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El Papa pide a jóvenes no creer al narcotráfico: “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios”

martes, febrero 16th, 2016

El Papa Francisco llamó a los jóvenes mexicanos a evitar la tentación del dinero y a no caer en manos del narcotráfico o de las drogas. En un encuentro multitudinario con jóvenes de distintas partes del país, les pidió a valorarse y darse cuenta de que son la riqueza de México. “Entiendo que muchas veces se vuelve difícil sentirse la riqueza cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror”, dijo.

El Papa Francisco habla con fieles dentro de la catedral de Morelia, México. Foto: Gregorio Borgia, AP

El Papa Francisco habla con fieles dentro de la catedral de Morelia, México. Foto: Gregorio Borgia, AP

Ciudad de México, 16 de febrero (SinEmbargo/AP/EFE).– “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos. Él nunca nos mandaría al muere, sino que todo en él es invitación a la vida. Una vida en familia, una vida en comunidad; una familia y una comunidad a favor de la sociedad”.

Durante el primer acto de la reunión con jóvenes en la ciudad de Morelia, cuatro de ellos provenientes de diferentes partes del país le narraron al Papa Francisco los problemas a los que se enfrentan, incluido un mensaje en el que se habla de los problemas con la violencia y el narcotráfico.

“Muchas familias sólo han podido llorar la pérdida de sus hijos, porque la impunidad ha dado alas a quienes secuestran, estafan y matan. En medio de todo esto la paz es un don que seguimos anhelando”, dijo un joven que fue identificado sólo con su primer nombre, Alberto, de Morelia, la capital del estado de Michoacán.

El Pontífice escuchó atento y tomó notas de los discursos de cada uno de los cuatro jóvenes que hablaron.

Francisco llegó al estadio Morelos de Morelia, la capital del estado de Michoacán, donde sostuvo una reunión con jóvenes. Durante su recorrido de la catedral al inmueble deportivo, al menos cinco personas saltaron las vallas de protección. Una de ellas alcanzó a tocar el vehículo descubierto pero fue detenido de inmediato por elementos de seguridad. Un niño también logró aproximarse a un menos de un metro pero fue detenido, aunque entregó un objeto al cuerpo de seguridad papal antes de ser retirado. Otras personas arrojaron algunos objetos pero ninguno pasó cerca del Pontífice.

El recorrido fue presenciado por miles de personas, algunas desde los balcones y techos de las casas. Incluso un par de personas vestidas con traje de mariachi, cabalgaron al lado del recorrido por varios minutos. En el estadio Morelos, Francisco dijo a jóvenes de varias zonas del país, que es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando las organizaciones criminales y el narcotráfico les quita a sus familiares y cuando no se tienen las oportunidades dignas de trabajo.

“Cuando llegué a esta tierra fui recibido con una calurosa bienvenida, constaté ahí mismo algo que intuía desde hace tiempo: la vitalidad, la alegría, el espíritu festivo del Pueblo mexicano. Ahorita…, después de escucharlos, pero especialmente después de verlos, constato nuevamente otra certeza, algo que le dije al Presidente de la Nación en mi primer saludo. Uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana tiene rostro joven, son sus jóvenes. Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra. Y no dije la esperanza de esta tierra, dije: ‘Su riqueza’”, expresó.

“No se puede vivir la esperanza, sentir el mañana, si primero uno no logra valorarse, si no logra sentir que su vida, sus manos, su historia vale la pena. La esperanza nace cuando se puede experimentar que no todo está perdido, y para eso es necesario el ejercicio de empezar ‘por casa’, empezar por sí mismo. No todo está perdido. No estoy perdido, valgo, y valgo mucho. La principal amenaza a la esperanza son los discursos que te desvalorizan, que te hacen sentir de segunda. La principal amenaza a la esperanza es cuando sentís que no le importas a nadie o que estás dejado de lado”, señaló.

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VIOLENCIA EN MICHOACÁN

La violencia que diversas zonas de México han padecido ha dejado desde 2006 más de 100 mil muertos y unos 27.000 desaparecidos. Michoacán llegó a ser uno de los estados más afectados por la presencia del narcotráfico, uno de cuyos carteles penetró incluso actividades como la minería y la producción de limón y aguacate. Algunos sacerdotes también han sido víctimas de la violencia.

Desde 1988, al menos 38 sacerdotes han sido asesinados en México y dos más están desaparecidos, de acuerdo con el Centro Católico Multimedial, una organización dirigida por un cura que da seguimiento a hechos de violencia contra religiosos. La mayoría de ellos, 28, murieron a partir de 2006, cuando el entonces gobierno lanzó una ofensiva contra el narcotráfico.

“A veces la violencia nos ha hecho bajar los brazos, bien por desánimo, por costumbre, o por temor”, dijo Fausto Méndez, un seminarista de 23 años de la orden de San Agustín que asistió a la misa. “Por eso el papa viene a decirnos que no tengamos miedo a hacer lo correcto”, añadió.

Gerardo Sandoval, seminarista de 19 años de la misma orden, admitió que en ocasiones se sienten solos, pero el mensaje de Francisco les sirve para saber que no lo están. “Los tiempos son difíciles, pero nuestra fe no decae”, dijo a la agencia Associated Press.

El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, estimó en 20 mil el número de curas, monjas y seminaristas que asistieron al estadio con el papa, además de que alrededor de 300 mil personas salieron a las calles para recibirlo en Morelia, capital del estado occidental de Michoacán que se ha visto marcado por la violencia y la penetración del narcotráfico. El Papa tuvo un almuerzo privado y luego visitó la Catedral de Morelia, donde se encontró con jóvenes y niños, varios en sillas de ruedas, a quienes les pidió orar por su familia y amigos.

La visita del papa a Morelia es vista también como un gesto hacia el arzobispo de Morelia monseñor Alberto Suárez Inda, hasta ahora el único Cardenal mexicano nombrado por Francisco y quien -como Francisco- ha llamado a la jerarquía católica a dejar de lado sus cómodas vidas para convertirse en “pastor de sus ovejas” y acompañar a la gente en los momentos duros que pasa el país.

Michoacán es cuna de sanguinarios cárteles y un importante centro de distribución de drogas que por años estuvo dominado por el cartel de la Familia y luego el de Los Caballeros Templarios. Cansados de la violencia de los últimos años, habitantes de Michoacán se armaron en 2013 y crearon grupos de autodefensa para enfrentar a los narcotraficantes.

Este movimiento espontáneo, aplaudido inicialmente por la población, también extendió la violencia por decenas de municipios e incluso terminó dividido y penetrado por algunos narcotraficantes a los que antes combatía.

“Nunca va a haber paz en Morelia aunque venga el papa o quien sea, porque estamos en manos de la mafia, desde la policía a los políticos”, dijo pesimista José Luis López, un hojalatero de 43 años.

La gente fotografía y saluda al papa Francisco después de que él celebró misa en el estadio Venustiano Carranza en Morelia, México. Foto: Rebecca Blackwell, AP

La gente fotografía y saluda al papa Francisco después de que él celebró misa en el estadio Venustiano Carranza en Morelia, México. Foto: Rebecca Blackwell, AP

LA TENTACIÓN DEL NARCO

“La principal amenaza a la esperanza es cuando sentís que da lo mismo que estés o que no estés. Eso mata, eso nos aniquila y es puerta de ingreso a tanto dolor. La principal amenaza a la esperanza es hacerte creer que empiezas a ser valioso cuando te disfrazas de ropas, marcas, del último grito de la moda, o cuando te volvés prestigio, importante por tener dinero pero, en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor. La principal amenaza es cuando uno siente que tiene que tener plata para comprar todo, incluso el cariño de los demás. La principal amenaza es creer que por tener un gran carro, sos feliz”, señaló el Papa Francisco ante jóvenes esta tarde.

Reiteró: “Ustedes son la riqueza de México, ustedes son la riqueza de la Iglesia. Y entiendo que muchas veces se vuelve difícil sentirse la riqueza cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror. Es difícil sentirse la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno, posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que terminan impulsándolos a situaciones límites. Es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando, por ser jóvenes, se los utiliza para fines mezquinos seduciéndolos con promesas que al final no son tales”.

“Pero, pese a todo, esto no me voy a cansar de decirlo: ustedes son la riqueza de México”, insistió.

No crean, dijo, “que les digo esto porque soy bueno, o porque la tengo clara, no queridos amigos, no es así. Les digo esto y estoy convencido, ¿saben por qué? Porque como ustedes creo en Jesucristo. Y es Él el que renueva continuamente en mí la esperanza, es Él el que renueve continuamente mi mirada. Es Él el que continuamente me invita a convertir el corazón. Sí, mis amigos, les digo esto porque en Jesús he encontrado a Aquel que es capaz de encender lo mejor de mí mismo. Y es de su mano que podemos hacer camino, es de su mano que una y otra vez podemos volver a empezar, es de su mano que podemos animarnos a decir: Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte. Es de su mano que podemos decir que es mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes aquí es en la pobreza y en la marginación; en la marginación de oportunidades, en la marginación de espacios, en la marginación de la capacitación y educación, en la marginación de la esperanza. Es Jesucristo el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas”.

“Me han pedido una palabra de esperanza, la que tengo para darles se llama Jesucristo. Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el mundo arriba, abracen su cruz, abrácenlo a Él y, por favor, nunca se suelten de su mano, por favor, nunca se aparten de Él. Porque de su mano es posible vivir a fondo, de su mano es posible creer que vale la pena dar lo mejor de sí, ser fermento, sal y luz en medio de sus amigos, de sus barrios, de su comunidad. Por eso, queridos amigos, de la mano de Jesús les pido que no se dejen excluir, no se dejen desvalorizar, no se dejen tratar como mercancía. Es cierto, capaz que no tendrán el último carro en la puerta, no tendrán los bolsillos llenos de plata, pero tendrán algo que nadie nunca podrá sacarles que es la experiencia de sentirse amados, abrazados y acompañados. Es la experiencia de sentirse familia, de sentirse comunidad”, manifestó.

Insistió: “Ustedes son la riqueza de este País y, cuando duden de eso, miren a Jesucristo, el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas”.

Seminaristas, sacerdotes, religiosos y las miles de personas que acudieron esta mañana al estadio Venustiano Carranza, en Morelia, Michoacán, realizaron un conteo –antes del arribo del Papa Francisco– por los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos en septiembre 2014, en Iguala, Guerrero.

En un video que circula a través de redes sociales se observa cómo varios religiosos organizan a las personas del estadio y realizan un conteo hasta llegar al número 43. Todo ocurrió cuando quedaban unos 40 minutos para que Francisco arribara. Entonces, el maestro de ceremonias rogó oraciones por las familias, los sacerdotes y las vocaciones y, a continuación, pidió un minuto de silencio por “los 43″.

En el corazón de un estado marcado por la violencia y penetración del narcotráfico, el Papa Francisco pidió hoy por la mañana durante una misa en el estadio de Morelia, a sacerdotes, monjas y seminaristas evitar quedar paralizados por la resignación y seguir con sus labores. En su homilía, dijo que “la resignación es una de las armas preferidas del demonio” y los exhortó a ver como ejemplo a Vasco de Quiroga, un obispo español que llegó a la Nueva España en el siglo XVI y fundó el primer seminario y hospital a donde podían acudir los indígenas.

Esta tarde, Francisco también se reunió con jóvenes y niños en la Catedral de Morelia y ahí les pidió pensar en su familia y amigos. A su salida, un coro de jóvenes morelianos le dedicó una canción.