Médicos Sin Fronteras afirmó que la transferencia de tecnología ARNm facilitaría la producción de vacunas contra COVID y otras enfermedades, lo que salvaría vidas en países de bajos ingresos.
Nueva York, 28 abr (EFE).- La organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) reiteró este miércoles su reclamo a la farmacéutica estadounidense Moderna para que comparta «urgentemente» la tecnología de las vacunas ARNm con fabricantes en los países de ingresos bajos y medios, ya que recibió una importante financiación púbica para desarrollar la vacuna contra la COVID-19.
Destacó que un estudio de la MSF arrojó que más de 100 países en Asia, África y América Latina pueden ser capaces de para fabricarla basados en esa tecnología.
El reclamo se produce antes de que Moderna celebre el jueves su junta general de accionistas, donde presentará los resultados de ventas de su vacuna, que el pasado enero recibió el apoyo total de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en inglés).
Moderna tenía hasta entonces una autorización para uso de emergencia.
⚠@Moderna_tx should transfer mRNA vaccine technology without further delay.
Over 100 manufacturers in low- and middle-income countries could produce vaccines for #COVID, other diseases and future pandemics – but only if the tech is shared. https://t.co/1Wrq3dKr2h
— MSF International (@MSF) April 28, 2022
MSF recordó que Moderna recibió una financiación pública de unos 10 mil millones de dólares, -lo que incluye casi todo el costo del desarrollo clínico y la compra de 500 millones de dosis- para desarrollar la vacuna mediante la tecnología de la ARNm.
«Es inaceptable que Moderna se haya beneficiado del dinero de los contribuyentes para desarrollar esa vacuna de gran éxito pero se niegue a compartir la fórmula con los productores del resto del mundo que tienen capacidad para producirla», señaló Mihir Mankad, asesor de salud global de MSF en Estados Unidos.
La organización afirmó que la transferencia de esa tecnología y conocimientos podría facilitar la producción de vacunas contra la COVID y otras enfermedades y permitiría a los países estar mejor preparados para futuras pandemias, lo que salvaría vidas.
«Teniendo en cuenta ese apoyo de los contribuyentes y el hecho de que Moderna haya facturado 17 mil 700 millones de dólares con la vacuna y tenga unas previsiones propias de al menos 19 mil millones en ventas, la empresa tiene la obligación de dejar de bloquear la transferencia de tecnología ARNm», insistió la ONG.
De acuerdo con los médicos, a corto plazo, dicha tecnología puede adaptarse con relativa rapidez para responder a nuevas variantes de COVID-19 y a las necesidades del suministro y a medio plazo podría constituir una opción prometedora para el desarrollo de vacunas contra otras enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis y la malaria.
Recordó que Moderna firmó un memorando de entendimiento con el Gobierno de Kenia para la primera fábrica basada en la tecnología ARNM y que apenas se conocen detalles.
Sin embargo, para MSF una forma más eficaz de promover la producción y disponibilidad de estas vacunas en el continente africano seria compartiendo su tecnología con los que tienen capacidad de producirla y que «no obstaculice» esfuerzos en marcha para desarrollar vacunas basadas en el ARNm en el Centro de Transferencia de Tecnología ARNm de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Igualmente, para MSF la farmacéutica debería comprometerse a no hacer valer las patentes en los países de ingresos bajos y medios donde se pueden producir la vacuna en los centros impulsado por la OMS, incluyendo Sudáfrica.
«La pandemia puso de manifiesto que concentrar la producción principalmente en los países de ingresos altos y en un puñado de estados de ingresos medios conduce a un despliegue segregado de herramientas y tecnologías médicas vitales, lo que en última instancia cuesta vidas», afirmó Alain Alsalhani, farmacéutico de vacunas de la Campaña de Acceso de MSF.