Son tres películas que están en streaming y que podemos ver con los ojos de hoy, sin olvidar lo mucho que han luchado en el pasado estas mujeres para ser escritoras. Mary Shelley, Invisible: La historia de las hermanas Brontë y La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey reflejan hasta qué punto la literatura estuvo en la vida de las mujeres, más allá de la historia oficial.
Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).- Todas las mujeres escritoras son tan interesantes que han hecho películas en torno a ellas. En estos nuevos tiempos, la clase de “damas que escriben” aparece mucho más fuerte en filmes que trazan toda su lucha para ser publicadas, antes que ello: escribir, sin más ni más.
Lo vemos en la reciente Mary Shelley, que puedes ver en Netflix, con una Elle Fanning (hermana menor de Dakota) muy crecida y espectacular en el enamoramiento de su marido (que no era tan buen mozo como el Douglas Booth que aparece en el filme dirigido por Haifaa al-Mansour) y la no renuncia a esa escritura de lo que hoy aparece como una obra clásica a la que mucha gente se refiere y hace recreaciones todo el tiempo: Frankenstein o el moderno Prometeo.
Lo interesante de este filme es que la escritura es algo que aparece más allá de cualquier circunstancia y que convive como una especie también de revancha existencial, de castigo con la palabra a quienes abusan de nosotros. Decía la escritora Guadalupe Nettel que ella se sentaba a escribir con miles de cosas y personas de las que vengarse. Es una burla inocente, sobre todo porque existen esos seres a quienes podríamos matar, aunque pensándolo bien lo escrito queda para siempre. Tanto así que en 2016, Frankenstein o el moderno Prometeo fue la obra leída el 23 de abril, en homenaje a Mary Shelley, como parte de la celebración del Día Mundial del Libro.
Mary Shelley es la historia de ella, de su marido al que le atribuyeron primero el libro y él, en una última cuota de honestidad ¿y de amor?, confesó que ella lo había escrito, de su hermana sin talento y que cuando puede la traiciona y sobre todo de esa niña que murió a causa del frío y de la pobreza que vivían.
Haifaa al-Mansour es una mujer saudí y en este sentido, mirando la película, uno no puede olvidarse de su género y de su nacionalidad.
“Esta es una película sobre una mujer joven en busca de su voz”, dijo la directora también de La bicicleta verde.
Aunque fue discutida por la elección de Elle Fanning, ella la defiende: “Quería a Elle a toda costa. Buscaba a una actriz que fuera expresiva sin esfuerzo. Y ella es sutil y elegante como actriz. Es una de las mejores de su generación. Recuerdo verla en Super 8 y pensar que, incluso siendo una niña, destilaba madurez. Cuando la vi en Ginger & Rosa hablando con ese perfecto acento británico, supe del todo que era la persona ideal”, se expresa.
Lo cierto es que Elle Fanning se roba la película y es interesante ver cómo muchos directores a lo largo del tiempo han hecho distintas versiones de Frankenstein, pero Mary Shelley jamás fue tratada hasta 200 años de la publicación de libro.
Hija de la proto-feminista escritora Mary Wollstonecraft y del filósofo político William Godwin, la esposa del interminable poeta romántico Percy Bysshe Shelley y la madre de la ciencia ficción, la biografía de Mary Shelley es tan rica en importancia histórica como en escándalo y tragedia.
En el filme aparece Lord Byron y el libro robado a John Polidori, el autor de El vampiro. Un desagradable Lord Byron, por cierto.
LA HISTORIA DE LAS HERMANAS BRONTË
En Amazon está Invisible: La historia de las hermanas Brontë. Una historia trágica, pero que revela hasta qué punto la literatura sirve para dejar expuestas las almas sensibles e inteligentes que pueblan las vidas y van haciendo la historia de las letras, que desde su inicio no fue una historia de hombres, fue de hombres y de mujeres.
No hay una sola hermana, son tres: Charlotte, Emily y Anne, a pesar de que a lo largo de la historia literaria muchos siguen pensando en ellas como “Las Brontë”.
La directora Sally Wainwright es la creadora de Last tango in Halifax y le ha sido encargada de una nueva serie, la muy aclamada Happy Valley.
Está protagonizada por Chloe Pirrie, Finn Atkins, Charlie Murphy, Adam Nagaitis y Jonathan Pryce, un padre al que sus hijas adoran, pero que no puede gobernar ni querer a su único hijo, el perdedor y borracho Patrick Branwell.
La ferocidad larvada, la rivalidad entre ellos y los sueños sublimados en unas novelas románticas y góticas marcaron la adolescencia y la adultez de las hermanas Brontë.
En 1847 se publicó Jane Eyre, de Charlotte, Wuthering Heights (Cumbres Borrascosas), de Emily y Agnes Grey, de Anne, firmadas todas con seudónimos masculinos, pues no estaba permitido que las mujeres escribiesen.
“¿De dónde sacó esto?”, preguntó él. “Somos tres hermanas”, dijo Charlotte y entonces él comprendió, atónito, que se encontraba ante los dos escritores más célebres de Inglaterra. Presa de una repentina exaltación, las invitó a hospedarse en su espléndida residencia de Paddington. Esa noche, bajo las bujías incandescentes de la Ópera Italiana, tomada de su brazo Charlotte murmuró: “Usted sabe, yo no estoy acostumbrada a este tipo de cosas”.
Entonces, increíblemente, tres meses después murió Branwell y luego de tres meses Emily y en cuatro más Anne, los tres de tuberculosis. Tenían veintinueve, treinta y treinta y un años. Sembrado de cadáveres, el presbiterio parecía maldito. Charlotte curó su dolor intolerable con la escritura de Shirley y Vilette, sus siguiente novelas, y hasta volvió a enamorarse: guapo, pálido, pelo negro y ojos brillantes, veinticinco años, George Smith la invitó a Escocia, una propuesta escandalosa que ella aceptó”, cuenta Laura Ramos en Página 12.
UN LIBRO, UNA PELÍCULA Y EL PASTEL HORRIBLE DE CÁSCARA DE PAPA
Primero fue un libro. Lo firmaba Mary Ann Shafer. En un Londres devastado por las bombas y que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración novelesca, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro de Charles Lamb que había pertenecido con anterioridad a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta Guernsey? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con Juliet? Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la contienda, una rareza en tiempos de la ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar Guernsey, entiende que ellos y su increíble sociedad literaria serán los personajes de su nueva novela y su vida dará un vuelco para siempre.
La película está dirigida por Mike Newell y protagonizada por Lily James. Es probablemente la más comercial de las tres, pero al mismo tiempo muy divertida y que demuestra hasta qué punto la literatura estuvo en la vida de las mujeres mucho más de lo que se anima a mostrar la historia oficial. Claro que no todo es como muestra esta película, que las escritoras eran siempre bienvenidas y aplaudidas, pero bien vale un sueño.