La pndemia por COVID-19 ha impactado la salud mental de la población de todo el mundo, ya que se presentó un aumento en casos de depresión y ansiedad en personas que previo a la contingencia sanitaria estaban sanas.
Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).- Especialistas alertaron que el confinamiento por la pandemia de COVID-19 incrementó los problemas de salud mental, a lo que se suma el dolor de las personas que perdieron algún familiar durante la emergencia sanitaria.
De acuerdo con un artículo de la revista Muy Interesante, previo al inicio de la contingencia desatada por el nuevo coronavirus, a nivel mundial las enfermedades mentales afectaban al 22 por ciento de la población, de las cuales la depresión tenía una prevalencia con 300 millones de casos.
Tras la pandemia por COVID-19 se registró un aumento de los trastornos psicológicos en personas previamente sanas, lo que podría responder a «un exceso de estrés» y a la falta de «herramientas para enfrentarlo, según Fernado Chacón, vicepresidente del Consejo de Psicologia en España, citado por la publicación.
El especialista explicó que, aunque, el estrés y las tensiones son situaciones cotidianas, no toda las personas cuentan con herramientas para gestionarlas, lo que a su vez se ve influido por el contexto de cada individuo, como la clase social, las circunstancias personales, entre otros factores.
En este sentido, los trastornos hacen su aparición cuando estos niveles de estrés superan los recursos con los cada individuo cuenta para enfrentarlos. Para el especialista, eso fue lo que sucedió con la emergencia provocada por la COVID-19: el estrés aumentó y los recursos para combatirlo disminuyeron, particularmente en el ámbito social, debido al aislamiento.
Por ello, la pandemia contribuyó al aumento de casos de ansiedad y depresión, ya que, según refirió Muy Interesante, un estudio de The Lancet señaló que los casos de depresión aumentaron 28 por ciento, mientras que la ansiedad incrementó 26 por ciento.
Eso significa que se diagnosticaron 53 millones de casos de trastorno depresivo y 73 millones de pacientes con ansiedad, más de lo esperado, en especial en los países que resultaron más afectado con el coronavirus, siendo los niños y los adolescentes los más perjudicados.
Por ello, la Unicef emitió un llamado para proteger la salud mental de las nuevas generaciones de manera urgente, ya que un estudio que realizó la organización reveló que uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años se encontraba deprimido o con poco interés hacer alguna actividad.
Incluso, citó Muy Interesante, hubo casos como el hospital Sant Joan de Deu en donde hubo cuatro intentos de suicidios en jóvenes menores de 20 años, y que presentó un aumento de pacientes con trastornos de conducta alimentaria.
La psicóloga sanitaria y experta en psiconutrición María del Mar Cinto Gallarín explicó que el confinamiento por la pandemia de COVID-19 limitó las relaciones sociales de los adolescentes, quienes vieron impactado su desarrollo emocional que debería tener por edad madurativa.
Los expertos también indicaron que otro sector que se ha visto muy afectado es el de los adultos mayores con previos problemas de salud, quienes han manifestado un agravamiento de los deterioros cognitivos, lo cual sería resultado de que muchos de los ancianos viven solos, y por la pandemia se restringió la interacción con sus familiares.
El tercer grupo más afectado fueron las mujeres, ya que, según la ONU, referida por Muy Interesante, la población femenil sería golpeada por el coronavirus en tres aspectos: la salud, la violencia doméstica y los cuidados, ya que muchas de estas mujeres son las que solas cuidan de sus familiares adultos, lo que les ha generado problemas de salud física y mental.
A todo lo anterior se suma la crisis económica que la COVID-19 dejará a su paso, que de nuevo tendrá un impacto negativo en la salud mental, sobretodo en los países más pobres, pues sus habitantes se tendrán que enfrentar a preocupaciones inesperadas como el desempleo y sus finanzas.
Sin embargo, lo expertos subrayaron que cuando el mundo alcance la inmunidad poblacional, habrá una drástica reducción de los síntomas de salud mental directamente relacionados con la infección por coronavirus, como la ansiedad por miedo a la infección, depresión en personas que se hayan infectado y en el control del comportamiento.
