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El quinto episodio de El libro de Boba Fett ya se encuentra disponible a través de Disney+, con su llegada revela nuevas conexiones de la serie con el mundo de Star Wars.
MADRID, 26 de enero (EuropaPress).- El quinto capítulo de El libro de Boba Fett ha sido, para muchos de sus seguidores, el mejor episodio de la serie de Star Wars. Curiosamente, en esta entrega ha estado totalmente ausente el cazarrecompensas que da título a la ficción y el protagonista absoluto ha sido Mando. El personaje encarnado por Pedro Pascal ha retomado su historia donde la dejó el final de la segunda temporada de The Mandalorian y ha presentado importantes novedades en su trama, entre otras… la que será su nueva nave.
El quinto capítulo ha traído de vuelta a Din Djarin, el mandaloriano quien tal y como se venía rumoreando unirá sus fuerzas a las de Boba Fett junto a Fenecc Shand y Krrsantan el Negro para hacer frente al Sindicato Pyke ante la gran amenaza que representa la llegada a Tatooine del cartel de las especias.
Tras una primera parte que ahonda en la mitología de los mandalorianos y del Darksable (el legendario Sable Oscuro), Din Djarin regresa a Mos Eisley, en Tatooine, para encontrarse con la mecánica Peli Motto (Amy Sedarys) quien le había prometido un reemplazo para su nave, la malograda Razor Crest.
La deslenguada mecánica intenta convencerle para que le compre un viejo caza destartalado que necesita muchas reparaciones. Tras su reticencia inicial, Mando accede e incluso ayuda a reparar la «chatarra» que será su nueva nave… y que les sonará mucho a los seguidores de Star Wars.
Y es que, tal y como le comenta Peli Motto a Mando, se trata de un caza de combate anterior incluso a la época del Imperio. Y es que la nueva nave de Mando es un reparado (y modificado) caza estelar N-1, también llamado caza estelar de Naboo. Se trata, tal y como destaca la mecánica para convencer al mandaloriano, de «una nave hecha a mano para la Guardia Real y encargado personalmente por la Reina de Naboo». Y esa, efectivamente, no era otra que Padmé Amidala, la que luego sería gran amor de Anakin Skywalker/Darth Vader y madre de Leia Organa y Luke Skywalker.
Precisamente, la aparición más destacada de esta nave hasta ahora en la saga tuvo lugar en el Episodio I, La amenaza fantasma, cuando el todavía niño Anakin Skywalker pilotó uno de estos cazas de combate para luchar durante la Invasión de Naboo.
No es el único guiño a las precuelas en este capítulo de El libro de Boba Fett, ya que cuando Mando arranca la nave ya reparada para probarla, recorre parte del mismo circuito que recorrió el joven Skywalker en la carrera de vainas.
De entre todas las modificaciones realizadas por Din Djarin y Motto, cabe estacar que, al igual que la Razor Crest, utiliza una tecnología anterior al Imperio lo que lo hace indetectable y con su velocidad compensa sus carencias armamentísticas ya que el propio Mando pudo comprobar de primera mano de lo que era capaz al dar esquinazo a dos Alas X de la Nueva República.
¿HABRÁ SITIO PARA BABY YODA?
Precisamente, después de que entre ambos restaurasen el caza, Mando le pregunta a Motto qué ha ocurrido con el sitio para los droides ya que este tipo de naves suele incluir casi siempre un droide astromecánico (de la clase que es, por ejemplo, R2-D2) para ayudar a los pilotos con las diversas reparaciones y orientarse en el espacio.
Sin embargo, la mecánica ha convertido dicho hueco en otra cabina para que el cazarrecompensas pueda transportar cómodamente sus presas para cobrar posibles recompensas… y también algún «pequeño amigo». Esto ha llevado a muchos seguidores de la saga a preguntarse si ese espacio no será para Grogu, más conocido como Baby Yoda, el entrañable personaje al que Djarin protegió hasta reunirlo con los Jedi.