Escritora, periodista, doctora en teoría literaria, Beatriz Gutiérrez Müller ha dicho que no será la tradicional primera dama de México durante la administración del Presidente López Obrador, en cambio, trabajará en una comisión para la Memoria Histórica y Cultural de México.
Por Cecilia Rivera
México, 1 de diciembre (EFE).- La escritora y periodista Beatriz Gutiérrez Müller apunta a convertirse en una primera dama muy especial para la historia de México por su preparación académica, la influencia en su marido Andrés Manuel López Obrador y su disposición a desempeñar su papel en un segundo plano.
“Aquí va nuestro Presidente de México”, escribió hoy Beatriz Gutiérrez en su cuenta de Facebook con una foto de su esposo en el interior del vehículo que les llevó desde su domicilio al Palacio Legislativo para la ceremonia de investidura de López Obrador como Presidente.
De 49 años, Beatriz Gutiérrez, vistiendo un traje azul y negro con un estilo elegante y clásico, acompañó hoy a su marido al Palacio Legislativo para el acto de toma de posesión como Presidente de México.
En el Palacio Legislativo, Beatriz Gutiérrez se encargó de su primera tarea oficial como primera dama al cumplimentar a la hija del Presidente de EU, Donald Trump, Ivanka, con la que se sentó al lado para escuchar el discurso del nuevo Presidente.
Beatriz Gutiérrez Müller no se desempeñara como tradicionalmente lo hicieron las esposas de los presidentes. Foto: Cuartoscuro.
Desde hoy Beatriz Gutiérrez encabezará el Consejo Honorario de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México que pretende recuperar “los tesoros nacionales”, para la memoria del país.
Escritora, periodista y con un doctorado en Teoría Literaria por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) con una tesis sobre la interpretación que hizo Francisco de Quevedo del Libro de Job, Beatriz Gutiérrez ha renunciado, no obstante, a asumir el papel decorativo destinado históricamente a las primeras damas.
Su papel como la más estrecha consejera de López Obrador seguirá inalterable, pero lejos de los focos y del puesto que de manera superficial han ocupado las esposas de los presidentes mexicanos: la presidencia honoraria del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Ha pedido que se le diga “compañera”, “esposa de AMLO” o simplemente Beatriz, pero sin el título de primera dama para desempeñar el puesto de “una compañera que esté en las buenas y en las malas”, pero “haciendo lo suyo también”.
“En México no queremos que haya mujeres de primera ni de segunda. Con todo respeto las mujeres que han estado antes en ese papel, decir primera dama es algo clasista”, declaró Gutiérrez Müller durante la campaña presidencial de su esposo.
Se define a sí misma como “madre de familia, esposa, escritora, profesora universitaria y en perpetuo aprendizaje”, en su cuenta de Twitter.
No duda en responder a aquellos que los atacan. Entra en debate ya sea con un premio nobel de Literatura como con un ex Presidente.
Durante la campaña presidencial, respondió al escritor peruano Mario Vargas Llosa por las criticas en contra de López Obrador.
También ha sostenido discusiones en Twitter con el reconocido escritor mexicano Enrique Krause y con el ex Presidente mexicano Felipe Calderón.
A inicios de noviembre, defendió a su esposo al responder a la portada de la revista Proceso cuyo título señalaba “AMLO se aisla. El fantasma del fracaso” e intercambió mensajes con el director del semanario Rafael Rodríguez.
Beatriz Gutiérrez Müller nació en 1969 en la Ciudad de México, aunque vivió su infancia y juventud en los estados mexicanos de Morelia y Puebla.
Es hija de Nora Beatriz Müller Bentjerodt de origen chileno y ascendencia alemana, y de Juan Gutiérrez Canet. Su origen, hizo que durante la pasada campaña presidencial, se difundiera que era nieta de un genocida nazi.
El proyecto Verificado.mx, que combate las noticias falsas, revisó su acta de nacimiento, y constató que el abuelo materno es Adolfo Marcelo Müller Oliphant, no Heinrich Müller.
Beatriz Gutiérrez Muller durante un mitin. Foto: Cuartoscuro
Además la propia Gutiérrez Müller indicó en una carta dirigida a Verificado 2018 que su bisabuelo, Walter Müller, nació en Alemania y emigró a Ciudad Juárez, Chihuahua entre 1892 y 1894.
Trabajó como periodista en la sección Página Regional del periódico El Universal de Puebla y en la productora Argos Comunicación.
En 2006, meses después de que López Obrador perdió las elecciones presidenciales, la pareja se casó lo que supuso el primer matrimonio de ella y el segundo de él.
En abril de 2007 nació su hijo Jesús Ernesto, primero de Beatriz y el cuarto de López Obrador.
“El amor es una fuerza sin la cual no podríamos vivir. El que no ama no está vibrando, y el que no está vibrando está muerto. Mi más grande amor es mi hijo Jesús”, dijo Gutiérrez Müller en un vídeo grabado durante las elecciones presidenciales.
Es autora de poemas, crónicas, cuentos y de las novelas Larga Vida al Sol (2011), Viejo Siglo Nuevo, Dos revolucionarios a la sombra de Madero (2016) y La “memoria artificial” en la Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo (2018), entre otros.
#MetaDatos | Beatriz Gutiérrez Müller se ha posicionado como una de las figuras más importantes de México en las redes sociales, a sólo cinco meses de abrir su cuenta en Twitter. Su éxito se ha apuntalado no sólo en el apoyo que en este foro mantiene su esposo Andrés Manuel López Obrador, sino por la interacción que ha desarrollado con sus seguidores, lo que ha roto con la comunicación impersonal y distante que tienen en estos foros digitales otros protagonistas de la política.
No obstante, la cercanía con los usuarios también tiene su riesgo. Los antagonistas de Movimiento de Regeneración Nacional y de AMLO han aprovechado para enfocar su ira en contra de la historiadora e incluso contra su hijo menor de edad. Pese a denunciar los ataques e insistir que no está interesada en la política, sus críticos la mantienen al centro de la polarización que prevalece en las redes sociales, y por la que figuras como Angélica Rivera de Peña prefieren no participar.
Ciudad de México, 5 de noviembre (SinEmbargo).– Beatriz Gutiérrez Müller, historiadora, académica, esposa de Andrés Manuel López Obrador y madre de un hijo de ambos, cimbra las redes sociales cada vez que publica un tuit en su cuenta oficial de Twitter (@BeatrizGMuller). Su popularidad en esta red social ha sido vertiginosa, a pesar de que ella se sumó a este foro digital hace sólo cinco meses. Con más de 200 mil seguidores en Twitter –hasta el corte de esta nota–, la también escritora suma un promedio de 497 seguidores por día, de acuerdo con la proyección de Social Blade, situación que se aceleró a partir del 1 de julio en que AMLO resultó ganador de la elección federal.
Beatriz Gutiérrez Müller ha reunido miles de seguidores en Twitter apenas en cinco meses de participar en esa red social. Foto: SinEmbargo con información de Social Blade
Gutiérrez Müller incursionó en Twitter con un perfil muy distinto al que acostumbran las figuras políticas en México. La manera en que se expresa desde esta plataforma rompe con el tono institucional y despersonalizado que acostumbran, en particular, los priistas y los panistas, cuyo protocolo de comunicación digital se caracteriza por la homogeneidad e incluso resulta complicado distinguir entre una y otra cuenta; también, algunas de esas cuentas son operadas por agencias de marketing que no logran quitarles la rigidez ni el acartonamiento, como es el caso de decenas de cuentas de diputados y senadores, entre otros.
Desde la llegada de Twitter a México se han afinado estas estrategias de comunicación donde las opiniones personales son omitidas en la mayoría de los casos, y en su lugar se aprovechan estos canales para promover posturas de partido.
El estilo de comunicación de algunos integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), como el de la Diputada Tatiana Clouthier Carrillo y el de la propia Gutiérrez Müller, rompe con la distancia con la que los políticos mexicanos acostumbran a “dialogar” con las audiencias en las redes.
Durante el periodo de transición, esta manera de abordar las redes sociales –con mayor frecuencia a título personal– alienta la polémicas pero también un gran interés entre una audiencia acostumbrada a que las figuras políticas utilicen las redes sociales como canales de una sola vía.
La comunicación cercana no ha vuelto más vulnerable a ataques a Gutiérrez Mülller que a figuras como Angélica Rivera de Peña, quien no tiene cuenta de Twitter, o a Margarita Zavala Gómez del Campo, o a Marta Sahagún de Fox, que recurrentemente son blanco de reclamos por el malestar social que genera la corrupción y la impunidad en la esfera política de México.
Durante el mes de octubre, esta dinámica prevaleció a raíz de la manifestación de inconformidad de la escritora por la columna “Hijo de AMLO, recargado… y motorizado”, publicada en El Universal, en la que también se incluyó una fotografía del menor. La polémica se detonó con el hashtag #ConLosNiñosNo y en cuestión de horas se convirtió en tendencia, luego de ser apoyada por usuarios, políticos, periodistas e influencers, lo que también le generó una ola de ataques desde cuentas adversarias a López Obrador.
Las críticas a menudo surgen de manera organizada y buscan posicionar hashtags, memes y generan numerosos comentarios negativos en sus publicaciones, son formas de atacar recurrentes pero que en el caso de Beatriz Gutiérrez se distinguen por centrarse en críticas a su imagen, su grado académico, su relación con López Obrador y otros aspectos que atentan contra su persona y no por su participación activa en la política.
A lo largo del mes, la misma frase fue retomada en varias ocasiones para avivar la polémica, y se revivió el pasado fin de semana, luego que Gutiérrez publicara un tuit en el que condenó la portada del semanario Proceso en la que se lee: “AMLO se asila. El fantasma del fracaso”. A través de un tuit, la escritora consideró que el encabezado provenía de “conjeturas fantasiosas” y como sucedió con su reacción por la columna de El Universal, esta vez se movilizó el hashtag #AMLONoEstásSolo, que se mantuvo activo hasta este lunes con un alcance potencial de 4 millones 500 mil usuarios, de acuerdo con cifras de la herramienta de análisis de Twitter Tweet Binder.
“Todavía no toma posesión y ya está «solo» y a punto del «fracaso». El conservadurismo, de izquierda o de derecha, nubla el juicio y da pie a conjeturas fantasiosas. Los extremos pueden tocarse y abrazarse. Bienvenida la pluralidad y el debate. Lo bueno es el desenmascaramiento”, escribió Beatriz Gutiérrez.
Con un solo tuit, la escritora obtuvo más de 24 mil reaccione entre muestras de apoyo y críticas. Dentro de la grupalidad crítica, la respuesta se centró en retomar la frase #ConLosNiñosNo para movilizar el hashtag #ConLosMaridosNo y #ConMiEsposoNo con el que le señalaron el salir en defensa de sus familiares e incluso intentar “cogobernar” con López Obrador por salir en su defensa.
La frecuencia de los ataques han motivado a que Gutiérrez Müller manifieste de manera abierta su intención de desmarcarse de la esfera política.
Nuestra first lady anda brava, ahora se fue contra Proceso por la crítica que le hicieron al Presi Peje.
Deberíamos de ayudarle, yo sí le voy a ayudar porque soy cool.
La crítica, la objeción y la disidencia que se expresa en #Twitter es bienvenida cuando se realiza con respeto y argumentos. Solo quiero recordarles que yo no soy @lopezobrador_, soy Beatriz y no detento ningún cargo público ni represento a persona pública alguna #FelizMartes ?
Qué mundo tan agresivo el de #Twitter. Por eso no escribo por aquí tan a menudo como yo querría. El lenguaje cargado de ira y la agresividad no me gustan. De todas formas #FelizLunes a los que no don #bots y saben conducirse con respeto. #seanfelices
El Pleno del Tribunal Electoral comenzará a sesionar a las 10:00 horas para llevar a cabo el cómputo final y definitivo de la votación Presidencial y declarar la validez de la elección.
Beatriz Gutiérrez celebró la entrega hoy de la constancia de Presidente electo a AMLO. Foto: Archivo, Cuartoscuro
Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del próximo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, celebró la entrega de constancia que se llevará a cabo este miércoles a las 13:00 horas en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
“Con la constancia de #PresidenteElecto hoy #Mexico recupera la esperanza en un país inmensamente rico, que no ha repartido su riqueza, y ha creado inseguridad y emigración. Hoy sembramos el germen de la cuarta transformación de la vida pública de nuestro país”, escribió Gutiérrez Müller la mañana de este miércoles a través de su cuenta de Twitter.
Con la constancia de #PresidenteElecto hoy #Mexico recupera la esperanza en un país inmensamente rico, que no ha repartido su riqueza, y ha creado inseguridad y emigración. Hoy sembramos el germen de la cuarta transformación de la vida pública de nuestro país.
El Pleno del Tribunal Electoral comenzará a sesionar a las 10:00 horas para llevar a cabo el cómputo final y definitivo de la votación Presidencial y declarar la validez de la elección.
López Obrador arribará al Tribual acompañado por su familia y miembros de su futuro Gabinete.
La sesión para la entrega de la constancia comenzará a las 13:00 horas.
Afuera del TEPJF se han instalado pantallas para que la gente que ya ha comenzado a congregarse en las inmediaciones pueda seguir la sesión.
Beatriz Gutiérrez Müeller, historiadora y académica, amante de la poesía y promotora de la cultura y el arte, es también la esposa de Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial de la coalición “Juntos Haremos Historia” y quien, a 18 días de los comicios federales del 1 de julio, lidera por entre 18 y 22 puntos las encuestas de preferencia electoral.
En entrevista con SinEmbargo, Beatriz habla de su rechazo por la idea de la “Primera Dama”, pero también de su miedo a convertirse “en una persona que no soy”, en el caso de que su marido obtenga el triunfo en las urnas.
No quiero, dice, “en el afán de ser lo que otros desean que sea, que de buenas a primeras juegue un rol que no calza con mi forma de pensar. Me considero una persona sencilla, dispuesta a aprender todos los días, no vivir aislada del mundo y de sus problemas y olvidar de donde vengo. Mis temores giran en torno a lo anterior. Tengo la impresión de que a las “primeras damas” (federal, estatal, municipal) se les fuerza a tener una actividad asistencial y de ejemplaridad, entre otras facetas, muchas veces con la intención de no romper una tradición que no se sabe de dónde salió.
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).– La presencia de Beatriz Gutiérrez Müller en la campaña electoral se ha intensificado en las últimas semanas. La esposa de Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial por la coalición “Juntos haremos historia”, estrenó su cuenta en Twitter hace apenas unos días y ha sostenido interesantes debates con quienes atacan a su esposo, también lanzó la canción “Cuídame tú”, dedicada a los que luchan, y sorprendió con su discurso en Minatitlán, Veracruz, un alegato a favor de las mujeres.
Casada con el líder de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) desde hace 12 años, Beatriz (Ciudad de México, 1969), es poeta, historiadora, académica, periodista, promotora de cultura, literatura y arte, y advierte que de ganar su marido la Presidencia de México terminará con la idea de la “Primera Dama”.
“Modificar la idea de ‘Primera Dama’ en México es difícil. Pero en algún momento se tiene que comenzar a erradicar, sobre todo si es sinónimo de privilegios, ostentación y abuso de poder”, dice en entrevista con SinEmbargo.
Autora de los libros “Viejo siglo nuevo” (Planeta, 2012) y “Dos revolucionarios a la sombra de Madero” (Planeta, 2016), se ha dedicado a la investigación y estudio de personajes como Bernal Díaz del Castillo, Hernán Cortés, Giordano Bruno, Francisco de Quevedo o Francisco I. Madero. Beatriz es Doctora en Literatura.
La esposa de López Obrador confiesa que es tímida y que le ha costado asumir el protagonismo de su nueva etapa. Aunque se muestra entusiasmada e ilusionada por lograr un cambio para México, advierte que su relación con el poder ha sido siempre de “distancia”: “No empleo mis relaciones personales para usufructo propio”, remata.
Sencilla, disciplinada, discreta, curiosa por naturaleza, aguda en sus posturas, firme en sus convicciones, Beatriz Gutiérrez Müller sonríe con facilidad y dice que en caso de que AMLO gane las elecciones se propone cambiar el papel de la esposa del Presidente de México e iniciar una nueva era: “La esposa de un Presidente debe reconocer que esto ha cambiado y dejar a un lado la idea de que sólo es adorno”, remata.
“A lo largo de casi 12 años de matrimonio [con Andrés Manuel López Obrador], mi relación con el poder ha sido de distancia. No empleo mis relaciones personales para usufructo propio”, dice Beatriz Gutiérrez Müeller, historiadora, académica, apasionada de la poesís y promotora de la cultura. Foto: Iván Stephens, Cuartoscuro
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–El puesto de “Primera Dama” es uno de los más opacos y poco transparentes en su partida presupuestal y en la estipulación de sus funciones. Usted ha propuesto “poner fin al puesto de ‘Primera Dama'”, ¿qué ofrece en su lugar?, ¿qué funciones tendría?, ¿cómo modificar el imaginario tradicional sobre la esposa del Presidente?
–Propuse poner fin a la idea de “Primera Dama”. El puesto como tal no existe en la legislación mexicana. Es una figura tradicional en México que emula a la “First Lady” de Estados Unidos, el cual sí es una responsabilidad pública. No siendo pues una figura legal, no debiera ser el lugar para usufructuar el presupuesto público. ¿Qué funciones? De las que he podido escuchar, la esposa de un Presidente lo acompaña a ceremonias cívicas, a viajes internacionales, a giras de trabajo. Por otro lado, sería bueno que la esposa de un Presidente tome alguna bandera para, desde su lugar, promover alguna acción que beneficie a la población.
–De llegar a convertirse en la compañera del Presidente, ¿cómo impulsaría la agenda de género? Las mujeres son “un motor poderoso que el país necesita”, pero México les ha fallado, dijo usted misma. ¿Qué propone para impulsar esa presencia de las mujeres tan necesaria en un país convertido en tierra de feminicidios?
–Impulsaría la agenda de género con todo mi apoyo moral y presencial, siempre que se pueda.
Beatriz Gutiérrez, acompañada de las morenistas Yeidckol Polevnsky, Claudia Sheinbaum y Tatiana Clouthier participó el pasado 5 de junio en un diálogo con mujeres de la comunidad judía en México. Foto: Cuartoscuro
–¿Cómo se imaginan que debe ser la esposa de un Presidente?, es una pregunta que hizo en su discurso en Minatitlán. ¿Cómo se imagina usted ese rol?
–Yo me imagino a una esposa normal, haciendo lo que hacía antes de que su esposo se convirtiera en Presidente, en Gobernador, en Alcalde. Incluso es hasta sano mentalmente. Todas las mujeres que acompañamos a nuestros esposos políticos tenemos mucho trabajo en casa o desarrollando nuestras actividades. Los hijos, por ejemplo, requieren atención y generar un ambiente estable para beneficio de ellos, porque un mandato constitucional dura un tiempo (un sexenio, en el primero de los casos) pero la familia dura toda la vida. Sin embargo, también me la imagino haciendo muchas cosas por México.
–El fundamento legal está sustentado en el artículo 80 constitucional: el poder recae en una sola persona. ¿Qué tipo de relación tendría usted con el poder de su esposo si llegara a la Presidencia?
–Yo tendría la relación que tengo ahora: soy una esposa que lo acompaña en las buenas y malas. A lo largo de casi 12 años de matrimonio, mi relación con el poder ha sido de distancia. No empleo mis relaciones personales para usufructo propio.
–“La compañera”, dice usted, debe participar “hasta un límite”. ¿Cuáles serían sus límites de ser la compañera del Presidente?
–Los que la Ley determina. Por otra parte, debe ser colaboradora en todo lo que pueda para auspiciar cambios positivos para el país.
Andrés Manuel López Obrador y su esposa Beatriz Gutiérrez durante un mitin con simpatizantes de Morena, realizado en Izúcar de Matamoros, Puebla. Foto: Saúl López, Cuartoscuro
–”La esposa debe hacer las cosas de manera diferente”. ¿De qué manera?, ¿cuál sería su agenda social?, ¿cuáles serían sus luchas?
–Las mujeres mexicanas no son las mismas que en los años 20, o cuando se conquistó el derecho a votar. Ahora, un alto porcentaje de mujeres no sólo trabaja en su casa (trabajo, por cierto, mal reconocido y no remunerado), sino que tiene una fuente propia de ingresos, con lo cual contribuye al peculio familiar. Además, participa más activamente en otro tipo de actividades: política, filantropía, activismo social, etcétera. La esposa de un Presidente debe reconocer que esto ha cambiado y dejar a un lado la idea de que sólo es adorno: aporta, cambia cosas, crea, lucha todos los días por un mejor país. No he pensado por ahora tener una agenda social ni una lucha específica. Primero ganamos, y luego planteamos estos temas. Pero sin duda, si en algo puedo aportar, será en torno a la literatura y las artes en general.
–“Sería imperdonable convertirse en lo que critica”, dice usted. ¿Convertirse en qué, por ejemplo? ¿A qué le teme? El poder cambia a las personas.
–A convertirme en una persona que no soy. En el afán de ser lo que otros desean que sea, que de buenas a primeras juegue un rol que no calza con mi forma de pensar. Me considero una persona sencilla, dispuesta a aprender todos los días, no vivir aislada del mundo y de sus problemas y olvidar de donde vengo. Mis temores giran en torno a lo anterior. Tengo la impresión de que a las “primeras damas” (federal, estatal, municipal) se les fuerza a tener una actividad asistencial y de ejemplaridad, entre otras facetas, muchas veces con la intención de no romper una tradición. ¿Cuándo surgió esa tradición de la “Primera Dama” que hace campañas por la Cruz Roja, que encabeza el DIF, que reparte despensas en momentos de crisis como fue el sismo del año pasado? No lo sé con precisión. No está mal si esto es ayuda a México en momentos críticos. Pienso que hay muchas dependencias del Gobierno federal que hacen o debieran hacer ese trabajo. Ahora, si esas dependencias cuentan con el apoyo de la esposa del Presidente para tener un mayor impacto, bien; pero si ese apoyo es meramente decorativo o inocuo, no tiene sentido prestarse sólo para la fotografía. Cuando se ayuda a alguien o al país, el trabajo profundo no tiene necesariamente que ser visible.
–Dice usted que no tiene “intereses políticos electorales” y que no será candidata a nada. ¿Cuál es su percepción del poder y cómo se piensa relacionar con esa nueva realidad en caso de ganar?
–Que yo recuerde, no he tenido a la fecha ninguna fantasía de ser candidata a nada. Cuando estaba en la primaria fui candidata a la reina de la primavera y quedé en segundo lugar. Desde que era reportera en Puebla, varias veces me mencionaron o propusieron ser candidata a algún puesto público, y me negué. Incluso, me he enterado de que he sido incluida en encuestas [en Puebla] recientemente. No me interesa postularme a ningún cargo de elección popular. Para que quede aún más claro, extendiendo lo expresado en Minatitlán: no quiero ser candidata, nunca. La política no es lo mío. Me interesa la “Política”, con mayúscula; es decir, tener mi posición, mi juicio, abonar a una idea, a una propuesta pero no postularme. No es lo mío porque, viviendo con un político, he tenido la oportunidad de “calarme” y no paso la prueba. No tengo las aptitudes ni el temperamento para ello, para rematar.
–Las últimas “primeras damas” de México han estado marcadas por la ambición de poder y la avaricia. ¿Deme su opinión sobre las últimas tres: Martha Sahagún, Margarita Zavala y Angélica Rivera.
–Me reservo mi opinión.
–Usted apela a “la fuerza de las palabras” para construir un México en paz. ¿Qué más ofrece conquistar con las palabras?
–Ofrezco todo lo que he aprendido para dar una opinión sobre un tema; mediar en todo ámbito en que sea necesario para el entendimiento de las partes y, a la vez, colocar al lenguaje, al diálogo y a la palabra como un imperativo para la paz pública.
He atendido algunas investigaciones recientes en las que las personas han sufrido daños patrimoniales al verse afectados en sus cuentas financieras, incluso con el cambio…
Las escuelas pueden y deben brindar alimentos adquiridos a los productores locales, fortaleciendo las economías de sus comunidades, pueden y deben contribuir activamente a restaurar…