Andrew Coster, comisionado de Policía de Nueva Zelanda, descartó el uso de la fuerza para disipar la movilización, optando más bien por la negociación con los manifestantes; el movimiento está inspirado en la de los camioneros de Ottawa, Canadá.
Sídney (Australia), 18 feb (EFE).- Las protestas de grupos antivacuna continúan por undécimo día cercando el Parlamento de Nueva Zelanda, mientras la Policía indicó este viernes que busca negociar con los manifestantes para dispersar la concentración.
Las autoridades expresaron su preocupación ante el bloqueo de las carreteras por los vehículos de los manifestantes que pueden impedir el acceso de los servicios de emergencia, en caso de que fuera necesario, apuntó en un comunicado el comisionado de la Policía, Andrew Coster.
El oficial descartó cualquier actuación por la fuerza contra los manifestantes debido a que existiría «un alto riesgo de crear daños mayores a los que actualmente ocasiona la protesta», si bien el pasado día 10 ya arrestaron a 120 personas.
«Según nuestra evaluación, la única opción segura en este momento es un enfoque continuo en la desescalada», subrayó Coster al asegurar que continúan «avanzando para lograr un compromiso con los principales grupos» que conforman la concentración.
Mientras, la protesta, inspirada en el movimiento canadiense «caravana por la libertad» que se centra principalmente en rechazar la obligatoriedad de la vacunación para trabajadores en sectores esenciales, persiste y no muestra signos de agotamiento.
«La cantidad de personas, estructuras y vehículos ha seguido creciendo en las últimas 24 horas. La policía también anticipa que un número significativo de personas se unirá a la protesta durante el fin de semana», apuntó el comisionado, al cifrar, según medios locales, en unos 800 los actuales manifestantes y 450 vehículos.
Conforme a un sondeo publicado este viernes por el diario Stuff, el 30 por ciento de los neozelandeses apoya la protestas y el 61 por ciento la rechaza, con un nueve por ciento de indecisos, apunta la consultora Horizon Research.
Algunos vecinos de la capital han comenzado a quejarse del impacto que tiene la manifestación en sus vidas cotidianas y denuncian el supuesto acoso de parte de los manifestantes.
In front of Parliament in Wellington, New Zealand, the Maori people return for their 10th day of protests against Jacinda Ardern and the WEF agenda, refusing to bow down to a one-world government. pic.twitter.com/96yqTGSITR
— The Vigilant Fox ? (@VigilantFox) February 17, 2022
«La gente de Wellington ha tenido suficiente de esta actividad ilegal, acoso y perturbación, tenemos que pedir que terminen de manera inmediata», apunta una misiva recogida por el diario New Zealand Herald y firmada por decenas de líderes locales y alcaldes.
Nueva Zelanda, cuyo Gobierno implementó una de las estrategias contra la COVID-19 más estrictas del mundo con confinamientos con pocas infecciones y el cierre de las fronteras internacionales, acumula 26 mil 935 infecciones de COVID-19 y 53 fallecidos y tiene a un 94 por ciento de la población diana con la pauta completa.
Según los datos oficiales, el número de infecciones va al alza y este viernes se confirmaron mil 884 nuevos casos.
El Gobierno de la laborista Jacinda Ardern, que fue aplaudida mundialmente al inicio de la pandemia por su gestión de la COVID-19, anunció la reapertura escalonada de las fronteras internacionales, que comienza a final de mes y se completará en octubre.