En noviembre pasado, más de 110 países lanzaron un objetivo para recortar las emisiones de metano de las actividades humanas.
París, 23 feb (EFE).- Las emisiones de metano generadas por el sector energético, básicamente en la explotación de combustibles fósiles, son un 70 por ciento superiores a las declaradas por los países, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que pide acabar con ese despilfarro por razones medioambientales y económicas.
El metano es uno de los principales gases de efecto invernadero, responsable de alrededor del 30 por ciento del aumento de la temperatura global desde el comienzo de la Revolución Industrial, y como se disipa mucho antes que el dióxido de carbono (CO2), evitar esas fugas tendría un efecto rápido en la limitación del calentamiento global.
En un informe publicado este miércoles, la AIE explica que si en 2021 se hubieran capturado y vendido todas las fugas de metano en las operaciones con combustibles fósiles, eso hubiera supuesto un suministro añadido de 180 mil millones de metros cúbicos de gas natural.
Eso equivaldría -precisó- a todo el gas utilizado para generar electricidad en Europa y «más que suficiente para aliviar la tensión actual en el mercado».
? This morning we released our Global Methane Tracker.
Don't miss this thread from our Chief Energy Economist @tim_gould_ running through the key findings ? https://t.co/ZeEeFgYotq
— International Energy Agency (@IEA) February 23, 2022
El director ejecutivo de la agencia, Fatih Birol, destaca que «con los elevados precios actuales del gas, casi todas las emisiones de metano de la extracción de petróleo y de gas en todo el mundo podrían evitarse sin costo».
Los autores del estudio insisten en que si los países productores de gas y petróleo aplicaran las medidas de Noruega para limitar esas emisiones, el más eficiente en este terreno, las fugas se reducirían en más de un 90 por ciento.
La situación es muy desigual entre unos y otros. El pasado año se confirmaron volúmenes importantes de emisiones en Texas (EU) o en algunos países de Asia Central, especialmente en Turkmenistán.
Pero la AIE puntualiza que los satélites actuales no ofrecen una imagen exhaustiva ya que no permiten una evaluación de las regiones ecuatoriales o de las áreas más al norte, de forma que quedan fuera del radar las principales zonas de producción de petróleo y gas de Rusia.
Después del hundimiento histórico en el consumo y en la producción de hidrocarburos en 2020 por el choque de la COVID, en 2021 las emisiones de metano generadas por el sector energético subieron algo menos del cinco por ciento, lo que las situó en los niveles de 2019.
?"Cutting methane pollution is the fastest way to mitigate climate change … The IEA’s new report provides important insight on the scale of this climate action opportunity.”
?? @ClimateEnvoy John Kerry on our Global Methane Tracker → https://t.co/5P1F4QfU80 pic.twitter.com/TXzyifbwIO
— International Energy Agency (@IEA) February 23, 2022
Ese crecimiento fue inferior al del uso general de la energía, lo que para la AIE pone en evidencia que algunos esfuerzos para limitar las emisiones pueden estar ya dando sus frutos.
El pasado mes de noviembre, más de 110 países lanzaron durante la cumbre climática de Glasgow un objetivo para recortar las emisiones de metano de las actividades humanas -lo que incluye la agricultura, el sector energético pero también en otras fuentes- en un 30 por ciento para 2030.