«Lo más importante es no satanizar o buscar falsos responsables, como hicimos con el murciélago y el SARS-CoV-2, pues se calcula que más de la mitad de las enfermedades humanas proceden de los animales y esto no es raro», señaló la especialista.
Ciudad de México, 13 de septiembre (SinEmbargo).- Más de la mitad de las enfermedades que afectan a seres humanos proviene de los animales, sin embargo, no es necesario satanizar o buscar falsos responsables como se hizo con el murciélago y el SARS-CoV-2, pidió Ylenia Márquez Peña, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló la institución universitaria en un comunicado.
“No hay evidencia que podamos contagiarnos de nuestros perros o gatos”, indicó la especialista sobre la posibilidad de transmisión de mascotas a dueños, pues aunque existe evidencia de que los animalitos de compañía sí pueden contraer el coronavirus, se trata de variedades diferentes al de la pandemia.
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— Sala de Prensa UNAM (@SalaPrensaUNAM) September 11, 2021
“Tenemos, por ejemplo, al CCov (o coronavirus canino), que genera cuadros de gastroenteritis o incluso un padecimiento pandrómico, o al FCov (coronavirus felino), capaz de desembocar en la muy mortal peritonitis infecciosa felina”, señaló Márquez y ahondó que los patógenos son ejemplos de alfacoronavirus y tienen un linaje distante de los sarbecovirus, grupo al que forma parte el SARS-CoV-2, lo que “debería dejarnos claro que los virus que afectan a mascotas y humanos no son parecidos, aunque su nombre nos suene igual”.
Por otro lado, la experta dijo que el SARS-CoV-2 ingresa al cuerpo humano por medio del receptor ACE2, mientras que los coronavirus asociados a gatos y perros utilizan la Aminopeptidasa N.
Si bien lo anterior “marca la diferencia y explica por qué las enfermedades de felinos y caninos no afectan a las personas, ni viceversa”, Márquez indicó que hay investigaciones en curso que estudian casos sospechosos donde las mascotas estuvieron en contacto con enfermos de COVID-19 para analizar los receptores ACE2 de algunos animales y determinar si el virus puede saltar del humano a ellos.
“Parece que en los animales hay una pobre distribución de estos receptores, quienes tienen más son perros y cerdos. Sin embargo, no hay que adelantar conclusiones, pues todavía hay poca evidencia sobre estos mecanismos, además de que se trata de investigaciones en curso, sin publicación oficial ni revisión por parte de pares”.
Ante la sospecha, la investigadora pidió mantener las medidas de prevención de forma estricta y no abandonar a los animalitos, así como evitar que las mascotas entren en contacto con nuestra agua y alimentos.
“Lo más importante es no satanizar o buscar falsos responsables, como hicimos con el murciélago y el SARS-CoV-2, pues se calcula que más de la mitad de las enfermedades humanas proceden de los animales y esto no es raro: convivimos con ellos, nos alimentamos de ellos e invadimos sus hogares. Que pase eso es algo natural”.