La limitación de productos esenciales disponibles en supermercados, la falla en sistemas de pago electrónicos, los rechazos de empresas a comercializar y hacer negocios en Rusia han sido algunas de las manifestaciones de la serie de consecuencias que han tenido las sanciones económicas impuestas a Moscú por su ataque a Ucrania.
Por Dasha Litvinova
MOSCÚ, 3 de marzo (AP).— En los días que han transcurrido desde que Occidente le impuso sanciones a Rusia por su invasión de Ucrania, los rusos de a pie están sintiendo los dolorosos efectos, desde sistemas de pago que no funcionan hasta problemas para retirar efectivo y no poder comprar algunos artículos.
“Apple Pay no ha funcionado desde ayer. Fue imposible pagar con él en todas partes; en un autobús, en una cafetería”, comentó Tatyana Usmanova, residente de Moscú, a The Associated Press. “Además, en un supermercado limitaron la cantidad de artículos esenciales que una persona puede comprar”.
Apple anunció que dejaría de vender sus iPhone y otros productos populares en Rusia, y también limitaría servicios como Apple Pay, parte de medidas implementadas por diversas empresas para protestar por la invasión rusa.
Docenas de compañías extranjeras han retirado sus negocios de Rusia. Importantes marcas automotrices suspendieron las exportaciones de sus vehículos. Boeing y Airbus cancelaron el suministro de refacciones de aviones y servicio a las aerolíneas rusas; renombrados estudios de Hollywood ya no estrenarán sus cintas en la nación, y probablemente la lista seguirá creciendo.
Además, Estados Unidos y otros países occidentales han impuesto a Rusia sanciones de una amplitud y severidad sin precedentes. Han expulsado a los principales bancos rusos del sistema de pagos internacionales SWIFT, limitaron las exportaciones de alta tecnología a Rusia y restringieron severamente el uso por parte del Kremlin de sus reservas de divisas.
Los rusos en Moscú y otras ciudades hablaron con la AP sobre cómo esas acciones han repercutido en su vida diaria, mencionando problemas para convertir rublos a moneda extranjera, largas filas en los cajeros automáticos y tarjetas de algunos bancos que no funcionan.
Irina Biryukova, en Yaroslavl, una ciudad ubicada a unos 250 kilómetros al noreste de Moscú, dijo que sólo pudo depositar una cantidad limitada de dinero a su cuenta de banco a través de los cajeros automáticos.
“La mayoría de los cajeros (de este banco) no están funcionando para depositar”, dijo.
Los precios de los alimentos, según algunos negocios, han empezado a subir.
“Todos los principales ingredientes con los que preparamos nuestros productos han subido de precio entre un 30% y un 40%”, dijo Ilya Oktavin, que dirige el servicio de entrega a domicilio en un bar de sushi en la ciudad de Perm.
Algunos productos también son más difíciles de conseguir debido a las acciones de empresas como Nike, que el martes por la noche suspendió las ventas en línea, diciendo en el sitio web de la compañía que “no puede garantizar la entrega de los productos a los compradores en Rusia”. El miércoles, H&M anunció la suspensión de “todas las ventas” en el país.
Los críticos del Kremlin pintan un panorama sombrío para Rusia.
“Nos enfrentamos a precios crecientes, despidos masivos, retrasos en el pago de prestaciones o pensiones”, escribió el miércoles en Facebook Yulia Galyamina, una política opositora. “Escasez de medicamentos y equipos médicos. Envejecimiento y empobrecimiento del parque automovilístico y aéreo… Recordaremos la década de 1990 como difícilmente la peor época. Pero sólo tengo una pregunta: ¿para qué?”
En lo que parece un intento por evitar el pánico, las autoridades rusas lanzaron el martes una página web especial, titulada “Lo estamos explicando”, que habla de cómo están funcionando diversos ámbitos de la vida bajo la presión de las sanciones. Reportes preocupantes, como los que anticipan un alza de precios o dicen que ciertos servicios no funcionan, se desmienten en el sitio web como “falsos”.
Algunos rusos, en tanto, señalaron que las sanciones no son lo que más les preocupa, sino el ataque letal que Rusia emprendió contra un país vecino.
“Las sanciones son lo que menos me preocupa. Me preocupa que Rusia esté matando gente en Ucrania”, comentó Ivan Kozlov, residente de Moscú. «Me gustaría que se detuviera la guerra que ninguna persona cuerda en Rusia con conciencia y capaz de tener piedad y compasión quiere”.