Se acumulan masacres en Celaya al sumar nueve muertos en un bar de San José el Nuevo, mientras nuevos ataques a policías agregan uso de explosivos como funesto ingrediente; funcionarias estatales se contradicen al explicar y sale a relucir de nuevo el posible terrorismo.
-Con información de Verónica Espinosa y Martha Silva
Guanajuato, 7 de agosto (PopLab).- La del viernes 5 de agosto en la comunidad de San José el Nuevo fue una noche en vela para sus pobladores. Otra vez, como el paso de un huracán, un embate criminal los enlutó y puso el nombre de la comunidad de voz en voz, en las páginas de noticias. Como pasa con Celaya, como pasa con Guanajuato, donde lo mismo se asesina a policías que a niñas y niños, solos o en familia, o a clientes y empresarios en establecimientos, mientras que el surgimiento de nuevas formas de atentar contra las vidas, como es el uso de explosivos para atacar a corporaciones, tampoco atina a ser explicado por las autoridades.
“Los tres amigos”, un bar “clandestino” -por carecer de permiso y logos, aunque se conocía ampliamente de su existencia en la zona- fue el lugar donde un nuevo ataque armado terminó en otra masacre que se suma a la acumulación de asesinatos múltiples, particularmente en este municipio. Nueve personas murieron y cuatro más están hospitalizadas por heridas de bala.
“Diario, diario, diario, diario es muertes… nos están obligando a que nosotros nos hagamos justicia por nuestra propia mano”, encaró una mujer al Secretario de Seguridad ciudadana municipal, Jesús Rivera Peralta, quien se presentó en el lugar después de consumada la masacre.
“No tenemos respuesta de ustedes las autoridades, ¡no tenemos respuesta, señor!”, fue el grito desesperado de la mujer que interpeló al funcionario mientras éste daba algunos pocos datos a reporteros.
San José el Nuevo, ubicado en la zona conurbada, quedó marcado por una fama trágica a fines de marzo, porque en una calle de esta comunidad fue abandonada e incendiada una camioneta con los cuerpos de los integrantes de la banda musical “Los Chuparrecio”.
La banda era originaria de la vecina localidad de Juan Martín, otro poblado celayense afectado por la incidencia de delincuentes a los que se identifica como dos bandos de una guerra: el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Santa Rosa de Lima.
La noche del viernes 5, varias personas esperaban y lloraban detrás de las cintas amarillas. El titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya, Jesús Rivera, precisaba que en ese momento se conocía de seis hombres y dos mujeres fallecidos, así como tres hombres y dos mujeres heridas. El sábado la Fiscalía informó que otro de los heridos murió en el hospital.
Rivera señaló que el domicilio escenario de la enésima masacre “es una construcción que la información que tenemos tiene más de dos años y medio cerrada; no tiene razón social, no tiene permiso ni nada, vendía de manera clandestina y sin permiso; no tiene acceso principal, la puerta la tiene cerrada, todo indica que tenían un acceso irregular en la parte trasera”.
Aunque en el techo del lugar había algunos letreros de marcas de cerveza y el sitio “clandestino” era popular, según POPLab pudo conocer.
A pesar del operativo de distintas corporaciones, no se ha informado de personas detenidas por estos homicidios.
Un reportero de Ágora preguntó al titular de la SSC qué falta para que la coordinación entre autoridades resulte en un freno a la violencia.
“Es un tema muy complejo, falta el apoyo social en el sentido de la denuncia, como vemos cada día más jovencitos son participantes; el tema de ayer que otro jovencito también nos ataca a una de nuestras unidades con un artefacto explosivo, y después en la persecución termina en el uso legítimo de la fuerza. ¿Qué falta? Un gran trabajo de prevención que se tiene que hacer en toda la comunidad, las 65 comunidades en las áreas urbanas hay que trabajar muchísimo, es preocupante que cada día haya más jovencitos, ¿qué es lo que falta? Crear ciudadanía, ¿dónde están las madres, los padres de esos jovencitos que están ahí, dónde está la ciudadanía? La buena ciudadanía que nos ayude en el tema de la denuncia anónima”, fueron los cuestionamientos lanzados por el funcionario.
Rivera agregaría que en esta región Laja-Bajío se observan “temas muy criminalizados y la participación de niñas, niños, jovencitos, menores de edad; estadísticamente, casi el 60 por ciento de las faltas administrativas y los delitos son cometidos por jovencitos de entre 14 y 26 años”.
Su explicación no puso la mirada en las políticas públicas de prevención, seguridad, procuración o impartición de justicia, sino en otro lado: “Falta trabajar mucho en la cuestión social, ¿dónde están estas familias, dónde está ese entorno? Eso no empezó ni el mes pasado, ni hace ocho meses ni el mes pasado, es una degradación que se ha venido dando por mucho tiempo y hemos venido trabajando en los temas de prevención (sic)”, cuyos detalles no dio.
Mientras el funcionario daba estas declaraciones a medios, una mujer de la comunidad lo interrumpió. “¿Entonces nuestro Gobernador qué está haciendo? ¿Qué está haciendo si sigue la misma delincuencia, de diario, diario, diario, diario es muertes? ¿Qué está haciendo nuestro Gobernador de Celaya, qué está haciendo, qué está haciendo?”, increpó al Secretario.
“El Alcalde de Celaya, se lo digo, es trabajar en los temas de prevención… este es un tema que no empezó ahorita, ni el mes pasado, es un tema que tiene años en esta región, el tema delincuencial tiene años; se ha venido avanzando, hace dos, tres años la delincuencia, era otro impacto”, fue su afirmación, que defendió con algunas cifras, como tres mil 200 detenidos en ocho meses, 41 células desarticuladas, “muchas armas decomisadas” y más de 22 mil dosis de droga incautadas.
La mujer insistió frente al funcionario: “Están haciendo que nosotros nos hagamos justicia por nuestra propia mano, ¿eso están esperando?”.
Rivera respondió con los mismos argumentos; “lo que tenemos que hacer es trabajar sociedad e instituciones en los temas de prevención, en el tema de la denuncia, en esas jovencitas y esos jovencitos que desgraciadamente personas mayores los utilizan para cometer delitos, en eso hay que trabajar mucho como ciudadanos. ¿Dónde están esas mamás, esas familias, que permiten que sus hijos menores de edad anden delinquiendo, y lo saben y se los permiten?”.
En el mismo tono, el funcionario incluso afirmó que tiene conocimiento de familias completas convertidas en células delincuenciales. “Duele decirlo, claro, y tenemos que decirlo porque lo vemos, cómo las mamás, los papás, las abuelitas, nos ha tocado como llevan a sus nietos, cuidan las armas de sus nietos; se lo digo porque los hemos detenido”.
“Eso nos toca hacer a nosotros, pero a ustedes les toca la otra parte también”, lo atajó otro vecino de San José el Nuevo. “No ha sido suficiente” lo hecho por las autoridades, le dijo a Rivera.
“Claro que no es suficiente, es muchísimo lo que hay que hacer, pero la buena sociedad tenemos que trabajar de la mano con las instituciones de seguridad, tenemos que generar ese pacto, por el bien de toda la sociedad, de los niños, de las niñas”.
Mientras tanto, se sabía que los responsables de estos asesinatos llegaron en grupo a bordo de diversos vehículos, camionetas y motocicletas a esta comunidad, ubicada en esta zona donde se localizan otras que han sido recientemente escenario de masacres similares y desaparición de personas, como Juan Martín o San Miguel Octopan.
ATACAN A POLICÍAS Y PERITOS CON EXPLOSIVOS, NO HAY CONSENSO SI ES O NO TERRORISMO
En los últimos días se han recrudecido los atentados contra policías, agentes del Ministerio Público y peritos, no sólo con armas de fuego, sino con el uso de explosivos. Producto de las balas han fallecido tres oficiales en los municipios de Valle de Santiago y Celaya. No obstante, en esta última ciudad y en Irapuato, hubo ataques con artefactos explosivos que dejaron al menos cuatro heridos, uno tras ser arrojada una granada a una patrulla en Celaya y tres más por una «granada trampa» en una vivienda en Irapuato, cuyo video de los hechos se hizo viral.
Al respecto, la interpretación de las autoridades estatales es contradictoria e incompleta, pues mientras la secretaria de Gobierno, Libia García, descarta que la explosión en una escena de crimen en Irapuato se pueda catalogar como un acto terrorista, la Secretaria Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Sophia Huett, señaló que el uso de artefactos explosivos por parte de organizaciones criminales sí tiene el objetivo de amedrentar y causar pánico entre la población, para poder extorsionar.
“Es terrorismo, literal», dijo Huett, puesto que el impacto mediático de estos hechos los posiciona mejor como grupo y les permite lograr extorsiones más efectivas, así, les sirve de «publicidad o gancho» a la hora de solicitar dinero a sus víctimas.
Libia García, por su parte, responsabilizó a pugnas entre grupos criminales y dejó en manos de la Fiscalía informar más detalles sobre este caso, mientras que el titular de esa dependencia, Carlos Zamarripa, reconoció que más que una «trampa» fue un ataque directo contra los agentes de la Fiscalía de Guanajuato, cuyo saldo ascendió a tres heridos.
Además del ataque a tiros el 28 de julio en Valle de Santiago contra un policía municipal de Salamanca que estaba de descanso, el 1 de agosto se registró en Celaya otra balacera contra una caseta de vigilancia en la avenida México-Japón, que causó la muerte a un oficial del municipio. Al día siguiente, otro elemento celayense fue herido de gravedad en la zona centro de Celaya en tanto que el día 4, también en esa ciudad, sujetos arrojaron un artefacto explosivo a una patrulla estacionada que causó heridas en un agente, pero desde la cual se inició una persecución que, tras un intercambio de disparos, dejó un delincuente muerto y dos más detenidos.
El Secretario de Seguridad Ciudadana en Celaya, Jesús Rivera Peralta, afirmó que este último ataque puede interpretarse como una provocación a la autoridad ante el gran número de capturas que se han realizado en los últimos días.
Sin embargo, el incidente más grave ocurrió este sábado 6 de agosto, cuando una agente municipal de Valle de Santiago identificada como Emma Yaritza fue asesinada por un comando armado al llegar a su casa de la colonia Las Haciendas. Otras dos mujeres fueron baleadas dentro de la vivienda; una de ellas, de 13 años, sería hija de la oficial asesinada, a quien reportan grave.
La agente ya había sido blanco de un atentado hace un par de años, del que logró escapar; esa vez los agresores fueron detenidos. No fue así en esta ocasión.