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El escritor mexicano publica la cuarta novela de la saga Casasola. En Inframundo conviven la historia y el presente, pinta de colores una vida en la Ciudad, con personajes como el Mulato, que vende libros de viejo y que en la novela se convierte en siniestro.
Decía el caricaturista Roberto Fontanarrosa (1944-2007) que todo lo que uno hace es para conseguir «minas», es decir, obtener la atención de alguna mujer. En este texto, donde Sergio González Rodríguez (1950-2017), muestra su capacidad narrativa y los múltiples intereses que tenía, el sexo opuesto se trata de una obsesión. Almadía publica este libro póstumo del profesional, que falleció el pasado 3 de abril y al que mucho se lo extraña.
Como Joan Didion, luego de leer Las noches azules y El año del pensamiento mágico, luego de ver el documental, la autora consiguió la confirmación de lo que ya sabía: conviene hablar de estas cosas. Así, esta novela que cambió a la autora y encantó a los lectores.
¿Tiene sentido seguir escribiendo en el mundo contemporáneo? Para responder, Guillermo Fadanelli recurre a una cita E. L. Doctorow: “La ficción enseña las leyes de la comunidad y distribuye el sufrimiento” en el libro Meditaciones desde el subsuelo, que edita Almadía.
Diana del Ángel es poeta, pero su escritura cotidiana no le servía para homenajear y dejar en texto toda la lucha por justicia para la muerte y tortura de Julio César Mondragón, el único cuerpo que apareció mutilado de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa. Vio la crónica y este es el libro, realizado gracias a la Primera Residencia de Creación Literaria Ventura + Almadía, llevada a cabo durante enero y febrero de 2017, en Oaxaca.
Anagrama y el Fondo de Cultura Económica están a la cabeza de la organización de este encuentro que tendrá lugar del 10 al 25 de junio en el Centro Cultural Bella Época. Varios títulos seleccionados del Fondo tendrán 35% de descuento, y hasta el 50% en otros sellos, excepto novedades en ambos casos.
Julio Trujillo presenta El acelerador de partículas, un libro editado por Almadía y que muestra su obsesión por la expresión correcta, la palabra correcta, el ritmo justo.
En Lobo (Almadía, 2017), su reciente novela, la autora explora el tema de la desaparición de personas en nuestro país y toda su metáfora se traduce en aullidos de las bestias. El terror no es el que vive afuera, sino el que hay dentro de la cabeza de los personajes.
Habitan este libro personajes con destinos ambliopes. Creadores que en un arrebato de lucidez y demencia deciden renunciar, abandonarse a la contingencia para poner su vida, cuerpo y trabajo, en un espacio de indeterminación. Este libro recoge las pruebas de una irrefutable propensión al absurdo.
Nunca he logrado desprenderme de mi vieja convicción de que viajar nos estrecha la mente. En el mejor de los casos, todo hombre necesita un doble esfuerzo de humildad moral y energía imaginativa para evitar dicho estrechamiento. Ciertamente hay algo conmovedor e incluso trágico en el pensamiento del turista irreflexivo que podría estar en su casa adorando a los lapones, abrazando a los chinos y saludando efusivamente a los patagonios en Hampstead o Surbiton y que, en cambio, a causa de un impulso ciego y suicida, ha ido a ver cómo son.
El médico neuropsiquiatra y escritor presenta Un diccionario sin palabras (Almadía), donde al decir del pensador Roger Bartra “muestra un refinamiento reflexivo de amplio espectro y un buen uso literario de la clínica”. En los ensayos y la narración de casos, el lenguaje es la preocupación máxima: la manera en que las personas desarrollan un sistema de símbolos que pueda tender puentes entre ellos y la realidad.
“Los libros de reflexión ética hoy son más necesarios que nunca. La sencillez, sabiduría y mirada crítica que L. M. Oliveira nos ofrece en este ensayo acerca de la humillación no puede dejarnos indiferentes”: Guillermo Fadanelli
El nuevo libro del autor de La peor señora del mundo es en realidad una reedición donde cuenta lo que ha investigado alrededor de una dolencia extraña que ha padecido durante mucho tiempo y de la que se ha librado, al parecer, gracias a la escritura
“Le hice notar al principito que los baobabs no son arbustos sino árboles grandes como iglesias y que aunque se llevara toda una manada de elefantes, la manada no acabaría ni con un solo baobab”, dice El Principito en el Capítulo IV. En el libro Paracaídas que no abre (Almadía), Alejandro Páez Varela vuelve a hablar del baobab, en clave romántica, poética y apasionada
El autor de Jack Boner and the rebellion es también un gran lector de poesía como lo comprueba esta colaboración para nuestro suplemento. Imposible no tentarse con sus propuestas poéticas