A pesar de que el nombre de Rodrigo Prieto puede resultar nuevo o un tanto desconocido para algunos, la realidad es que el cinefótografo cuenta con una amplia trayectoria dentro de Hollywood. Ha trabajado con directores ganadores del Óscar como Spike Lee, Oliver Stone, Pedro Almodovar, Ben Affleck y Alejandro González Iñárritu.
Ciudad de México, 09 de febrero (SinEmbargo).- Hablar de Rodrigo Prieto es hacer referencia a uno de los máximos exponentes mexicanos de la actualidad en la industria del cine a nivel mundial. El cinematógrafo se encuentra nominado al Óscar por tercera ocasión en la categoría de Mejor Fotografía gracias a su trabajo en The Irishman y busca que esta vez sea la vencida para obtener su primera estatuilla dorada.
A pesar de que el nombre de Rodrigo Prieto puede resultar nuevo o un tanto desconocido para algunos, la realidad es que el cinematógrafo cuenta con una amplia trayectoria dentro de Hollywood. Ha trabajado con directores ganadores del Óscar como Spike Lee, Oliver Stone, Pedro Almodovar, Ben Affleck y Alejandro González Iñárritu.
Prieto es egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), inició su carrera en proyectos estudiantiles, los cuales le abrieron las puertas para incursionar en el cine nacional. En el 2000 participó Amores perros, su primer gran proyecto junto a Alejandro González Iñárritu, siendo esta su primera colaboración con el multipremiado cineasta. A esta película le siguieron 21 gramos en 2003, Babel en 2006, nominada al BAFTA por Mejor Fotografía, y Biutiful en 2010, todas junto a “El Negro” González Iñárritu.
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El cineasta mexicano recibió el pasado 13 de enero una nominación al Óscar a la Mejor Fotografía por su trabajo en The Irishman, la más reciente película de Martin Scorsese, en la que la tecnología rejuvenece a su protagonista Robert De Niro por computadora.
La cinta, está basada en el libro I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt, y explora cómo Frank Sheeran, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un estafador y sicario que trabajó con algunas de las figuras más destacadas del siglo XX y de algún modo se le inculpa por la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa.
Tal y como se ha hecho en producciones como Ant-man (2015), o recientemente en Terminator: Dark Fate (2019), la película rejuvenece a los actores principales con la ayuda de tres cámaras y el desarrollo de tecnología.
“Esta es la primera vez que se hace tan realista. Yo siento que esta película es donde se ha creado con mayor éxito. Es la primera vez que se hace sin que los actores tengan marcas en sus rostros, y otras cosas y aparatos, que era una de las condiciones que quería Scorsese”, dijo Prieto en entrevista con EFE.
Prieto estuvo involucrado desde la preproducción para desarrollar un intrincado aparato con tres cámaras con el que marcaron el rostro de los actores usando rayos infrarrojos para capturar las tomas base y rejuvenecerlos digitalmente, sin que llevaran marcas reales sobre el rostro o cascos de captura de movimiento.
“Tenía que encontrar la forma de que este sistema funcionara y que Scorsese no tuviera ningún tipo de limitación por esta tecnología, sino que, al contrario, sintiera que estaban filmando la película normal, como si nada, y que la cámara la pudiéramos mover como fuera”, explicó en entrevista con AP.
El mismo Prieto aseguró que en su tercera colaboración con Scorsese se enfrentó a un reto estético y técnico por igual, al tener que compaginarse con la tecnología de rejuvenecimiento que usó el equipo de efectos visuales supervisado por el argentino Pablo Helman.
““Me gusta complicarme un poco […] Tenía que encontrar la forma de que este sistema funcionara y que Scorsese no tuviera ningún tipo de limitación por esta tecnología, sino que, al contrario, sintiera que estaban filmando la película normal, como si nada, y que la cámara la pudiéramos mover como fuera”, dijo.
Esta es la tercera ocasión en la que Rodrigo Prieto es nominado al Óscar a mejor fotografía. Su primera designación fue por Brokeback Mountain de Ang Lee en 2005, la segunda, llegó once años después, en 2016 por su trabajo en Silence también junto a Scorsese.
Prieto explicó que Scorsese buscó que este filme no tuviera de “referente” su cine anterior.
Se trataba de “ver esta película como un trabajo solito”, así que en esta ocasión los referentes fueron más bien “recuerdos” del director.
Además de estas referencias personales, el director de fotografía explicó que Scorsese también recurrió a materiales fotográficos especiales para explicarle lo que quería expresar.
“Los referentes eran cosas que Scorsese me hablase de sus recuerdos y gran parte de la temática de la película es la memoria. Scorsese me hablaba de cómo eran los restaurantes donde se reunían los mafiosos, cómo recordaba la luz, el color”.