quién no se ha sentido aprisionado entre el llamado de su deseo y las imposiciones de la sociedad?

La filosofía, madre de todas las ciencias, ha pasado miles de años intentando responder esas preguntas, renovadas a cada momento porque el ser humano se encuentra en cambio constate, y con él la realidad que habita.

A continuación compartimos un listado de escuelas filosóficas que han destacado en ese examen que aconsejaba Sócrates. Además de una breve explicación de cada una, añadimos algunas sugerencias de obras o autores para comenzar a conocerlas.

Pesimismo

¿Qué es? Un término que puede despertar un primer impulso de rechazo. ¿Por qué querría alguien ser voluntariamente pesimista? Esta es una pregunta válida pero que igualmente vale la pena precisar. El pesimismo como actitud filosófica nos invita a considerar la negatividad propia de la existencia y reflexionar al respecto. Para nadie es un secreto que en la vida también se presentan el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte y otras situaciones y emociones afines. ¿Hacemos bien en querer evadirlas? Los filósofos pesimistas nos dirían que no, pues en cierto modo eso es amputar la vida misma, quitarle algo que le es propio e, incluso, que es necesario para experimentarla en plenitud. En este sentido, el pesimismo suele derivar en un amor hacia la vida.

¿A quién leer? Arthur Schopenhauer es quizá el filósofo pesimista por excelencia, pero Friedrich Nietzsche también heredó cierto espíritu cercano. Del primero puede leerse un opúsculo suyo, El arte de ser feliz, o entrar de lleno a El mundo como voluntad y representación. Del segundo, puede acudirse a La gaya ciencia o Ecce homo.

Nihilismo

¿Qué es? Nihil significa “nada” en latín, y aunque esto de inicio podría también despertar cierto recelo frente a esta forma de pensamiento, vale la pena frenar ese prejuicio. La “nada” a la que esta corriente filosófica se refiere podría compararse al espacio vacío de una hoja en blanco o la nada primordial que hipotéticamente antecedió al inicio del Universo. ¿Y qué si no hubiera nada? Cuando se piensa así, podemos darnos cuenta de que prácticamente todo lo que nos rodea es resultado del cambio y del accidente. Por más que a veces ciertas cosas parecen haber estado ahí desde el origen, lo cierto es que no es así. La moral, las costumbres, las instituciones sociales, las ideas, nuestras prácticas más habituales: todo pudo no-ser y, por ello mismo, es susceptible de ser cambiado.

¿A quién leer? Friedrich Nietzsche es el filósofo más identificado con el nihilismo, aunque algunos lectores especializados tienen ciertas reservas para clasificarlo así. De cualquier modo, se trata de un pensador que nos enseñó a dudar del conocimiento en sí y de las formas en que éste se construye. Así habló Zaratustra o El ocaso de los ídolos pueden ser títulos para acercarse a su pensamiento nihilista. También un ensayo breve pero profundamente estimulante: “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”. Conocer la vida de Diógenes y las anécdotas que se conservan de él también puede ser un primer acercamiento al nihilismo.

Existencialismo

¿Qué es? El existencialismo es quizá la escuela filosófica más persistente de todas. Su nombre mismo así lo sugiere. Si la filosofía, de por sí, nació como una disciplina para examinar la vida humana, cabría decir que las raíces del existencialismo se extienden incluso hasta los días del Banquete de Platón y llegan a las discusiones contemporáneas de Byung Chul-Han. No se piense, sin embargo, que es ambiguo, pero quizá nuestra especie sea la única que fue capaz de hacer un enigma de sí misma y quizá somos los únicos que necesitamos entender nuestra vida para poder vivirla.

Søren Kierkegaard fue un existencialista avant la lettre. Foto: Especial

¿Qué leer? Al existencialismo solemos asociarlo con los filósofos franceses de la Posguerra –Albert Camus y Jean-Paul Sartre sobre todo–, pero sus ramificaciones son un poco más vastas y diversas. Søren Kierkegaard fue un existencialista avant la lettre y hay quien considera los ensayos de Tolstoi o las novelas de Dostoyevski verdaderas exploraciones del alma humana. Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset también han sido catalogados como existencialistas. Son nombres que, en todo caso, también pueden sumarse a una exploración por esta forma de pensamiento que a su favor tiene, a diferencia de otras corrientes filosóficas, que al mirar al ser humano en toda su complejidad, las obras resultantes son en su mayoría accesibles, sencillas, conmovedoras y a veces hasta fraternales. Quizá por eso es también una de las pocas en que fácilmente se encuentran autores de literatura entre su nómina. En no pocos casos leer a uno de estos pensadores es como hablar con un amigo o con una persona a quien respetamos y con quien nos une un afecto sincero. La repetición de Kierkegaard, las Memorias de la casa muerta de Dostoyevski, El mito de Sísifo de Camus pueden ser algunas sugerencias. Los escritos de Simone Weil pueden ser también una sorpresa grata.

Estoicismo

¿Qué es? Sobre todo en los últimos años, esta escuela de pensamiento ha recobrado un interés inusitado. Fue especialmente popular en los días del Imperio Romano y entre sus adeptos contó incluso con Marco Aurelio, a quien se le llamó el “emperador filósofo” y que entre sus obras legó un interesante compendio de máximas que invitan a una vida de virtud, sobriedad, honor y valentía, bajo cualquier circunstancia. Puede decirse que esa es la esencia del estoicismo: recordarnos que todo en la vida es una oportunidad para ser virtuosos, la felicidad y el infortunio, la dicha y el dolor, las tareas cotidianas y los placeres. La virtud es la brújula que nos permite navegar por los mares de la existencia sin perder nuestro rumbo ni olvidar lo elevado de nuestra misión.

¿Qué leer? Las Meditaciones de Marco Aurelio, las Epístolas morales a Lucilio o Sobre la brevedad de la vida de Séneca y los Discursos de Epícteto se encuentran entre las mejores obras estoicas, pero no son las únicas dignas de atención.

Hedonismo

¿Qué es? En las antípodas del pensamiento filosófico dominante se encuentra el hedonismo, una forma de vivir y reflexionar que tiene el placer como eje rector. El placer, que siempre ha estado en la mente de los filósofos porque es un componente esencial del ser humano. Lamentablemente, en casi todas las épocas el placer no ha salido bien librado de las discusiones filosóficas y menos aún de las prácticas sociales. Casi siempre se le mira como una bestia que es necesario domesticar o contener (así, por ejemplo, en Platón). Pero no es el caso de los hedonistas, quienes invitaron a llevar al placer al centro de la existencia. Y aunque esto suena a una vida llena de sensualidad, fiestas y banquetes, lo cierto es que filosóficamente no es así de sencillo. El placer es también una categoría que debe examinarse para poder ejercerse. ¿Serías feliz si todos los días comieras lo que más te gusta? ¿El placer que sientes por una actividad es genuino o es sólo porque aprendiste a disfrutar lo que te fue enseñado?

¿Qué leer? Si bien el hedonismo es una de las escuelas de pensamiento más antiguas en la historia de la filosofía, en un pensador contemporáneo podría encontrarse un acercamiento fresco y luminoso a la materia: el francés Michel Onfray. Su libro Teoría del cuerpo enamorado es un repaso erudito e inteligente a la manera en que la filosofía y la sociedad han tratado al placer sexual y se encuentra ahí además una apasionada defensa a las ideas de Epicuro (el mayor de los hedonistas).

Esta lista no es exhaustiva, sin duda, y además de algunas corrientes de pensamiento fundamentales para Occidente como el racionalismo o el relativismo, podrían agregarse otras escuelas de Oriente que igualmente se han abocado a reflexionar sobre la vida humana. Pero por ahora que baste con esto, que es material suficiente para preguntarnos por qué y para qué vivimos.

Cabe recordar, por último, que la filosofía no lleva a una reflexión aislada o estéril. Pensar se hace siempre con otros: con los otros que nos rodean, los otros a quienes leemos, los otros con quienes vivimos. Y, por otro lado, se trata de reflexiones que se hacen al hilo de nuestra propia vida, con nuestros actos y nuestras decisiones, con el interés de llegar a esa “vida examinada” aconsejada por Sócrates, que en esa expresión debe entenderse como una vida con sentido. Se vive y se reflexiona, eso es filosofar, y es en la combinación de ambas acciones donde se descubre el sentido de la existencia.

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El diario de viajes de Miguel de Unamuno se publicará por primera vez

jueves, enero 26th, 2017

La edición, a cargo de Pollux Hernúñez, recoge la transcripción completa de los dos cuadernos autógrafos, con sus notas explicativas, un apéndice de textos unamunianos relacionados, un índice onomástico general y la reproducción de varias páginas del manuscrito.

El escritor Miguel de Unamuno. Foto: EFE.

Madrid, 26 de enero (EFE).- La bibliografía de Miguel de Unamuno suma un titulo inédito a su lista con la publicación de Apuntes de un viaje por Francia, Italia y Suiza, un diario que recoge los 49 días que el escritor pasó por estos países cuando tenía 25 años.

El Ateneo de Madrid acogerá el próximo 31 de enero la presentación de este libro publicado por Oportet editores, un texto considerado ya como la primera obra del autor vasco (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) y que ha estado desaparecido durante décadas, pese a que se sabía de su existencia, como ha informado la editorial.

Ahora, gracias a un coleccionista que lo adquirió en el extranjero, sale a la luz en su integridad este diario escrito en 1889 con motivo del viaje que Unamuno realizó junto a un tío suyo por Cataluña, la Provenza francesa, Italia, Suiza y París, donde acudió a su Exposición Universal.

Según informa la editorial, se sabe que Unamuno compró en Barcelona los dos cuadernos en los que anotó las impresiones de este viaje. Unos apuntes llenos de “inmediatez, frescura y humor”, como testifican las tachaduras y correcciones sobre la marcha, que esta edición ha respetado, según ella misma advierte.

Y así escribe en uno de los pasajes recogidos, escrito el 12 de julio de 1889, tras visitar el Vaticano: “En las logias de Rafael lo que más me gustó fue el Padre Eterno con facha de bonachón, presentando Eva a Adán. Es la Eva más linda, más infantil y más graciosa que he visto, con sus brazos cruzados cubre los senos pero nada más, y está en la actitud de una ternerita pronta al sacrificio”.

“El holgazán de Adán, rojo, la mira sentado con una satisfacción burguesa que encanta, y -como prosigue el texto- el Padre Eterno apoyando una mano sobre el redondo hombro de la mujer observa la cara que pone Adán el rojo. Adán y Eva están desnudos, como es natural; Dios vestido, como también es natural”.

La edición, a cargo de Pollux Hernúñez, recoge la transcripción completa de los dos cuadernos autógrafos, con sus notas explicativas, un apéndice de textos unamunianos relacionados, un índice onomástico general y la reproducción de varias páginas del manuscrito.

El volumen, de 304 páginas, en tapa dura con sobrecubierta, saldrá a la venta con un precio de 25 euros (26.8 dólares).