En Latinoamérica y el Caribe, se producen 62 nacimientos por cada mil niñas adolescentes entre 15 y 19 años, lo que sitúa a la región como la segunda del mundo.
Naciones Unidas, 26 sep (EFE).- El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) urgió este sábado a tomar medidas para acabar con los embarazos adolescentes en Latinoamérica y el Caribe, la segunda región del mundo en cuanto a maternidad adolescente.
En una declaración con motivo del Día Mundial de Prevención del Embarazo Adolescente, el director regional del UNFPA para América Latina y el Caribe, Harold Robinson, reclamó a los Gobiernos «estrategias y medidas inmediatas enfocadas en la reducción» de este problema.
«La maternidad es un motivo de celebración y realización para muchas mujeres. Sin embargo, hay un momento para ser madre. La adolescencia no es el momento adecuado», subrayó Robinson.
Según recordó, la maternidad en la adolescencia trae en la mayoría de los casos «consecuencias negativas e irreversibles» y cambia «todo el proyecto de vida de la adolescente», incrementando su dependencia económica y evaporando sus perspectivas educativas y laborales.
En Latinoamérica y el Caribe, se producen según la ONU 62 nacimientos por cada mil niñas adolescentes entre 15 y 19 años, lo que sitúa a la región como la segunda del mundo.
«No debe sorprendernos que la situación se haya agudizado por la interrupción de los servicios de salud sexual y reproductiva causada por la pandemia de la COVID-19. En muchos países los centros de salud cerraron y la disponibilidad de recursos financieros para la ejecución de programas de salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenes, quedó restringida», señaló.
Además de las consecuencias para las niñas y adolescentes, el UNFPA destaca los costos económicos que el embarazo adolescente supone para el Estado y la sociedad.
Según sus cifras, el costo de cada embarazo adolescente en América Latina y el Caribe alcanzó en 2018 un promedio equivalente a mil 210 dólares anuales, un número que tiene en cuenta lo que las mujeres dejan de ingresar y, por tanto, de contribuir con impuestos.
«Multiplicado por el millón y medio de embarazos adolescentes anuales esto equivale a pérdidas de oportunidades para las madres jóvenes y para los estados superiores a mil 800 millones de dólares anuales» resaltó Robinson.