Culturamas

Los siete inicios que debes evitar siempre en tu novela (si no quieres que tu lector se aburra)

16/03/2019 - 12:01 am

Algunas veces nos olvidamos de nuestro lector, de lo importante que es, y a la hora de dar forma a un texto deberíamos tener en cuenta su finalidad: que el lector nos siga desde la primera línea y hasta el final, hasta que pongamos el último punto.

Por Amalia Sánchez

Ciudad de México, 16 de marzo (Culturamas/SinEmbargo).– Hoy me gustaría hablarte de esos 7 comienzos para tu libro que siempre debes evitar si lo que quieres es mantener enganchado a tu lector.

En unas pocas líneas nos la jugamos, y depende de qué contemos para que el lector siga con nosotros, avance, o abandone el libro para siempre.

Últimamente estoy leyendo muchos libros porque estoy trabajando en mi tesis doctoral, y he caído en la cuenta de lo importante que es no solo que el libro cuente una buena historia, o que aborde un tema interesante, sino sobre todo que sea un texto con un inicio trabajado.

POR QUÉ NOS OLVIDAMOS DE LOS QUE NOS LEEN 

Algunas veces (y yo también me incluyo), cuando escribimos, nos olvidamos de nuestro lector, de lo importante que es, y a la hora de dar forma a un texto deberíamos tener en cuenta su finalidad: que el lector nos siga desde la primera línea y hasta el final, hasta que pongamos el último punto.

¿Por qué te digo esto?

Porque estoy descubriendo algunos libros que no sé cuál sería el objetivo del autor al escribirlos, pero te puedo asegurar que no era tener lectores.

En algunos de ellos, el inicio, el primer párrafo, que es el que abre la puerta al lector y el que le anima a continuar, es soporífero, aburrido, no aporta nada.

Vamos, que sigo leyendo porque no me queda más remedio, si no te aseguro que los devolvería al rincón de los “libros por leer” porque no se merecen más.

En otros artículos, para hablarte de los inicios te he puesto como ejemplo una relación sentimental que comienza: si en ese primer contacto con la otra persona no hay “feeling”, no hay más que hacer. O piensa en una comida. Si el camarero llega con el primer plato y está frío, reseco, salado, nada rico, pensarás que es un mal restaurante y no volverás más.

Pues traslada esto a un libro. Te la estás jugando a una carta. Si no consigues que en las 10 primeras líneas tu lector caiga rendido, lo habrás perdido para siempre.

Mira, hoy te traigo un listado de los inicios que nunca, recuerda bien, nunca debes escribir salvo que pretendas que tu lector use tu libro como somnífero (son solo un pequeño ejemplo, hay muchísimos más).

LOS 7 INICIOS QUE DEBES EVITAR

Inicio 1. Un comienzo estático o con poca acción.

Por ejemplo, esos inicios en los que se describe o una situación, una persona o un objeto, del tipo “Ella era alta, delgada. Su pelo, en cascada, caía sobre su espalda y hacía el efecto de una hermosa capa negra. Llevaba un vestido oscuro, diríase que algo antiguo, que no obstante lucía con armonía (…)”.

Aburre. Cansa. Y el lector no deja de pensar “¿y cuándo comienza lo bueno?”. Excepto que tu lector tenga la paciencia de Job, acabará aburriéndose, te lo aseguro.

Inicio 2. Esos capítulos donde hay muchos, cientos, miles de personajes, y que el escritor trata de presentar todos a la vez como si tuviera prisa.

Puede suceder en libros donde se describen sagas familiares. A veces también en novelas históricas. Y claro, ante tanto dato, el lector no puede asimilar esa información en tan poco tiempo. Se cansa y se aburre.

OJO CON LAS DESCRIPCIONES

Inicio 3. Esos inicios que no son más que una descripción constante.

Sí, seguro que te has encontrado con alguno.

Me refiero a esos textos en los que, en sus tres o cuatro primeras páginas solamente encuentras datos de cómo es un lugar. Una iglesia, una plaza, un bosque, una montaña…

Si estás tentado de hacer un comienzo así, pregúntate, ¿esta descripción es relevante para lo que tendré que contar después? Si respondes que no, ya sabes. O bien, ¿esta descripción puede acortarse y ser más breve? Si la respuesta es que sí, no lo dudes. Corta.

Inicio 4. Si piensas comenzar tu libro con palabras grandilocuentes, rimbombantes, para, stop.

Salvo que tu historia esté ambientada en la Edad de Oro o en la corte francesa de Luis XVI, no tiene sentido. Estos comienzos suelen echar para atrás al lector.

Todo en tu trama debe estar justificado, así que el empleo del lenguaje rebuscado y retórico, también. Si no es así, elimínalo. No tienes que demostrar que tienes un amplio conocimiento del lenguaje (se da por entendido que si escribes es así).

CUIDADO CON EL USO DEL TIEMPO

Inicio 5. Evita los inicios retrospectivos, esos en los que das pistas de lo que sucedió en un tiempo pasado.

Lo interesante en este caso es que desarrolles el conflicto principal de la historia, de esta manera conseguirás que el lector se interese y pregunte por todos los hechos, acontecimientos y acciones que al personaje le han ocurrido antes y que le llevan a verse en esa situación.

Inicio 6. Desde el punto de vista formal, huye de inicios formados por párrafos seguidos, sin frases sueltas, sin puntos y aparte, sin formato.

Un inicio no son tres páginas escritas seguidas, sin parar y sin darle un respiro al lector. Lo que conseguirás con un arranque así es que tu lector no pase de la primera página, te lo aseguro, por muy interesante que sea lo que le estás contando.

Inicio 7. ¿Recuerdas esos comienzos referidos al tiempo?

Me refiero a esos tipo “Hace muchos, muchos años…” o “Desde que comenzó a escribir hace 15 años…”

Están muy usados. Agotados. Gastados.

A excepción de casos en los que un comienzo así sea necesario para explicar los sucesos que van a venir después, trata de ser un poco más original.

CONCLUIMOS

No olvides, por favor, que en tu mano está la oportunidad de que tus lectores te sigan y casi te rindan pleitesía por un buen arranque, o que por el contrario te dejen olvidado para siempre.

El primer párrafo es tu carta de presentación, tu invitación a seguir leyendo, la puerta que da acceso al resto del libro. No lo pases por alto.

Así que escapa de comienzos aburridos, demasiado descriptivos, manidos, muy utilizados o poco originales.

Te diría que redactar el inicio es lo más complicado a la hora de escribir, por eso a muchísimos autores les cuesta tanto, pero también es la parte del libro que más gratificaciones te dará si consigues gustar a tu lector.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE CULTURAMAS. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Redacción/SinEmbargo
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