«Mientras que algunas naciones adquieren un número de dosis adicionales para seis o siete veces su población y anuncian terceras dosis de refuerzo, otras no han aplicado ni una sola dosis que les inyecte esperanza”, reclamó el Presidente de Colombia.
Por Claudia Torrens
NUEVA YORK, 22 de septiembre (AP) — Latinoamérica condenó el martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la falta de solidaridad en el mundo tras dejar a los países más pobres sin vacunas suficientes contra la COVID-19.
En sus discursos durante el debate global que se celebra cada septiembre, el Presidente colombiano Iván Duque denunció las “fallas del multilateralismo” para responder de manera equitativa a la pandemia y el mandatario chileno Sebastián Piñera habló del “triunfo” de la ciencia pero el “fracaso” de la política.
«En la ciencia prevaleció la cooperación, en la política el individualismo. En la ciencia reinó la información compartida, en la política la reserva», dijo Piñera durante un discurso pregrabado que se mostró en la sede de las Naciones Unidas.
El Presidente de Perú, Pedro Castillo, no fue menos.
Se sumó a la condena y propuso la firma de un acuerdo mundial entre los jefes de estado y los propietarios de las patentes “para garantizar el acceso universal a las vacunas para todos los habitantes del planeta, sin discriminación ni privilegios”.
Las Américas ha sido la región más afectada por la COVID-19 a nivel global hasta la fecha, con 87.6 millones de casos registrados y más de 2.16 millones de vidas perdidas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. La distribución de las vacunas sigue siendo desigual y pocos países de la región han alcanzado el objetivo de vacunación de 40 por ciento de la población establecido por la Organización Mundial de la Salud.
Duque señaló que “las brechas existentes» entre las naciones respecto del proceso de vacunación “son inauditas”.
«Mientras que algunas naciones adquieren un número de dosis adicionales para seis o siete veces su población y anuncian terceras dosis de refuerzo, otras no han aplicado ni una sola dosis que les inyecte esperanza”, dijo el mandatario colombiano desde el podio de la Asamblea General.
El Presidente argentino Alberto Fernández enfatizó en su discurso que las vacunas contra la COVID-19 “deben ser bienes públicos globales”.
“Argentina celebra las propuestas en materia de patentes en el marco de la OMC (Organización Mundial del Comercio), con el objeto de contribuir a promover la producción, la competencia y el desarrollo local de las vacunas”, dijo el mandatario.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, fue el primero en criticar la distribución de vacunas en el mundo el martes.
“La solidaridad brilla por su ausencia justo cuando más la necesitamos”, dijo.
Guterres agregó que la mayoría de los países ricos del mundo tiene acceso a la vacuna mientras que un 90 por ciento de los africanos aún esperan su primera dosis.
“Es una obscenidad,” dijo Guterres ante los mandatarios y funcionarios de alto nivel presentes. “Hemos aprobado el examen científico pero nos hemos ganado una F en ética”.
Por su parte, el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, habló sobre su defensa de “medidas tempranas de tratamiento” contra la COVID-19. Bolsonaro, quien contrajo el virus el año pasado, promovió en su momento la hidroxicloroquina, un fármaco antipalúdico, como tratamiento para el coronavirus. La eficacia del medicamento para este virus aún no se ha demostrado.
“No podemos entender por qué varios países, junto a un gran número de medios de comunicación, criticaron medidas tempranas de tratamiento”, dijo Bolsonaro sin mencionar el nombre del medicamento. “Ciertamente se rendirán cuentas ante la historia y la ciencia”.
Tal y como ocurre cada año, Brasil es el primer país en hablar en el debate anual de la Asamblea General. Poco después le sigue el Presidente estadounidense. Este año a Duque le tocó estar entre los primeros.
Los discursos, algunos pregrabados días antes debido a la pandemia, sirven para que cada mandatario dé su mensaje al mundo.
Duque, el Presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, el peruano Castillo, el guatemalteco Alejandro Giammattei y el hondureño Juan Orlando Hernández son algunos de los mandatarios latinoamericanos que participan en la Asamblea de forma presencial.
Castillo, Hernández, Lasso, Giammattei y el Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, se reunieron separadamente el martes con Guterres.
Por otro lado, Duque hizo en su discurso un “llamado global” para llegar a un consenso liderado por el Fondo Monetario Internacional y los bancos multilaterales para que establezcan nuevos criterios de riesgo mínimo fiscal.
“Son muchos los países emergentes que ante la pandemia han aumentado su endeudamiento y su déficit fiscal… y hoy son evaluados por calificadoras de riesgo con ojos y criterios pre pandémicos”, explicó Duque.
Colombia es uno de esos países: recientemente las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitch Ratings le quitaron el grado de inversión tras las multitudinarias protestas antigubernamentales que presionaron para que el gobierno desistiera de una reforma fiscal.
El mandatario colombiano pidió además que los países del mundo contribuyan a un fondo que ayuda a Colombia a lidiar con la masiva migración de venezolanos que salieron de su país natal y se han establecido en su país. Colombia está desarrollando un Estatus de Protección Temporal para más de 1.2 millones de migrantes venezolanos.
“Asumimos este reto sin ser un país rico y con un enorme costo fiscal”, dijo Duque. “Esta situación requiere que, a través de las mesas de donantes establecidas, se movilicen los desembolsos de los compromisos de la comunidad mundial”.
Bolsonaro también habló de migración venezolana: dijo que su país ya ha recibido a 400 mil venezolanos “desplazados por la severa crisis, política y económica, provocada por la dictadura bolivariana”.