La OMS alertó sobre el bajo acceso que los pacientes con diabetes tipo 2 tiene a la insulina, particularmente en países de escasos recursos. Esta hormona reduce el riego de insuficiencia renal, de ceguera y de amputación de extremidades
Ginebra, 13 de noviembre (EFE).- Uno de cada dos diabéticos del tipo 2 -en la que la obesidad y el sendentarismo son factores de riesgo- no recibe insulina, advirtió hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe que reflejó las dificultades de acceso a este medicamento.
Un siglo después de su descubrimiento, la insulina sigue siendo un lujo inalcanzable para millones de diabéticos en el mundo.
La OMS expone la alarmante situación del acceso mundial a la hormona de la insulina y a la atención médica por parte de los diabéticos, lo que atribuye a unos precios elevados, a un oligopolio en el mercado y a las carencias de los sistemas sanitarios.
«Los científicos que descubrieron la insulina hace cien años se negaron a beneficiarse de su descubrimiento y vendieron la patente por un sólo dólar», dijo el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.
«Desgraciadamente, ese gesto de solidaridad ha sido superado por un negocio multimillonario que ha creado enormes brechas de acceso. La OMS está trabajando con los países y los fabricantes para cerrar esas brechas y ampliar el acceso a este medicamento que salva vidas para todos los que lo necesitan», agregó.
La insulina evita la muerte de nueve millones de diabéticos del tipo 1, cuyo organismo es incapaz de producir esta hormona, y reduce el riego de insuficiencia renal, de ceguera y de amputación de extremidades en más de 60 millones de diabéticos del tipo 2, según los datos del informe.
La enfermad ha aumentado, sobre todo en países con bajos niveles de ingresos, pero el consumo y el suministro de insulina no acompaña esta tendencia al alza, por lo que millones de personas sufren esta enfermedad, pero no reciben el tratamiento necesario.
Tres de cada cuatro personas afectadas por la diabetes tipo 2 viven en países fuera de Europa y Norteamérica.
Entre las soluciones que propone la organización para lidiar con este problema destacan el impulso a la producción y suministro de insulina humana, significativamente más barata que sus análogos (insulina sintética) e igual de eficaz; y la diversificación de un mercado actualmente controlado en un 90 por ciento por tres multinacionales mediante la promoción de fábricas locales en regiones desatendidas.
Asimismo, se plantea la regulación de precios y márgenes de beneficio para una mayor transparencia en la fijación de precios.