En la Cuenca Pacífico Norte, que abarca Sinaloa y Durango, el 65 por ciento del área está en sequía severa y el 35 por ciento en extrema, informa Conagua. Pequeños productores y ganaderos voltean al cielo en espera de que la temporada de lluvias que llega sea normal para que sus animales y siembras no terminen de morir.
Ciudad de México, 8 de mayo (SinEmbargo).- Francisco Meza López, productor agrícola, se dijo alarmado al saber que la presa «Luis Donaldo Colosio», la más grande de Sinaloa, está totalmente vacía. Desde hace 17 años la entidad no registraba una sequía prolongada, pero ni siquiera entonces recuerda haberla visto al cero por ciento de su capacidad.
«Hay una gran preocupación de los productores, porque en este momento tenemos nuestras presas en promedio al 8 por ciento de su capacidad. Y los ganaderos están en alerta total», dijo el también presidente de la Central Campesina Independiente en Sinaloa, entidad productora de maíz blanco, jitomate y chile, y donde desde mayo de 2020 se decretó emergencia por sequía en 14 de los 18 municipios.
«En este momento los problemas de sequía son mucho más graves que los de inseguridad. Hablamos de subsistencia. Si no se tiene agua para consumo ni para los animales no hay con quién acordarlo», comparó.
Al 30 de abril, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) registró el 87 por ciento del territorio nacional con sequía de anormalmente seco a excepcional, porcentaje no registrado al menos desde diciembre. En la Cuenca Pacífico Norte, que abarca Sinaloa y Durango, dos de los estados más golpeados por la sequía prolongada junto con Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, el 65 por ciento está en sequía severa y el 35 por ciento en extrema.
La Comisión Estatal del Agua de Sinaloa prevé que la sequía se extienda incluso a Guasave, municipio enclavado en un «sistema hidráulico fuerte». Desde diciembre, por la falta de lluvias durante 2020, la Junta Municipal de Agua Potable del turístico Mazatlán ha llevado más de mil pipas de agua a los 18 poblados rurales con sequía severa como Palmillas, El Habal y El Armadillo.
En la sierra sinaloense ya no hay pastura por la disminución de precipitaciones desde el año pasado, por lo que el ganado pierde peso y está muriendo. Incluso los ganaderos están optando por sacrificar a «los improductivos» para dejarle al resto. Sin embargo, el campesino Francisco ve un poco de esperanza ahora que entró el ciclo de trillas de maíz blanco, el más importante. El Comité Estatal de Estadística y Geografía reporta que la producción agrícola sinaloense la lidera el maíz, el jitomate, el chile, el sorgo y la caña de azúcar.
«Hace unos días la zona norte de Sinaloa arrancó su temporada de trilla de maíz. Al arrancar la trilla, llega la pastura, lo que calma un poco el alimento del ganado», aseveró.
Francisco mira a futuro. En mayo-junio comenzará la recolección del maíz y, posteriormente, inicia la temporada de lluvias. «Si nuestro ciclo de lluvias es abundante, el próximo ciclo 2021-2022 con las 550 mil hectáreas que siembra Sinaloa de maíz blanco será un ciclo normal y dejaremos una reserva de agua en las presas», previó.
«Si nos vamos al extremo negativo y el ciclo de lluvias no es normal, entonces tendremos que utilizar la estrategia de hace 17 años cuando tuvimos cinco años secos: aplicar cultivo de baja demanda de agua (frijol y sorgo) y reactivar los pozos para extraer del suelo», contrastó.
Fernando Velázquez Serrano, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sinaloa, también espera el comportamiento de las precipitaciones cuando arribe la temporada de lluvias, ya que en algunas ganaderas desde octubre están acarreando forraje para que sobrevivan.
«Son días donde la esperanza de que nos llueva es la que nos mantiene con el ánimo», dijo al diario local Noroeste. «Es demasiada la magnitud del problema. En algunas partes se está teniendo que usar el acarreo de pipas para el humano y para los animales».
DURANGO: LA MUERTE DEL GANADO
El pequeño productor de frijol Antonio Medrano también mira al cielo para determinar el futuro del ganado y cosechas de Durango, entidad donde no ha llovido desde el 15 de septiembre del 2020 y hoy el 100 por ciento de su territorio está en sequía severa o moderada.
Cuando se habla del calentamiento global, dijo, se entiende que lloverá menos y cuando llueve, por falta de un programa de captación, la intensidad desborda sus presas hacia el mar a través de los ríos.
«En 2019 y 2020 se ha visto una sequía. Y ahora en 2021 el pronóstico es de una tercera temporada de sequía», sentenció el también Ingeniero Agrónomo. «Si continúa la sequía en esta época de lluvia [que inicia en mayo-junio] y no llueve sino hasta agosto, como ocurrió en 2018, el ganado bovino no tendría forraje suficiente ni agua en abrevaderos».
Ante ese posible escenario seco, calcula, se perderá el 30 por ciento del ganado bovino compuesto por un millón 250 mil cabezas, es decir 375 mil. De ese total, la mayoría es de pequeños ganaderos que van de cinco a 30 animales, por lo que perder diez es «un golpe a la economía familiar tremendo». En el municipio Canatlán han muerto más de 500 reses sólo en este inicio del estiaje.
La Unión Ganadera Regional de Durango (UGRD) informó a la prensa local que la exportación ganadera hacia Estados Unidos también ha sido afectada por la sequía: el año pasado se exportaron 219 mil 600 cabezas de ganado, pero este ciclo van 18 mil 326 cabezas menos.
Manuel Sánchez Zamudio, Secretario de Agricultura estatal, dijo que «por lo general teníamos muerte de ganado en el estado hasta finales de junio», por lo que se adelantó dos meses. Aunque las presas están al 81 por ciento de su capacidad, casi el 40 por ciento de los cuatro mil 457 abrevaderos se encuentran con menos del cinco por ciento de agua.
Durango es el segundo productor de frijol en el país. Los otros principales cultivos son alfalfa verde, maíz y avena forrajera. De las 670 mil hectáreas de agricultura, el 70 por ciento es de temporal principalmente de frijol y maíz. «Se afectarían por lo menos 270 mil hectáreas, por lo que estamos en un estado de alerta y habría necesidad de importar de Estados Unidos», planteó Antonio.
La Comisión de Aguas del Estado de Durango está suministrando pipas de agua a diferentes localidades de al menos cinco municipios para consumo humano.
Ambos productores del norte del país coinciden en que los programas de apoyo del Gobierno federal no son suficientes, ya ni siquiera existen como el Progan y no cuentan con seguro catastrófico.
«Estamos en un estado de indefensión producto de políticas agropecuarias implementadas en los últimos 30 años y las concesiones de acuíferos a mineras», dijo el pequeño ganadero de Durango, Antonio. «El Gobierno no desconoce lo que está pasando, pero no actúa para ayudar a las familias de pequeños ganaderos y agricultores».
«No hay programa del Gobierno que no sea más que el de repartir un tercio de lo que necesita el animal para mantenerse vivo. Dicen que no hay presupuesto, pero eso no me ayuda para que mis animales no se mueran».
Desde Sinaloa, el productor Francisco Meza afirmó que en dos años no han tenido la «mano amiga» del Gobierno federal. «De todos los programas federales que se manejaban antes de 2018 no queda ni uno. Con mucha presión logramos que el Gobierno actual nos instalara Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex). Pero a dos años de que entró la institución sólo es una escuela de aprendizaje… y no tenemos ningún convenio con la Conagua».