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En México existen 1 millón 200 mil pequeños comercios entre fruterías, misceláneas o verdulerías como la de Evangelina; si apoyamos el consumo de estos productos mexicanos, estamos apoyando la economía de muchas familias, dijo José Cacho, vicepresidente de Cadenas Productivas del Consejo Nacional Agropecuario.
Impulsada por el «coraje» ante una sociedad indiferente ante el destino de los residuos de los productos que consume, Karla González fundó en 2018 Bodega Cero en la ciudad de Monterrey, en el norte de México.
A nivel mundial, la producción alimentaria es responsable de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que hace a la comida causante y víctima de una creciente industrialización, que abusa de los productos químicos, organismos genéticamente modificados, consumo excesivo de agua de riego, entre otras prácticas que hacen de su impacto ambiental devastador.
Con el fin de apoyar a los pequeños productores a posicionarse entre los consumidores y sacar mayor ganancia de su producto, un grupo de ingenieros desarrolló una máquina de leche fresca 100 por ciento de vaca.
Después de tantas complicaciones ocurridas a finales del año pasado, entre el nuevo Presidente de EU, los múltiples gasolinazos y la subida del dólar, en la cadena restaurantera Papa Guapa decidieron poner manos a la obra y optar por un menú de comida totalmente local. Su creador, nos cuenta cómo llegaron a esta decisión.
Comer como en la era prehispánica es más placentero de lo que parece y no, no es difícil conseguirlo pues los mercados de México están llenos de ingredientes olvidados, baratos y muy saludables.
Son 329 y están repartidos en las 16 delegaciones de la Ciudad de México, donde ya son Patrimonio cultural intangible. En el resto del país también los hay municipales, de comida, de plantas y hasta de trueque. Son lugares de intercambio de ingredientes, sí, pero también de historias. Los mercados son el reflejo de la cultura mexicana.
Los cambios están también las pequeñas acciones: fijarse en qué y cuánto se consume, de dónde viene, quién lo produce y en dónde se tira, influye no sólo en el estilo de vida personal sino en la economía de toda una ciudad. El Bonito Tianguis se ofrece a ser ese lugar de encuentro entre productores y consumidores, por una mejor alimentación y en una de esas, por un mejor país.
Ehitel Silva Zegarra fundó en abril del año pasado «Bon Marché», una empresa que busca llevar los ingredientes más frescos y sanos a las mesas de los mexicanos, con la particularidad de que éstos vienen de los sembradíos de Xochimilco, Puebla y Guanajuato, por mencionar algunos. Con esto, quieren apoyar la economía local, reducir los intermediarios y ofrecer los productos a un precio justo, que permita una ganancia digna para los campesinos.
El cacao es originario de Mesoamérica, por lo que el chocolate siempre ha sido de gran tradición en el país. Hoy en día, chefs, emprendedores y reposteros siguen experimentando con él y sobre todo elaborándolo con ingredientes locales para el disfrute de las parejitas de enamorados que se quieren consentir y –ya aprovechando– consumir lo hecho en México.
Un supermercado made in USA, marcas con nombres en inglés, productos importados por todos lados… Sin embargo, la siguiente experiencia comprueba que consumir lo «hecho en México», es asunto de voluntad, de revisar etiquetas, de saber lo que se come y hacer uso de los derechos como consumidor.
Si es en resistencia contra Trump, por el cierre de fronteras, por apoyo a la economía local o simplemente por salud, al adquirir alimentos mexicanos en los tianguis y mercados locales se pueden matar varios pájaros de un tiro y así beneficiar a los pequeños productores y de una vez por todas mejorar nuestra manera de comer, fuera de productos industrializados y mejor optar por una dieta natural.
Lo que inició como un proyecto para rehabilitar la zona agrícola del sur de la ciudad, se convirtió en un modelo de negocio que busca beneficiar a pequeños productores y consumidores, al facilitar el acceso a frutas y verduras de origen agroecológico y a la vez capacitar a los campesinos que habían abandonado esta práctica por los bajos suelos.
Ante las amenazas comerciales hacia México por parte de Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos, la Alianza por la Salud Alimentaria presentó el manifiesto ¡Consumidores al Grito de Guerra!, en el que más de 40 organizaciones de la sociedad civil subrayan la necesidad de que los mexicanos ejerzan su poder como consumidores para así fortalecer la economía nacional y local, y al mismo tiempo velar por la salud de la población.
El turbulento 2016 fue también un gran año para la cocina mexicana tradicional y el rescate de sus ingredientes, recetas y principales protagonistas. También, se pudo ver su reconocimiento internacional a través de los chefs y restaurantes destacados, a la par que adoptamos algunas tendencias de importación. Mundano presenta un breve recuento de lo más relevante del año.
Ante una alerta de escasez y desperdicios de alimentos, así como la urgencia por comer de manera más saludable y apoyar la economía local, los huertos urbanos se han convertido en una opción viable para el desarrollo sustentable.