Tomás Calvillo Unna
24/11/2021 - 12:05 am
La montaña nos recuerda el más allá
Algo muy dentro de la propia noche que guardamos, se resquebrajó.
Para Concepción Calvillo de Nava
Rendija:
El cuerpo está tejido de imponderables
y resistimos
es la enseñanza de Conchita (la tía)
a sus ciento cuatro años
“nunca me he rendido“ dice
mientras mueve su cabeza afirmando
sin dejar de mirarme
y compartir
la pregunta de su silencio.
Algo muy dentro de la propia noche que guardamos,
se resquebrajó.
En estas galerías de las entrañas en la montaña,
buscamos la dosis necesaria de ternura
para comprender el balance
de nuestros quehaceres.
Sucumbimos al ego dominante y fastuoso de sí mismo.
Le otorgamos un pedestal,
y pretendimos resguardarnos bajo su sombra.
Craso error.
El pasado asemeja un péndulo,
a veces desaparece
y a veces su presencia nos sofoca.
Hay que saber atizar el fuego interior,
para que el mundo real reaparezca
y evitar la devastación:
cuando las palabras se acumulan,
amontonan y pierden su peso y sentido.
Palabrería en continua agitación
arrastrada por la fiebre de poseer y controlar.
Hemos saqueado nuestros corazones,
exigiendo lealtades
a costa de borrar los rostros
y los nombres propios.
En todo ello
desapareció la valiosa distancia
que permitía escuchar y reconocer.
Estamos atados, constreñidos,
sin el espacio y vacío necesarios
para despojarnos de lo inmediato
y su avasalladora conectividad:
su espectáculo, sus abusos,
su intervención dominante.
En esa pausa, en ese intervalo ausente,
en esos centímetros del ser,
el alma ahonda su silencio.
El sol del amanecer
trae un as bajo su manga,
y la carga de caballería
de nubes que lo acompañan,
recuerdan la dignidad del paisaje
y el poder de la montaña;
su enigmática visión
y caprichoso volumen.
Aquí estamos agradeciendo
palmo a palmo,
esta tenue luz que perdura;
a sabiendas de la fría emoción
que se esparce,
en un año
que pareciera perder el aliento
de todo un siglo por venir.
más leídas
más leídas
entrevistas
entrevistas
destacadas
destacadas
sofá
sofá