En el mapeo, donde se estudiaron restos de plantas y otros elementos se concluyó que al menos hubo dos fuegos, uno de mayor intensidad que otro, pero ninguno de la intensidad de la cual habla la llamada «verdad histórica», la cual refiere que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron calcinados en el basurero de Cocula.
Ciudad de México, 9 de febrero (SinEmbargo).– La madrugada del 27 de septiembre de 2014 no hubo fuego en el basurero de Cocula, en Guerrero, y con ello, la versión oficial de la Procuraduría General de la República (PGR) quedó científicamente descartada, aseguró este día el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
“No existen elementos científicos suficientes, por el momento, para vincular los restos hallados en el basurero de Cocula con aquellos recuperados, según la PGR, en la bolsa del Río San Juan, de donde proviene la única identificación positiva, hasta la fecha, de uno de los normalistas desaparecidos, Alexander Mora Venancio”, refiere el informe del EAAF.
Los expertos agregaron que si bien no se realizó la quema de cuerpos, sí hubo diversos eventos de fuego días después.
En el mapeo, donde se estudiaron restos de plantas y otros elementos se concluyó que al menos hubo dos fuegos, uno de mayor intensidad que otro, pero ninguno de la intensidad de la cual habla la llamada “verdad histórica”, la cual refiere que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron calcinados en el basurero de Cocula.
Sobre los restos óseos hallados en el sitio, se encontraron 19 muestras pertenecientes a huesos humanos, aunque no se sabe si pertenecen a los normalistas. Los expertos agregaron que además hubo restos indeterminados y de animales no humanos.
Este es el segundo reporte que rechaza la principal conclusión que el gobierno mexicano presentó aproximadamente hace un año sobre lo ocurrido a los alumnos, quienes la noche del 26 de septiembre de 2014 fueron detenidos en la ciudad sureña de Iguala por policías municipales y ya no se supo más de ellos.
En septiembre, expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aseguraron que tras encargar un peritaje independiente de lo sucedido en el basurero de Cocula, una localidad vecina a Iguala, se estableció que no pudieron haber sido quemados ahí los jóvenes.
La desaparición de los estudiantes ha sido uno de los golpes más fuertes que ha sufrido el Presidente Enrique Peña Nieto, quien asumió en diciembre de 2012 y ha tenido que reconocer que es una de las causas de la desconfianza social actual hacia su gobierno.
Tras el informe de los expertos de la Comisión Interamericana, el gobierno anunció que encargaría otro peritaje para analizar lo que sucedió en el basurero, lo cual no ha ocurrido hasta ahora.
El informe del EAAF, cuya elaboración tomó más de un año, incluyó un análisis multidisciplinario de diversos elementos encontrados en el basurero, como restos óseos, plantas, excremento, insectos, rocas, vidrios, casquillos y neumáticos. También se analizaron fotografías satelitales.
La conclusión de los argentinos es que en el lugar hubo múltiples incendios de diversa intensidad a lo largo de años, pero ninguno de las dimensiones necesarias para quemar a 43 personas.
A principios de 2015, el entonces Procurador Jesús Murillo Karam dijo que las investigaciones oficiales habían dado con la «verdad histórica» de lo sucedido: los estudiantes, dijo, fueron detenidos por policías municipales y entregados a un grupo del narcotráfico que los calcinó en el basurero de Cocula y luego lanzó las cenizas en bolsas a un río cercano.
Hasta ahora las autoridades han dicho que se ha identificado a dos estudiantes a partir de restos encontrados en las bolsas: Alexander Mora y Jhosivani Guerrero, aunque sólo con el primero se logró una identificación plena vía ADN.
En el caso de Guerrero, la identificación se hizo con menor certeza debido a que el deterioro de los restos sólo permitió hacer análisis genéticos experimentales que forenses, como los argentinos, consideran imprecisos.
Además, como ningún miembro del EAAF estuvo presente cuando se recogieron las bolsas, el grupo sostiene que no hay evidencia científica para asegurar que esos restos provenían del basurero.
«Fue muy bien coordinada la ‘verdad histórica’, pero las contundencias de este informe tiran su verdad histórica», dijo Mario González, uno de los padres de familia de los 43. Blanca Nava, otra familiar, expuso que las mentiras de las instituciones han dañado a los familiares. Sin embargo dijo que ellos nunca dejaron de buscar la verdad por medio de la ciencia.
Melitón Ortega, a su vez, acusó que el Gobierno inició una campaña de mentiras que afectaron la investigación, por ello demandó a las autoridades respaldar el informe de los peritos argentinos y reconfigurar la investigación.
Los padres anunciaron que buscarán, a su debido momento, castigo a todos los funcionarios que hayan participado en la » verdad histórica». Los padres de los 43 ya entregaron el informe del EAAF a la PGR y solicitaron una reunión con la Procuradora Arely Gómez.
Vidulfo Rosales, abogado del caso, dijo que las investigaciones ya no deben centrarse al basurero de Cocula, «sería desperdiciar recursos, ahí no hay nada». Los peritos de la PGR, que sostuvieron la incineración de los 43, ahora deben dar la cara a la sociedad mexicana, exclamó Santiago Aguirre, integrante del Centro Pro.