Nunca antes una brecha generacional tan amplia entre quarterbacks se presentó en un Super Bowl. La edición 50 de la gran final de la NFL la tendrá cuando Peyton Manning y en Cam Newton pisen la cancha del Levi’s Stadium, dentro de dos semanas. ¿Quién alzará el trofeo Vince Lombardi al final?
Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbargo).- A mediados de noviembre todos daban por terminada la carrera de Peyton Manning. El quarterback de 39 años Manning había sufrido en la Semana 9 de la temporada regular una ruptura en la planta del pie izquierdo cuando enfrentaba a los Colts de Indianápolis. Entonces, no sólo se encendía una luz de alerta en el cuadro de Denver, sino para el mismo mariscal de campo que en otros años había sido uno de los más dominantes en la historia de la NFL, siendo cinco veces nombrado el Jugador Más Valioso de la Liga.
Sin embargo, contra todo pronóstico, Manning no sólo regresó a la titularidad, sino que ahora comanda la ofensiva de unos Broncos de Denver que buscarán el próximo 7 de febrero alzar por tercera vez en su historia el trofeo Vince Lombardi. Para el nacido en New Orleans, por su parte, esta es la oportunidad de ganar su segundo anillo de Super Bowl, luego de que ganara el juego final de la temporada por única ocasión en 2007 contra los Chicago Bears.
Si bien es cierto, que Manning está lejos de ser el tres veces campeón de la Conferencia Americana, su defensiva ha sabido compensar sus puntos débiles y falta de precisión en los momentos importantes. Ahora, de nueva cuenta, monarca de la AFC, tiene la oportunidad no sólo de retirarse en el «juego grande» de la temporada, sino de hacerlo de una manera inmejorable: ganando la edición 50 del Super Bowl.
Sin duda, un argumento que podría haber sido escrito en Hollywood, pero que, en lugar de eso se dictó en medio de una de las peores tormentas de nieve que han azotado a la Unión Americana, con toda esa épica y mística que tanto caracteriza a los partidos definitorios de futbol americano y hacen de este deporte el más popular de EU.
Sin embargo, si por un lado se tiene la historia del héroe vapuleado que llega a rastras a su última gran contienda, en frente está la de quienes dejaron con la boca abierta a más de uno en toda la temporada. El equipo que pasó de mera aplanadora a convertirse en un monstruo con el que nadie, absolutamente nadie quiere toparse.
Los Panthers son una máquina y cualquiera que haya visto al menos un partido suyo -incluida la única derrota que tuvieron en la temporada a manos de los Falcons- sabe que si algo le sobra al conjunto de Carolina son recursos para hacerle daño al rival a un punto que raya en lo humillante.
Que le pregunten, si no creen, a Seahawks y a Cardinals que fueron víctimas no sólo del poderío de Cam Newton, sino de Jonathan Stewart y Corey Brown. Con este tridente ofensivo, sumado a una asfixiante defensiva que tiene a Luke Kuechly como eje, los de Carolina pueden resolver un partido desde el primer cuarto.
Cameron Jerrell Newton es una curiosa mezcla de talento y carisma que contrasta con otros quarterbacks grises a los que el carácter opaca su talento. En el caso del oriundo de Atlanta, Georgia, su personalidad alegre no sólo contagia a sus compañeros sino que convierte a cualquier aficionado de los Panthers en un creyente. Y ahora todos en carolina tienen la firme convicción de que el Vince Lombardi estará paseándose por las calles de Charlotte después del primer domingo de febrero.
Así pues, dentro de dos semanas, Newton, el nuevo astro de la NFL, se medirá en el «superdomingo» a los Broncos de Denver, comandados por el veterano Peyton Manning. El primero, de 26 años, tiene todo un futuro por delante en la Liga y, por lo que se ve, desde ahora, apunta para que se convierta en uno de los más grandes en la historia de la NFL. Manning, por su parte, con 39 años a cuestas y ya pocas cosas que probar, está dispuesto a grabar con letras doradas su retiro y callarle la boca a todos los que lo querían mandar a casa desde noviembre.