El pasado 30 de marzo, Isaac Gabriel, de 11 años, se cayó y golpeó en la cabeza durante el recreo en la primaria República Francesa ubicada en la capital de Querétaro. No se sabe si él se cayó solo o si lo empujaron, la única versión que tiene la familia es la de las autoridades escolares, las cuales en lugar de llamar a emergencias se comunicaron con la mamá del pequeño.
Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).– Isaac Gabriel era un niño alegre, le gustaba bailar, cantar y jugar con sus hermanos y amigos hasta que un día su vida cambió drásticamente al sufrir una caída durante el recreo que lo dejó parapléjico debido a la atención tardía que recibió por parte de las autoridades escolares, de acuerdo con el diagnóstico médico dado a su mamá cuando lo ingresó al hospital de donde luego de 104 días salió atado a una cama y con daño neuronal irreversible.
“Entregué a un niño un 30 de marzo caminando en una escuela, consciente, sonriente, y recibí un niño mal y hasta hoy tengo la oportunidad de tenerlo en casa con sus hermanos, pero me lo llevo en cama”, dijo Citlali Magaly Maya, madre de Isaac Gabriel, al salir del hospital.
El pasado 30 de marzo, Isaac Gabriel, de 11 años, se cayó y golpeó en la cabeza durante el recreo en la primaria República Francesa ubicada en la capital de Querétaro. No se sabe si él se cayó solo o si lo empujaron, la única versión que tiene la familia es la de las autoridades escolares, las cuales en lugar de llamar a emergencias se comunicaron con la mamá del pequeño.
Citlally Magali Maya Aboites, madre de Isaac Gabriel, recibió una llamada por parte de la directora de la primaria alrededor de las 11 de la mañana de ese 30 de marzo donde le informó que su hijo se había caído, pero que se encontraba bien, sólo lloraba mucho y querían que ella lo tranquilizara.
“Me hablan diciéndome que había sufrido un resbalón, pero la maestra lo tomó con calma. Me pasaron a mi hijo y nada más lloraba; le pregunté si quería que fuera por él y me dijo que sí”, contó Citlally Magali en entrevista.
Cuando Citlally llegó a la escuela encontró a su hijo llorando sentado en una jardinera; la maestra se le acercó y le dijo que ya le habían hecho las curaciones necesarias a Isaac, pero que quería que “lo apapache la mamá”.
Al salir de la primaria el niño empezó a vomitar y al llegar a la Clínica 9 del IMSS le dijeron que su estado era grave y tenía que ser trasladado a otro nosocomio.
Al ser trasladado en una ambulancia tuvo el primer paro respiratorio y al llegar al Hospital del Niño y la Mujer le diagnosticaron trauma craneoencefálico.
«En la clínica 9 del IMSS fue donde me dijeron que el niño iba muy mal, le aparecieron otros síntomas, se empezó a quitar la ropa, le preguntaron cosas como su nombre o el mío y él desvariaba», recordó Citlally. «No sé ni cómo se cayó, la maestra afirmó que se había resbalado sobre su propia altura, pero entonces cómo es que la reacción fue tan grave».
El bufete Abogados Asociados, que asesora el caso del niño Juan, quien fue quemado por sus compañeros en una telesecundaria de Querétaro, también asumió la defensa de Isaac y busca que la Fiscalía estatal esclarezca si la caída del menor realmente fue un accidente.
«Este menor estaba adentro de su escuela, no se sabe si se cae o lo empujan. El problema es que la maestra le marca a la mamá, pero no marca al 911», explicó el abogado Ernesto Carreño. «La opinión del perito médico señala que la secuela neurológica de Isaac fue por un retraso en la atención, no estamos diciendo si fue la maestra, fue un retraso de la atención».
Fabián García, otro de los abogados, aseguró que en el caso de Isaac hay una manipulación por parte de la maestra del niño porque sin ser experta en primeros auxilios lo levanta de su caída, lo lleva a identificar su mochila, pero no llama al 911.
«Si veo a una persona que se cae y se golpea la cabeza, lejos de levantarlo, sino soy un profesional de la salud, llamó a emergencias», destacó.
Citlally refiere que cuando llegaron al Hospital del Niño y la Mujer le dijeron que tenía que levantar un acta porque no se sabía si lo golpearon o aventaron.
«Yo levanté una denuncia en la Fiscalía número 4 por abuso de menor. Yo exijo que se investigue, que me den una respuesta lógica del porqué el niño está tan mal. La directora me dijo que ella no vio cómo se cayó, que el niño llegó a la dirección con la maestra, que se deslindaba de toda responsabilidad», mencionó al destacar también la omisión de la Fiscalía de Querétaro. «No ha hecho las investigaciones correspondientes».
NECESITAN AYUDA PARA LOS GASTOS MÉDICOS
Luego de 104 días hospitalizado, Isaac fue dado de alta el pasado 12 de julio del Hospital del Niño y la Mujer en Querétaro, aunque su salida fue en ambulancia. Su mamá y hermanos acondicionaron un cuarto especial para él, con una cama y máquinas que fueron proporcionadas por la Unidad de Servicios para la Educación Básica en el Estado de Querétaro (USEBEQ) luego de insistirles en la ayuda.
Aunque no los apoyó con todos los medicamentos que requiere y en su lugar les ofreció una beca para el niño, quien no está consciente ni tiene movilidad.
«Fue ofensivo para mí, fue indignante que me ofrecieran una beca. Como que no entienden que el daño que se le provocó a mi hijo después de no actuar a tiempo. Lamentablemente Isaac es un niño que necesita mucha rehabilitación, un regreso a clases es imposible. Isaac Gabriel sigue igual, hay que ver si responde a las rehabilitaciones, pero por el momento no está consciente ni tiene movilidad», dijo Citlally Magali.
La señora Citlally, quien es madre soltera, tuvo que dejar su empleo porque no puede pagar los gastos de una enfermera que cuide a Isaac en su casa. Ahora reclama justicia, pide que se esclarezca si fue realmente un accidente lo que ocasionó la caída del niño y si las autoridades educativas fueron negligentes en su atención.
«Yo tuve que dejar mi trabajo porque no tengo para pagar a una enfermera que cuide a Isaac, yo soy madre soltera, las autoridades no se han acercado para ayudar, lo que nos dieron fue porque se lo pedimos», detalló Citlally, quien además de Isaac tiene otros dos hijos que aún van a la escuela.