Todo lo que nunca fuimos, de Alice Kellen, está narrada a dos voces. Leah y Axel comparten sus pensamientos a partes iguales, y es que es muy importante tener las dos versiones de una historia, sobre todo si esta es de amor y desamor.
Por Sara Aranda Martínez
Ciudad de México, 1 de marzo (Culturamas/SinEmbargo).– Axel y Oliver han crecido juntos. Desde que el primero llegó a Byron Bay se han convertido en más que amigos, son hermanos.
Leah es la hermana pequeña de Oliver. Viajaba en el coche en el que fallecieron sus padres. Ahora está destrozada, ha dejado de pintar y ya no es la chica risueña que Axel recuerda. Cuando este accede a acogerla en su casa durante unos meses se propone recuperarla, devolverle la sonrisa. Lo que él no sabe es que Leah siempre ha estado enamorada de él, a pesar de los diez años que les separan, a pesar de ser casi familia. Su vida está a punto de cambiar.
Todo lo que nunca fuimos está narrada a dos voces. Leah y Axel comparten sus pensamientos a partes iguales, y es que es muy importante tener las dos versiones de una historia, sobre todo si esta es de amor y desamor. Alice Kellen recoge en el libro que Mamihlapinatapai, en yanamá significa “una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean, pero que ninguno se anima a iniciar”. Eso es esta historia, un amor prohibido al que Axel y Leah se enfrentan.
El relato se desarrolla en Australia, paraíso para los surfistas. La autora consigue transmitirnos el modo de vida costero, tan relajado, tan placentero. Con sus amaneceres entre las olas y sus atardeceres cálidos. Byron Bay es el escenario idóneo para el desarrollo de esta historia, con altos y bajos, como las olas.
Tanto para los protagonistas como para la autora la música es un elemento fundamental. La discografía de Los Beatles acompaña a Leah como banda sonora de su vida, para los buenos momentos, pero también para los malos. Alice Kellen nos anima a escuchar las canciones que se mencionan durante la historia y que a ella le sirvieron de inspiración. Al inicio del libro nos deja una nota en la que nos aconseja, especialmente, escuchar tres en tres momentos muy concretos: Yellow submarine, Leti t be y The night we met, esta última de Lord Huron.
Lo extraordinario en esta historia es cómo la autora presenta el amor. Para Leah es una terapia, está destrozada por la muerte de sus padres, y alcanzar lo que toda su vida lleva pensando que es inalcanzable le ayuda a sanar sus heridas. Para Axel es una bofetada. Su mar en calma se enfurece al descubrir sus sentimientos y se rinde ante ellos, aun sabiendo que le traerá muchos problemas. Le generará muchas heridas nuevas.
El final del libro nos deja un horizonte lleno de posibilidades. Nada se concreta sobre qué será de los protagonistas y sus corazones rotos. El único consuelo es que la segunda parte de esta historia ya tiene fecha. El 30 de abril llega Todo lo que somos juntos para poder quitarnos este sabor amargo que la historia de Axel y Leah deja. ¿Volverán a ser los mismos?
Alice Kellen es una maestra de la literatura romántica. Es autora de otras novelas de éxito como Sigue lloviendo, El día que dejó de nevar en Alaska y El chico que dibujaba constelaciones. Amante de los gatos y el chocolate le encanta vivir entre las emociones que plasma en el papel.
