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CRÓNICA: Familias viven odisea para evacuar el este de Ucrania ante invasión de Rusia

sábado, mayo 28th, 2022

Muchos de los evacuados son ancianos, están enfermos o tienen graves problemas de movilidad, por lo que los voluntarios deben acomodarlos en camillas blandas y manejarse lentamente por los estrechos pasillos y escaleras de los edificios de apartamentos.

Por Elena Becatoros y Nicole Dumitrache

BAKHMUT, Ucrania (AP). — Bajo una amenazante banda sonora de sirenas antiaéreas y el estruendo de la artillería, los civiles huyen de pueblos y ciudades del este de Ucrania ante el avance de las fuerzas rusas.

Por las estrechas escaleras de los edificios de apartamentos, los voluntarios trasladan a los ancianos y a los enfermos en brazos, en camillas o en sillas de ruedas hasta los minibuses que los esperan para llevarlos al centro antes de subir a trenes de evacuación en otras ciudades.

“Los rusos están justo ahí, y se están acercando”, dijo Mark Poppert, un voluntario estadounidense que trabaja con la ONG británica RefugEase, durante una evacuación en Bakhmut el viernes.

“Ahora mismo, Bakhmut es una zona de alto riesgo”, agregó. “Estamos tratando de sacar a tanta gente como podamos en caso de que los ucranianos tengan que retroceder”.

Dos personas sacan a una mujer en brazos de su casa durante una evacuación organizada por la ONG Vostok SOS en Bakhmut, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Una mujer que huye de los bombardeos, espera en una camilla para subir a un tren de evacuación, en la estación de Pokrovsk, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Él y otros voluntarios ucranianos y extranjeros que trabajan con la ONG local Vostok SOS, que coordina el operativo de evacuación, esperaban sacar a alrededor de un centenar de personas de Bakhmut el viernes, apuntó Poppert.

Unas pocas horas antes, en el extremo norte de la ciudad se escuchaba el rugido de la artillería y había columnas de humo negro. Bakhmut está en la región de Donetsk, en el este industrial de Ucrania. Junto a la vecina región de Luhansk, conforman el Donbás, donde los separatistas respaldados por Moscú controlan parte del territorio desde hace ocho años.

El proceso de evacuación es minucioso, físicamente duro y plagado de emociones.

Muchos de los evacuados son ancianos, están enfermos o tienen graves problemas de movilidad, por lo que los voluntarios deben acomodarlos en camillas blandas y manejarse lentamente por los estrechos pasillos y escaleras de los edificios de apartamentos.

Voluntarios británicos del grupo BEAR trasladan a una mujer desde su casa en Bakhmut, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Varias personas que huyen de los bombardeos suben a un tren de evacuación en una estación en Pokrovsk, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

La mayoría de la población de Bakhmut ya ha huido: de los 85 mil residentes que tenía antes de la guerra, quedan apenas 30 mil. Y cada día se van más.

Los combates se han recrudecido al norte de Bakhmut, mientras las fuerzas rusas redoblan sus esfuerzos para tomar Sieverodonetsk y Lysychansk, dos ciudades clave situadas a 50 kilómetros (30 millas) al noreste. Son las últimas zonas en manos ucranianas en Luhansk.

Al noroeste de Bakhmut, en Donetsk, los rebeldes respaldados por Rusia dijeron el viernes que tomaron la localidad de Lyman, un importante centro ferroviario próximo a las ciudades de Slovyansk y Kramatorsk, ambas todavía bajo el control de Kiev. El jueves, el humo que procedía de Lyman podía verse claramente desde Slovyansk.

Pero a pesar de los bombardeos, los misiles y el avance del ejército ruso, marcharse no es fácil.

Svetlana Lvova, de 66 años y que administra dos edificios de apartamentos en Bakhmut, resopló y puso los ojos en blanco con exasperación al oír que otro de sus inquilinos se negaba a irse.

“No puedo convencerlos de que se vayan”, dijo. “Les he dicho varias veces que si algo cae aquí, los llevaré, heridos, a los mismo buses” que han venido a evacuarlos ahora.

Una mujer que huye de los bombardeos sube a un tren de evacuación en la estación de Pokrovsk, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Dos mujeres son evacuadas de sus casas por voluntarios británicos del grupo BEAR, en Bakhmut, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Ha tratado de convencer a quienes se resisten de todas las formas posibles, aseguró, pero casi dos docenas de personas no ceden. Tienen más miedo de dejar sus casas y sus pertenencias por un futuro incierto que de quedarse y enfrentar las bombas.

Ella misma se quedará en Bakhmut con su esposo, apuntó. Pero no porque teman dejar sus propiedades, sino porque están esperando el regreso de su hijo, que sigue en Sieverodonetsk.

“No me iré a ningún lado”, afirmó. “Tengo que saber que está vivo. Por eso que me quedo aquí”.

Lvova reproduce el último video que le envió, donde cuenta que está bien y que en la ciudad hay electricidad pero no agua corriente.

“Le horneé una gran torta”, dijo secándose las lágrimas.

Poppert, el voluntario estadounidense, reconoció que no es raro recibir una solicitud de evacuación y que la persona cambie de opinión una vez que la llega la camioneta.

Una mujer que escapa de los bombardeos recibe ayuda para subir a un tren de evacuación en la estación de Pokrovsk, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Voluntarios del grupo BEAR sacan a una mujer de su casa durante un operativo de evacuación en Bakhmut, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

Una anciana recibe ayuda de voluntarios de la ONG Vostok SOS para evacuar su casa en Bakhmut, en el este de Ucrania, el 27 de mayo de 2022. Foto: Francisco Seco, AP.

“Para esta gente, abandonar el único mundo que conocen es una decisión increíblemente difícil”, indicó.

Contó como sacaron a un hombre de más de 90 años del único hogar que había conocido: “Estábamos sacando a este hombre de su mundo (…) Estaba asustado por las bombas y los misiles, y le aterrorizaba marcharse”.

En la cercana Pokrovsk, las ambulancias esperaban para subir a mujeres ancianas en camillas y sillas de ruedas a un tren de evacuación que se dirigía al oeste, lejos de los combates. Las familias se arremolinaban alrededor, arrastrando maletas y metiendo a sus mascotas en los vagones.

El tren comenzó a alejarse lentamente de la estación y una mujer descorrió la cortina de una de las ventanas. A medida que se alejaba el paisaje que le era familiar, su rostro se contrajo de dolor y las lágrimas empezaron a brotar.

14 países europeos dependen en más de 50% de gas ruso, y Putin amaga con cerrar llave

miércoles, abril 27th, 2022

El Kremlin ha advertido este miércoles -tras el corte de suministros de gas ruso a Polonia y Bulgaria- de que los suministros de gas serán interrumpidos también para otros países si estos no aceptan el nuevo mecanismo de pago en rublos.

Madrid, 27 abr (EFE).- La dependencia del gas ruso supera el 50 por ciento en catorce países europeos y Rusia es uno de los principales proveedores de este combustible para más de una veintena, un suministro que está en entredicho debido a la amenaza de Moscú de cortarlo a todo aquel país que no pague sus facturas en rublos.

Según los datos recogidos por la Agencia Europea para la Cooperación de Reguladores de Energía (ACER), correspondientes en su mayor parte al cierre del ejercicio 2020, Bosnia-Herzegovina, Macedonia del Norte y Moldavia lideran la estadística con una dependencia del 100 por ciento.

Por encima del 90 por ciento se sitúan tanto Finlandia como Georgia y Letonia, y con porcentajes superiores al 70 por ciento están Estonia, Bulgaria y Eslovaquia.

Un trabajador de la construcción ruso habla por teléfono móvil durante una ceremonia que marca el inicio de la construcción del oleoducto Nord Stream en la bahía de Portovaya, a unos 170 km (106 millas) al noroeste de San Petersburgo, Rusia, el 9 de abril de 2010. Foto: Dmitry Lovetsky, AP.

Por detrás se sitúan Croacia (68 por ciento), República Checa (66 por ciento), Austria (64 por ciento) y Grecia (51 por ciento); al grupo se suma Alemania, cuyas cifras más actualizadas apuntan a un peso del gas ruso en sus importaciones totales del 55 por ciento.

En su plan “Repower UE”, publicado poco después de que comenzara la invasión de Ucrania y dirigido a acelerar la transición hacia una energía limpia que a su vez reduzca la dependencia, la Comisión Europea reveló que el 45.3 por ciento del gas natural que consumen los países miembros procedía de Rusia en 2021, seguida a notable distancia por Noruega (23.6 por ciento) y Argelia (12.6 por ciento).

En torno a la media se sitúa Italia, que adquiere a Moscú cerca de un 46 por ciento del gas que consume, por delante de Lituania (41 por ciento), Polonia (40 por ciento), Eslovenia (40 por ciento), Hungría (40 por ciento), Francia (24 por ciento), Países Bajos (11 por ciento) y Rumanía (10 por ciento).

Para el resto de países Rusia no figura entre sus tres principales suministradores de gas, de acuerdo con las estadísticas de ACER; es el caso por ejemplo de España, que adquiere más cantidad a países como Argelia, Estados Unidos y Nigeria.

Presidente de Rusia anunció que suspenderá los contratos de suministro de gas si los países “inamistosos” no pagan el combustible en rublos. Foto: Clemens Bilan, EFE, archivo.

El Kremlin ha advertido este miércoles -tras el corte de suministros de gas ruso a Polonia y Bulgaria- de que los suministros de gas serán interrumpidos también para otros países si estos no aceptan el nuevo mecanismo de pago en rublos.

Según la Administración estadounidense de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), Rusia es el segundo mayor productor de gas natural del mundo con 762 mil millones de metros cúbicos de gas en 2021 -sólo por detrás del país norteamericano-, de los cuáles exportó un 36 por ciento.

La mayor parte (84 por ciento) lo transportó a través de gasoductos y el resto, en barco una vez convertido en gas natural licuado (GNL).

Según sus estimaciones, Europa compra tres cuartas partes de este gas, aunque China y Japón también figuran entre los 10 principales destinos.

LA GEOESTRATEGIA DEL GAS

-Gazprom confirma que ha suspendido “por completo” el suministro de gas a Polonia y Bulgaria: El gigante gasístico ruso Gazprom confirmó que ha suspendido “por completo” el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por no haber pagado las entregas en rublos.

“Gazprom ha suspendido por completo el suministro de gas a Bulgargaz (Bulgaria) y PGNiG (Polonia) por impago en rublos”, indicó la empresa controlada por el Estado ruso en un comunicado difundido en su cuenta de Telegram.

-Polonia promete que no habrá escasez porque sus reservas de gas son altas: La ministra de Clima y Medio Ambiente de Polonia, Anna Moskwa, aseguró en la radio nacional polaca que “las existencias de gas almacenado en Polonia rondan el 80 por ciento, lo cual es mucho”, y que de momento no habrá escasez en el país.

Las tuberías en las instalaciones de recalada del gasoducto ‘Nord Stream 2 se muestran en Lubmin, en el norte de Alemania, el 15 de febrero de 2022. Stream 2 es un gasoducto de gas natural de mil 230 kilómetros de largo (764 millas de largo) bajo el Mar Báltico, que va desde Rusia hasta la costa báltica de Alemania. Foto: Michael Sohn, AP, archivo.

“Por el momento, no hay necesidad de buscar nuevos suministros: tenemos suministros de GNL (gas natural licuado), contamos con el interconector checo y, en un momento dado, recurriríamos al interconector lituano”, dijo la ministra, que insistió en que “no habrá escasez de gas”, porque “los suministros están asegurados”.

-Austria dice que continúa el suministro: el Gobierno austríaco informó este miércoles de que por el momento sigue recibiendo gas natural de Rusia “sin restricciones”. La ministra de Energía, Leonore Gewessler, dijo en declaraciones a la radio pública ORF que a través del gasoducto Nord Stream y a través de Ucrania siguen llegando las cantidades acordadas de gas.

El conflicto en Ucrania dispara las acciones de Grupo México, Peñoles, Frisco…

sábado, abril 9th, 2022

Del 25 de febrero, un día después de la invasión a Ucrania, al 31 de marzo, las mineras Grupo México, Industrias Peñoles, Frisco, Minera Autlán y Fresnillo, tuvieron un incremento en el valor de sus acciones de hasta 16 por ciento, de acuerdo con una revisión de sus operaciones en la Bolsa Mexicana de Valores.

Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo).– El incremento en los precios de los metales debido a la invasión en Ucrania impulsó el valor de las acciones de las cinco mineras que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), incluyendo Fresnillo, que también se encuentra en la Bolsa de Londres.

Del 25 de febrero, un día después de la invasión de Rusia, al 31 de marzo, las mineras Grupo México, Industrias Peñoles, Frisco, Minera Autlán y Fresnillo, tuvieron un incremento en el valor de sus acciones de hasta 16 por ciento, de acuerdo con una revisión de sus operaciones en la bolsa.

Desde que se agudizaron las tensiones entre los países postsoviéticos, los mercados de materias primas comenzaron a elevar sus costos alcanzando máximos históricos en los precios del oro, la plata, el aluminio, el paladio y el zinc.

A nivel mundial, el sector más beneficiado con estos aumentos ha sido el de la minería.

En México, la firma que ha incrementado más el valor de sus acciones en este periodo ha sido Grupo México, la minera más grande del país y la quinta productora de cobre más grande del mundo.

Los títulos de la minera de Germán Larrea Mota Velasco —el segundo hombre más rico de México con una fortuna de 30 mil 800 millones de dólares, según Forbes— tuvieron rendimientos de 16.75 por ciento, pasando de cotizar en 101.92 pesos por acción a 119 pesos al 31 de marzo, con ganancias de 926 mil 415 millones de pesos.

Minera Autlán es la segunda firma del ramo de la minería cuyas acciones aumentaron gracias a los precios de los metales.

Los títulos de la compañía minera, la mayor productora de ferroaleaciones en México, tuvieron un rendimiento en el mercado de 8.50 por ciento del 25 de febrero al 31 de marzo. Sus acciones pasaron de 14.7 pesos a 15.95 cada una.

Minera Autlán es la segunda firma del ramo de la minería cuyas acciones aumentaron gracias a los precios de los metales.Foto: Mireya Novo, Cuartoscuro.

Minera Frisco, controlada por el multimillonario Carlos Slim Helú, incrementó el valor de sus acciones en un 7.76 por ciento en el mismo periodo, pasando de cotizar en 3.35 pesos por cada acción a valer 3.61 pesos al 31 de marzo.

La minera dedicada a la producción y comercialización de oro, plata, cobre, plomo y zinc, actualmente opera ocho activos mineros en México: El Coronel, San Felipe, María, San Francisco del Oro, Tayahua, Asientos, Porvenir, Ocampo y Concheño.

Fresnillo Plc, el mayor productor mundial de plata primaria de México y el segundo mayor productor de oro, es otra de las mineras beneficiadas por el incremento en el precios de los metales, cotizando con ganancias en la Bolsa de Valores de Londres y la Bolsa Mexicana de Valores bajo el símbolo FRES.

Las acciones de la minera, que forma parte del conglomerado Grupo Bal, propiedad de Alejandro Baillères, tuvieron un rendimiento de 4.20 por ciento del 25 de febrero al 31 de marzo, cotizando ese día en 210.5 pesos cada una.

Una de las minas de Grupo Peñoles. Foto: Pedro Valtierra, Cuartoscuro.

Fresnillo tiene siete minas operativas en México: Fresnillo, Saucito, Ciénaga (incluyendo la mina satélite San Ramón), Herradura, San Julián (fase I), Soledad-Dipolos y Noche Buena; tres proyectos de desarrollo (San Julián, Planta de Piritas y Extensión de Centauro (Herradura); y cuatro prospectos de exploración avanzada.

Industrias Peñoles, también propiedad de Alejandro Baillères, es otra de las minas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores cuyos rendimientos se incrementaron en este periodo, aunque en menor medida: 0.59 por ciento.

El 25 de febrero los papeles de la minera cotizaban en 249.81 pesos cada una y para el 31 de marzo se vendieron en 251.29.

PRECIOS DE METALES SEGUIRÁN SUBIENDO

Aunque la guerra entre Rusia y Ucrania elevó los precios de los metales, algunos analistas consideran que también se debe a una tendencia que se venía dando desde la pandemia.

“Los precios de los metales pasan por una tendencia global de crecimiento, no necesariamente se deben a la guerra”, dijo en entrevista el doctor Armando Negrete, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sobre las minera mexicanas, el especialista reconoció que aunque sí hubo un crecimiento acelerado, especialmente de Peñoles y Grupo México, también estas empresas sufrieron pérdidas.

“El crecimiento de estas empresas perdió su empuje entre el 22 de marzo y 8 de abril, donde Peñoles pierde 11 por ciento de su valor y Grupo México 5 por ciento; es decir, el ciclo que presentaban de aumentos pierde en el periodo siguiente”, indicó Negrete al especificar que si se considera del periodo de febrero a abril, Peñoles tiene un crecimiento de 16 por ciento y Grupo México, 20 por ciento.

Grupo México obtuvo mayores rendimientos. Foto: Graciela Pérez, Cuartoscuro.

La agencia de calificación de riesgos Moody’s revisó esta semana al alza sus estimaciones para el precio de metales y materias primas minerales debido a que espera una “mayor volatilidad” en los mercados a medida que el conflicto entre Rusia y Ucrania reduce el suministro de productos básicos.

Según un informe publicado el pasado 7 de abril por la agencia, la proporción entre oferta y demanda de materias primas como aluminio, níquel, cobre, zinc, oro, carbón metalúrgico y carbón térmico ya estaba comprometida incluso antes de que estallara el conflicto militar, lo que resultó en precios todavía más elevados.

“Algunos precios de los metales básicos, incluidos el aluminio y el níquel, alcanzaron niveles récord en el primer trimestre de 2022, mientras que los precios del cobre y el zinc se han mantenido elevados”, señaló en un comunicado la vicepresidenta senior de Moody’s Investors Service, Barbara Mattos.

Es decir, los precios de los metales seguirán subiendo y las mineras podrían beneficiarse aún más.

“El valor de los futuros de commodities se ha multiplicado y esta tendencia inflacionaria no comienza con el conflicto en Ucrania, incluso antes de la pandemia se estimaba que los procesos agrícolas se estaban viendo afectados por el cambio climático. El proceso inflacionario va a continuar porque son un refugio, el cobre, la plata, el oro van a seguir subiendo los precios”, consideró el académico de la UNAM.

Inteligencia de EU afirma que no dicen la verdad al Presidente ruso sobre la guerra

miércoles, marzo 30th, 2022

Fuentes de inteligencia de Estados Unidos, dice Associated Press por su parte, han determinado que el Presidente ruso recibe hasta la fecha información engañosa de sus asesores acerca del desempeño mediocre de las fuerzas rusas en Ucrania.

Washington/Nueva York/Ciudad de México, 30 de marzo (SinEmbargo/AP).– El Presidente Vladimir Putin habría sido mal informado por sus asesores sobre las batallas del ejército ruso en Ucrania, dicen documentos de inteligencia estadounidense desclasificados.

Los informes, según varios funcionarios, muestran lo que parece ser una tensión creciente entre Putin y el Ministerio de Defensa, incluso con el Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, quien alguna vez fue uno de los miembros más confiables del círculo interno del Kremlin, dice The New York Times hoy.

Fuentes de inteligencia de Estados Unidos, dice Associated Press por su parte, han determinado que el Presidente ruso recibe hasta la fecha información engañosa de sus asesores acerca del desempeño mediocre de las fuerzas rusas en Ucrania. Un funcionario que habló bajo la condición de anonimato por tratarse se informes desclasificados recientemente, le dijo a la agencia que de acuerdo con los informes, Putin está al tanto de la situación y que existe un estado de tensión persistente entre él y los militares.

Vladímir Putin, Presidente de Rusia. Foto: AP

El gobierno del Presidente Joe Biden espera que la divulgación de esta información haga recapacitar a Putin sobre sus opciones en Ucrania. La guerra ha caído en un impasse sangriento en buena parte del país, con muchas bajas y con la moral de la tropa rusa por el suelo ante la defensa inesperadamente vigorosa de las fuerzas y voluntarios ucranianos. Pero se corre el riesgo de aislar aún más a Putin, quien según Estados Unidos actúa impulsado en parte por el deseo de recuperar el prestigio perdido con la caída de la Unión Soviética.

El funcionario no aclaró cómo la inteligencia estadounidense llegó a sus conclusiones. El sector de inteligencia ha llegado a la conclusión de que Putin desconocía que sus fuerzas estaban usando y perdiendo soldados conscriptos en Ucrania. También ha determinado que no tiene plena conciencia de los daños sufridos por la economía rusa debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados.

Hay una “evidente interrupción en el flujo de información precisa” a Putin, ya que sus principales asesores tienen “miedo de decirle la verdad”, dijo el funcionario.

Recientemente se ha desatado una fuerte polémica cuando Biden dijo que Putin debería dejar el poder en Rusia. Horas después afirmó que no era una posición de su gobierno sino una personal. Pero pronto recibió respuesta.

El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, tachó de “alarmantes” las recientes palabras del mandatario estadounidense cuando dijo que su homólogo “no puede permanecer en el poder”.

“En primer lugar, es un insulto personal y es difícil imaginar un lugar para un insulto personal en la retórica de un líder político y, sobre todo, en la retórica del líder del principal país del mundo, Estados Unidos”, señaló el vocero ruso en una entrevista para PBS levantadas por Russia Today, subrayando que se tratan de palabras “inaceptables”.

“No le corresponde al Presidente de Estados Unidos decidir quién será o quién es el Presidente de Rusia. Es la población de Rusia que decide en las elecciones”, recalcó.

El sector de inteligencia ha llegado a la conclusión de que Putin desconocía que sus fuerzas estaban usando y perdiendo soldados conscriptos en Ucrania. Foto: AP

Al ser preguntado sobre la posibilidad de que Rusia decida emplear armas nucleares si su operación militar en Ucrania no va según lo planeado, Peskov enfatizó que Moscú no tiene dudas respecto al eventual éxito del operativo ruso, si bien “cualquier desenlace de la operación, sin duda, no es una razón” suficiente para recurrir a dichos métodos.

“Tenemos un concepto de seguridad que estipula claramente que, solamente en caso de una amenaza para la existencia del Estado [ruso], podemos y de hecho utilizaríamos las armas nucleares para eliminar esta amenaza para la existencia de nuestro país”, explicó. “Nadie está ni siquiera pensando en la idea de utilizar las armas nucleares”.

Bombas, sangre, terror: Una fosa común con cuerpos de niños exhiben el drama (FOTOS)

miércoles, marzo 16th, 2022

Se esperan muchos más cadáveres recogidos en las calles y en el sótano de un hospital donde hay cuerpos de adultos y niños esperando que alguien se los lleve. El más pequeño todavía tiene el cordón umbilical.

Por Mystyslav Chernov y Evgeniy Malotka

MARIÚPOL, Ucrania (AP). — Los cadáveres de los niños yacen allí, en una fosa larga y estrecha cavada a los apurones en la tierra fría de Mariúpol, con el sonido constante de bombardeos de fondo. Está Kirill, de 18 meses, que no sobrevivió a heridas de metralla en la cabeza. También Iliya, un chico de 16 años a la que una explosión durante un partido de fútbol en una escuela le voló las piernas. Hay una pequeña de no más de seis años en piyama, que fue una de las primeras niñas fallecidas por los bombardeos rusos en Mariúpol.

No son solo niños. Hay decenas de cadáveres en esta fosa común en las afueras de la ciudad. Se ve un hombre cubierto con una lona azul sujetada con piedras. A una mujer envuelta en una sábana roja y dorada, con las piernas atadas por los tobillos con un pedazo de tela blanca.

Los trabajadores tiran los cadáveres tan pronto como pueden porque cuanto menos tiempo pasen afuera, más probabilidades de sobrevivir a los bombardeos tienen.

“Lo único que pido es que esto termine”, declaró Volodymyr Bykovskyi mientras bajaba cadáveres en bolsas negras de un camión. “Malditos sean los que empezaron todo esto”.

Serhii se abraza al cadáver de su hijo Iliya, fallecido en un hospital de Mariúpol (Ucrania) el 2 de marzo del 2022, tras ser herido por los bombardeos rusos. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Marina Yatsko y su pareja, Fedor, se consuelan tras la muerte de su hijo Kirill, de 18 meses, en un hospital de Mariúpol (Ucrania) el 4 de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Se esperan muchos más cadáveres recogidos en las calles y en el sótano de un hospital donde hay cuerpos de adultos y niños esperando que alguien se los lleve. El más pequeño todavía tiene el cordón umbilical.

Los ataques aéreos y los bombardeos que sufre Mariúpol -por momentos uno por minuto- reflejan la maldición geográfica que coloca esta ciudad en el camino de Rusia hacia el control de Ucrania. Este puerto sureño de 430.000 habitantes ha pasado a ser un símbolo de la campaña del Presidente ruso Vladimir Putin para dominar a la Ucrania democrática y también un símbolo de la resistencia en el terreno.

En las casi tres semanas que pasaron desde que empezó la invasión, dos periodistas de la Associated Press han sido los únicos miembros de la prensa internacional presentes en Mariúpol que informan acerca del caos y la desesperación de sus ciudadanos. La ciudad está rodeada de soldados rusos, que lentamente exprimen toda la vida de la urbe a fuerza de bombardeos. Varios pedidos de crear corredores humanitarios para evacuar a los civiles no tuvieron eco hasta que las autoridades ucranianas dijeron el martes que unos 4 mil automóviles con civiles habían partido de Mariúpol en caravana. Los bombardeos alcanzaron una maternidad, el departamento de bomberos, casas, una iglesia y un terreno junto a una escuela. Quedan en la ciudad cientos de miles de personas que no tienen adónde ir.

Las carreteras de la zona han sido minadas y los puertos están bloqueados. Se acaba la comida y los rusos impiden la llegada de alimentos. Casi no hay electricidad y escasea el agua, al punto de que los residentes derriten la nieve para beberla. Algunos padres dejaron sus hijos en el hospital, tal vez en la esperanza de que tengan más probabilidades de sobrevivir en el único sitio que queda con suministro decente de luz y agua.

Alumbradas con una lámpare de querosene, varias personas esperan el día en un refugio de Mariúpol (Ucrania) el 6 de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Tanques rusos avanzan por una calle de Mariúpol (Ucrania) el 11 de marzo del 2022. La ciudad está siendo sometida a un feroz sitio. La gente pasa penurias y no tiene escape. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

La gente quema madera de muebles en parrillas improvisadas para calentarse las manos bajo temperaturas heladas y para cocinar la poca comida que queda. Las parrillas las arman con algo que sobra: ladrillos y pedazos de metal de los edificios derrumbados.

Hay muertos por todos lados. Las autoridades locales llevan contabilizadas 2 mil 500, pero esa cifra no toma en cuenta muchos fallecidos que no han podido ser contados por los bombardeos incesantes. Le dicen a la gente que dejen a sus familiares muertos en las calles porque es muy peligroso realizar funerales.

Muchas de las muertes documentadas por la AP son de madres e hijos, a pesar de que Rusia dice que no ataca a los civiles. Los médicos dicen que atienden a diez civiles por cada soldado ucraniano herido.

“Claramente tienen la orden de mantener a Mariúpol como rehén, de humillarlos, bombardearlos constantemente”, declaró el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy el 10 de marzo.

Hace pocas semanas, el futuro de Mariúpol era mucho más brillante.

Atravesaba por un período floreciente, con su pujante industria siderúrgica, un puerto de aguas profundas y mucha demanda de ambos. Ya pocos se acordaban del período negro del 2014, cuando la ciudad casi cae en manos de separatistas prorrusos y se peleaba en las calles.

Unas 100 mil personas se fueron de la ciudad en los primeros días de la invasión, según el vicealcalde Serhiy Orlov. Pero la mayoría de sus residentes se quedaron, a la expectativa de ver cómo se presentaban las cosas y convencidos de que, de ser necesario, podrían irse al oeste, igual que hicieron tantos otros.

“Hubo más miedo en el 2014. No percibo el mismo temor ahora”, comentó Anna Efimova mientras compraba alimentos y otros insumos en un mercado el 24 de febrero. “No cunde el pánico. No hay adónde ir”.

Personal médico atiende en colchones en el piso a una persona herida por los bombardeos rusos en un hospital de Mariúpol (Ucrania) el 4 de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Médicos tratan en vano de salvarle la vida a Kirill, de 18 meses, herido por metralla rusa y quien fue llevado a un hospital de Mariúpol (Ucrania) el 4 de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

El mismo día, un radar militar y una pista para aviones fueron unos de los primeros blancos de la artillería rusa. Habían empezado los bombardeos y los ataques aéreos y la gente pasaba la mayor parte del tiempo en refugios. La situación era dura, pero se podía sobrevivir.

Las cosas, no obstante, empezaron a cambiar el 27 de febrero, en que una ambulancia llevó a un hospital una pequeña niña inmóvil. Tenía el cabello recogido, el rostro pálido y su piyama ensangrentado tras ser herida por una bomba rusa. No podía tener más de seis años.

Su padre, también herido, estaba con ella, con la cabeza vendada. Su madre esperaba afuera de la ambulancia, llorando.

Médicos y enfermeras la rodearon, uno le dio una inyección. Otro le aplicó un desfibrilador. Otro médico le dio oxígeno. Mientras lo hacía, miró hacia la cámara de un periodista de la AP y maldijo. ”¡Muéstrenle esto a Putin!”, gritó furioso. “Los ojos de esta niña y los médicos llorando”.

No pudieron salvarla. Los médicos cubrieron su pequeño cuerpo con su chaqueta con franjas rosadas y delicadamente le cerraron los ojos. Ahora descansa en la fosa común.

La misma geografía que por años benefició a Mariúpol ahora se volvía en su contra. La ciudad se encuentra entre regiones controladas por separatistas prorrusos –a escasos 10 kilómetros (6 millas) al este en algunos puntos– y la península de Crimea anexada por Rusia en el 2014. La captura de Mariúpol daría a los rusos un corredor terrestre despejado y el control de las salidas al Mar de Azov, entre Rusia y Ucrania y que se comunica con el Mar Netro a través del estrecho de Kerch.

A fines de febrero comenzó el sitio.

El cadáver de una niña fallecida por los bombardeos rusos espera ser sacado de un hospital en Mariúpol (Ucrania) el 27 de febrero del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Personal de servicios de emergencia y voluntarios transportan en camilla a una mujer embarazada herida por los bombardeos rusos en Mariúpol (Ucrania) el 9 de marzo del 2022. El bebé nació muerto y media hora después falleció la madre. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Ignorando el peligro, por aburrimiento o tal vez sintiéndose invencibles, como sucede con los adolescentes, un grupo de muchachos decidieron jugar un partido de fútbol en un terreno junto a una escuela.

Cerca de ellos estalló una bomba que le voló las piernas a Iliya.

La situación empeoró rápidamente. Se cortó la luz y los servicios móviles. Sin esas comunicaciones, los médicos no sabían qué hospitales podían recibir heridos ni qué rutas usar.

No se pudo salvar a Iliya. Su padre, Serhii, se desplomó, tomó la cabeza de su hijo y lloró, desgarrado.

El 4 de marzo llego otro niño a la sala de emergencias. Kirill, un pequeño con heridas de metralla en la cabeza. No se pudo hacer nada por evitar su muerte.

“¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?”, gritaba su madre, Marina Yatsko, desesperada en un pasillo del hospital. Cubrió el cadáver de su hijo con una manta y se despidió de él.

Ese día la oscuridad se instaló para quedarse. Se fue definitivamente la luz y también la información. Se suspendieron las transmisiones de radio y televisión. El único contacto con el mundo exterior fueron los estéreos de los autos, que transmitían noticias rusas. Describían una realidad que no tenía nada que ver con la que vivían los residentes de Mariúpol.

La gente se dio cuenta de que no había escape y su estado de ánimo cambió. Los estantes de las tiendas de comestibles no tardaron en vaciarse. La gente se amontonaba de noche en refugios subterráneos y salía de día a ver qué podían conseguir, antes de volver bajo tierra.

El 6 de marzo, como sucede cuando cunde la desesperación, empezaron a pelearse entre ellos. En una calle con comercios a oscuras, la gente rompió los vidrios y se llevó lo que encontró.

Un hombre que había ingresado a un local se tropezó con su dueña, quien lo pilló tomando una pelota de goma para niños.

“¡Maldito seas! Devuelve esa pelota”, le dijo la mujer. El hombre, avergonzado, la soltó y se fue.

Cerca de allí, un soldado salió de un local saqueado, al borde de las lágrimas.

“Por favor, sigamos unidos. Esta es su casa. ¿Por qué rompen vidrios, por qué roban en los negocios?”, dijo con la voz entrecortada.

Personal médico atiende pacientes en el sótano de una maternidad en Mariúpol (Ucrania) el 1ro de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Una lona azul cubre el cadáver de una persona en una calle de Mariúpol (Ucrania) el 7 de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Otro intento de negociar una evacuación quedó en la nada. Junto a una salida de la ciudad se congregó una muchedumbre, pero un policía les bloqueó el paso.

“Todo está minado. Las carreteras están siendo bombardeades”, le dijo a la gente. “Háganme caso. Tengo una familia y también estoy preocupado. Pero lamentablemente, no vamos a estar más seguros que en la ciudad, en los refugios subterráneos”.

Allí fue a parar Goma Janna esa noche, llorando junto a una lámpara a querosene que iluminaba un poco pero no calentaba ese sótano. Lucía una bufanda y un suéter azul. Detrás suyo había un pequeño grupo de mujeres y niños agazapados en la oscuridad, temblando al escuchar las explosiones arriba de ellos.

“Quiero mi casa, mi trabajo. Sufro por la gente, por la ciudad, los niños”, dijo sollozando.

Esta agonía es probablemente uno de los objetivos de Putin. El sitio es una táctica militar que se popularizó en la época medieval, pensada para someter a la población a fuerza de hambre y violencia, y evitando las bajas que supone el ingreso de soldados a una ciudad hostil. Los que mueren son los civiles, lenta y dolorosamente.

Putin perfeccionó esa táctica en sus años en el poder, primero en Grozny (Chechenia), en el 2000, y luego en Alepo (Siria), en el 2016. A ambas las dejó en ruinas.

“Así pelean los rusos”, dijo Mathieu Boulegue, investigador del programa sobre Rusia de la Chatham House.

Para el 9 de marzo, el sonido de un avión de combate ruso bastaba para que la gente saliese corriendo en busca de amparo. Los jets surcaban el cielo y esta vez acabaron con una maternidad. Dejaron una fosa del equivalente a dos pisos en el patio. Rescatistas sacaron a una mujer embarazada de entre los escombros mientras caía una leve nevada y ella se frotaba la panza, con el rostro pálido y la cabeza volteada hacia un costado, sin moverse. El bebé se moría adentro suyo y ella lo sabía, según los médicos.

“¡Mátenme ya!”, pidió a gritos, mientras trataban de salvarle la vida en otro hospital.

El bebé nació muerto. Media hora después, ella falleció también. Los médicos no llegaron a saber ni cómo se llamaba.

Otra mujer, Mariana Vishegirskaya, esperaba dar a luz en una maternidad cuando cayó una bomba. Con el rostro ensangrentado, colocó sus cosas en una bolsa de plástico y, en piyama, caminó entre los escombros y salió del hospital. Desde afuera observó inmóvil las llamas.

Vishegirskaya dio a luz al día siguiente en medio de las bombas. Su bebé, Veronika, nació el 10 de marzo.

Las dos mujeres, la fallecida y la que pudo dar a luz, pasaron a ser un símbolo de su ciudad en llamas. Condenadas desde todos los rincones del mundo, las autoridades rusas dijeron que la maternidad del hospital había sido tomada por ucranianos de extrema derecha, que la usaban como base, y que no había pacientes ni enfermeras.

En dos tuits, la embajada rusa en Londres difundió fotos de la AP con la palabra “FALSO” encima de ellas, en rojo. Afirmó que la maternidad no funcionaba desde hacía tiempo y que Vishegirskaya era una actriz que fingió todo. Twitter retiró esos tuits, diciendo que violaban sus normas.

Los periodistas de la AP en Mariúpol que documentaron el ataque con fotos y videos no vieron nada que indicase que el hospital no funcionaba como tal. Ni nada que sugiriese que

Vishegirskaya, una bloguera sobre asuntos de belleza, no fuese una paciente real. Dio a luz a Veronika y lo documentó en Instagram.

Mariana Vishegirskaya camina con sus pertenencias por la maternidad de un hospital dañado por los bombardeos rusos en Mariúpol (Ucrania) el 9 de marzo del 2022. Al día siguiente dio a luz. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Tres individuos arrastran cadáveres a ser depositados en una larga fosa común en las afueras de Mariúpol (Ucrania) el 9 de marzo del 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Anastasia Erashova llora mientras abraza a su hijo en un pasillo de un hospital de Mariúpol (Ucrania) el 11 de marzo del 2022. El otro hijo de Erashova falleció durante un bombardeo ruso, junto con un hijo de su hermano. Foto: Evgeniy Maloletka, AP.

Dos días después del nacimiento de Veronika, cuatro tanques rusos se estacionaron cerca del hospital donde ella y su madre se recuperaban. Un periodista de AP estaba con un grupo de médicos cuando sonaron disparos de un francotirador. Uno de ellos resultó herido en la cintura.

Las ventanas se estremecieron y los pasillos se llenaron de gente que no tenía adónde ir. Anastasia Erashova lloraba y temblaba mientras sostenía un niño dormido en sus brazos. Un bombardeo había matado a su otro hijo y al hijo de su hermano, y ella tenía sangre seca en su cabeza.

“No sé adónde ir”, se lamentó angustiada. “¿Quién nos devolverá a nuestros hijos? ¿Quién?”.

Esta semana las fuerzas rusas ejercían un control total del edificio. Médicos y pacientes permanecían encerrados adentro y los rusos usaban la instalación como base, según un médico y funcionarios locales.

Orlov, el vicealcalde, pronostica cosas peores. La mayor parte de la gente está atrapada en la ciudad.

“Nuestros soldados lucharán hasta la última bala”, advirtió. “Pero la gente se está muriendo por falta de agua y de comida. Sospecho que en los próximos días habrá cientos de muertes, si no miles”.

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Lori Hinnant (París) y Andrew Meldrum (Ciudad del Cabo) colaboraron en este despacho.