Hasta hace poco ignorados por científicos, estos cuerpos celestes de menos de 100 metros de diámetro podrían causar cierta destrucción en caso de impacto, aunque la mayoría de ellos se quemarían en la atmósfera.
Ciudad de México, 1 de octubre (RT).- Al analizar una base de datos global de asteroides, un equipo de astrónomos chinos calculó su comportamiento en órbita y descubrió que más de 700 de esos objetos espaciales, cuyo total se estima entre 100 mil y un millón, podrían golpear la Tierra en un siglo.
Aunque el riesgo su colisión con nuestro planeta es bajo y la mayoría de estos cuerpos celestes tienen menos de 100 metros de diámetro ―mucho más pequeños que el asteroide que causó la extinción masiva de especies hace 70 millones de años―, cada uno de ellos tiene más energía cinética que una bomba atómica, recoge el portal SCMP.
Su gran cantidad y su pequeño tamaño los convierten en objetos extremadamente difíciles de rastrear, según el profesor Gan Qingbo y sus colegas del Centro de Observación y Aplicación de Datos de Desechos Espaciales, adjunto a la Administración Nacional Espacial del país asiático.
«La identificación precisa de los objetivos de amenaza de impacto y las capacidades de alerta temprana requieren algoritmos más precisos para la determinación de la órbita y la evaluación del riesgo de impacto», reza un artículo al respecto publicado recientemente en la revista nacional Acta Astronomica Sinica.
Hasta ahora, al rastrear asteroides peligrosos para la Tierra, los objetos con un diámetro menor a 100 metros se ignoraban, considerando que la mayoría se quemarían en la atmósfera. Lo que probablemente ocurrirá con los 700 asteroides identificados, según la explicación del profesor Chen Ping, un geólogo de la Academia de Ciencias de China, que descubrió dos cráteres de impacto en la nación asiática. Además, el experto reiteró que no había razón para entrar en pánico.
Pero ignorar la amenaza podría ser costoso, según los investigadores chinos del Centro de Observación y Aplicación de Datos de Desechos Espaciales.
El estudio recordó en ese contexto que el bólido que sacudió en 2013 la región rusa de Cheliábinsk tenía solo 19 metros de diámetro, pero generó una onda de choque 30 veces mayor que la bomba atómica estadounidense que acabó con la ciudad de Hiroshima en Japón, en 1945.