El estudio reveló que las vacunas de ARNm son eficaces contra las variantes Alfa, Delta y Ómicron, pero se necesitan tres dosis de las mismas para conseguir la misma efectividad en Ómicron que con dos dosis para Alfa y Delta.
Madrid, 10 de marzo (Europa Press).- A medida que la pandemia de COVID-19 continúa evolucionando, el control rutinario de la eficacia de la vacuna, especialmente contra la enfermedad grave, y los programas de vigilancia para identificar las variantes virales serán esenciales para informar las decisiones sobre las políticas de refuerzo de la vacuna y las actualizaciones de las cepas de la vacuna.
Las vacunas de ARNm son muy eficaces para prevenir los ingresos hospitalarios asociados a la COVID-19 relacionados con las variantes Alfa, Delta y Ómicron. Sin embargo, se necesitan tres dosis para lograr un nivel de protección contra la Ómicron similar al que proporcionan dos dosis contra las variantes Delta y Alfa, según un amplio estudio estadounidense publicado por la revista The BMJ.
Los resultados también muestran que, aunque la gravedad de la enfermedad entre los pacientes ingresados en el hospital es menor con la variante Ómicron que con la Delta, los pacientes con Ómicron siguen corriendo el riesgo de padecer una enfermedad crítica y morir.
La comprensión de las variantes de COVID-19 y la eficacia de las vacunas contra ellas son esenciales para orientar las políticas de vacunación y el desarrollo de nuevas vacunas.
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Markedly enhanced protection vs Omicron hospitalizations for 3-dose (VE 86%) vs 2-dose (VE 65%) vaccination https://t.co/KnyQf9J9zI
"Third vaccine dose critical for protecting against Omicron variant" pic.twitter.com/P3BY0s1lmR— Eric Topol (@EricTopol) March 9, 2022
Los primeros estudios sugirieron una menor eficacia de la vacuna contra la infección y los ingresos hospitalarios por Ómicron en comparación con las variantes anteriores, pero se sabe poco sobre la eficacia de las vacunas para prevenir las manifestaciones más graves de la COVID-19, incluida la insuficiencia respiratoria y la muerte, para los pacientes con infección debida a la variante Ómicron.
Para abordar esta carencia de conocimientos, los investigadores evaluaron la gravedad clínica de la COVID-19 asociado a las variantes Alfa, Delta y Ómicron entre los adultos ingresados en el hospital y compararon la eficacia de dos y tres dosis de vacunas de ARNm (Pfizer-BioNTech y Moderna) para prevenir los ingresos hospitalarios relacionados con cada variante.
Sus hallazgos se basan en 11 mil 690 adultos ingresados en 21 hospitales de Estados Unidos entre marzo de 2021 y enero de 2022: 5 mil 728 con COVID-19 (casos) y 5 mil 962 sin COVID-19 (controles).
Los pacientes se clasificaron en tres grupos de variantes según la secuenciación del gen viral o por la variante circulante predominante en el momento del ingreso en el hospital: Alfa (del 11 de marzo al 3 de julio de 2021), Delta (del 4 de julio al 25 de diciembre de 2021) y Ómicron (del 26 de diciembre de 2021 al 14 de enero de 2022).
A continuación, se calculó la eficacia de la vacuna para cada variante y se comparó la gravedad de la enfermedad entre las variantes utilizando la escala de progresión clínica de la Organización Mundial de la Salud, que evalúa la gravedad de la enfermedad de un paciente en el hospital.
La eficacia de dos dosis de una vacuna de ARNm para prevenir el ingreso hospitalario con COVID-19 resultó ser menor para la variante Ómicron que para las variantes Alfa y Delta (65 por ciento, 85 por ciento y 85 por ciento, respectivamente), mientras que con tres dosis se consiguió una eficacia del 86 por ciento contra la variante Ómicron, similar a la de dos dosis contra las variantes Alfa y Delta.
Entre los adultos no vacunados que ingresaron en el hospital con COVID-19, la variante Delta se asoció con la enfermedad más grave, seguida de la variante Alfa y luego de la variante Ómicron.
Sin embargo, la variante Ómicron se asoció a una enfermedad crítica importante y a la muerte, ya que el 15 por ciento de los pacientes ingresados en el hospital con la variante Ómicron (vacunados y no vacunados) evolucionaron hacia la ventilación mecánica invasiva, y el 7 por ciento murieron en el hospital.
Los pacientes vacunados que ingresaron en el hospital con COVID-19 tuvieron una gravedad de la enfermedad significativamente menor que los pacientes no vacunados para todas las variantes.
Se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede establecer la causa, y los investigadores reconocen que puede haberse producido algún error en la clasificación de las variantes. Además, no tuvieron en cuenta las posibles diferencias en el tratamiento clínico durante los periodos en los que predominaban las variantes Alfa, Delta y Ómicron, lo que podría haber afectado a los resultados.
No obstante, afirman que se trata de un estudio amplio con una evaluación rigurosa del estado de vacunación y de los resultados más allá del ingreso hospitalario, lo que sugiere que los resultados son sólidos.
Como tal, dicen que las vacunas de ARNm «se asociaron con una fuerte protección contra los ingresos hospitalarios con COVID-19 debido a las variantes Alfa, Delta y Ómicron» y que la vacunación contra la COVID-19, incluyendo una tercera dosis de una vacuna de ARNm, «es fundamental para proteger a las poblaciones contra la morbilidad y la mortalidad asociadas a la COVID-19».