La llegada de profesionales al cuadrílatero significaría derribar una de las últimas barreras que defienden el amateurismo en los Juegos Olímpicos
Ciudad de México, 28 de febrero (SinEmbargo).- Los boxeadores profesionales podrían competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro si son aprobadas las propuestas del organismo rector de ese deporte a nivel amateur. Sin embargo, aunque el presidente de este organismo está esperanzado en que dicha propuesta se concrete, la iniciativa aún despierta muchas dudas.
La Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) discutió en sus reuniones de esta semana en Manchester una propuesta para enmendar el reglamento que limita la participación en los Juegos Olímpicos a púgiles amateurs con la intención de incluir a los mejores atletas del mundo en el máximo evento deportivo.
El presidente de la AIBA, el doctor Ching Kuo Wu, dijo después de la reunión de las diferentes Comisiones pertenecientes a dicho organismo que la propuesta podría ser ratificada en cuestión de meses, quizás incluso a tiempo para ser implementada en los Juegos de Río que se realizarán en agosto.
Agregó que es «completamente posible» que los cambios se implementen a tiempo para Río.
«Queremos que los mejores boxeadores vayan a los Juegos Olímpicos», dijo Wu a la agencia Press Association de Gran Bretaña. «Es el 70 aniversario de Aiba, y queremos que algo cambie, no después de cuatro años, sino ahora», agregó.
Hasta el momento, se desconocen casi por completo las diferentes regulaciones a las que los peleadores tendrían que someterse para ser elegibles para las Olimpiadas. Lo que sí se sabe es que los boxeadores profesionales no tendrían que preocuparse por su récord ni por sus contratos con los diferentes organismos, ya que parte de las reglas implementadas en 2013 por la AIBA, como contar con menos de 15 combates y firmar un contrato a corto plazo con la filial profesional APB, quedarían invalidadas, publicó VICE Media.
Las propuestas tienen que ser ratificadas por la junta de la AIBA. Mientras tanto, aunque la iniciativa impulsada por Wu pueda resultar verosímil y realizable, da pie a una polémica sobre la manera en que la esencia del boxeo olímpico se vería afectado sobre todo en lo que respecta a los ideales de amateurismo que sustentan a las justas olímpicas.
«Es una política del Comité Olímpico Internacional (COI) tener los mejores atletas en los Juegos y, para las federaciones internacionales, Aiba es probablemente la única sin atletas profesionales en los Juegos Olímpicos. Ya tenemos nuestros propios boxeadores profesionales, de la APB y WSB, en los Juegos [y] vamos a ir más lejos», dijo el presidente de la AIBA.
Lo que Wu dice no está nada alejado de las competencias olímpicas actuales. Desde hace varias ediciones a la fecha el mundo ha sido testigo de cómo deportes como el tenis, básquetbol y futbol, por dar algunos ejemplos incluyen dentro de sus participantes a atletas que se desempeñan en ligas y circuitos profesionales.
Antes de que la televisión llegara a las olimpiadas, los atletas que aceptaban dinero por su desempeño se convertían en parias ante los ojos del COI. Si se descubría que un deportista había recibido un pago por jugar, o que aceptó endosos comerciales, eran rechazados, desterrados y se les daba la espalda.
Uno de los ejemplos más famosos de la inflexibilidad de los organizadores de los Juegos Olímpicos a principios del siglo XX es Jim Thorpe, considerado uno de los mejores atletas de todos los tiempos de los Estados Unidos. Thorpe ganó medallas de oro en el decatlón y pentatlón en los Juegos Olímpicos de 1912, de las cuales fue despojado y sus logros anulados, una vez que aceptó recibir pequeña cantidades de dinero por haber jugado béisbol semi-profesional durante sus veranos universitarios. Las medallas le fueron reintegradas en 1983, 30 años después de su muerte, en una época en la que podrían habérselas dado sin mayor problema.
Por supuesto, uno de los principales factores para sepultar los principios del amateurismo fue la llegada de la televisión a los Juegos. Entonces el COIse dio cuenta de que los intereses comerciales podrían convertir los Juegos Olímpicos en una mina de oro sin fondo que ahora busca derribar las barreras de una de las disciplinas que hasta hace poco se había mantenido firme para evitar la integración de atletas profesionales.
«Creo que cualquier federación internacional debe empezar a pensar en lo que será el futuro del deporte, y si sabemos lo que nos gustaría que suceda entonces debemos impulsar nuestra visión», dijo Wu. «Después de 70 años, depende de Aiba establecer una buen cimiento que durará por muchas décadas”.
«Cuando me hice cargo de la presidencia en el 2006 dejé muy claro que el término de amateur no es realmente relevante porque cuando nos fijamos ahora en todos los deportes olímpicos, que es realmente amateur? Creo que el proceso es muy claro y tenemos la intención de considerar eso muy a fondo” agregó.
Y es que finalmente la pregunta de Wu es bastante pertinente. En un contexto actual en el que un evento como los Juegos Olímpicos es televisado a todo el mundo y tiene miles de compromisos comerciales, ¿que es realmente amateur?