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Leopoldo Maldonado

09/04/2021 - 12:01 am

La distorsión (II): “Mañaneras” como concentración, clausura y desinformación

Nuestro análisis del primer año de Gobierno (Disonancia: voces en disputa) se enfocó en la concentración de información y el posicionamiento de agenda que la conferencia matutina significaba.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador En Su Conferencia De Prensa Matutina Del De Abril De
el Cambio De Argumento Jurídico Es Evidente Pero La Consecuencia Es La Misma No Hay Sostén Para Muchos De Los Dichos Que El Presidente Formula En Sus Conferencias Matutinas Foto Daniel Augusto Cuartoscuro

Tal como consignamos en nuestro informe “Distorsión: el discurso contra la realidad” (ARTICLE 19), durante 2020 confirmamos que el ejercicio de las conferencias de prensa matutinas de López Obrador configuró un ejercicio central de la estrategia gubernamental. Desde el principio AMLO centralizó en su figura la comunicación de la administración que encabeza. Desde la tribuna de las “mañaneras”, el Presidente pontifica, juzga, moraliza, estigmatiza, informa (en ocasiones) y… también desinforma sobre aspectos espinosos.

Nuestro análisis del primer año de Gobierno (Disonancia: voces en disputa) se enfocó en la concentración de información y el posicionamiento de agenda que la conferencia matutina significaba. También se abordó la estigmatización que se hacía de cualquier voz crítica desde esa tribuna, en particular de los periodistas, a quienes el Presidente calificó abiertamente de “adversarios”. Ello no cejó en 2020.

Con el análisis de 2020 nos percatamos que, adicionalmente, representa un instrumento preocupante de desinformación. Los “otros datos” que el Presidente dice tener —sobre todo, en materia de derechos humanos— parecen no existir en los acervos documentales de las dependencias a su cargo. Cuando el Presidente emite una declaración que tiende a desdeñar problemas como la violencia contra las mujeres o que busca estigmatizar a víctimas de la violencia criminal y de Estado, solicitar evidencia documental que sostenga sus afirmaciones tiene como consecuencia entrar a un laberinto burocrático para obtener esos “otros datos” o para, de plano, corroborar que no existen. A la larga, el farragoso, técnico y complejo camino para obtener información por los canales institucionales es un excelente disuasivo para evitar ejercicios duraderos de verificación frente a los dichos del Jefe del Ejecutivo.

Un ejemplo importante de este mecanismo se puede observar a partir de una frase repetida en diversas ocasiones a lo largo del año por el Presidente, donde afirma que “en México no se violan derechos humanos, en México no hay tortura, en México no hay masacres”. [1] Afirmaciones como ésta, en voz del Presidente, repetidas una y otra vez, forman parte de un tipo de negación de atrocidades cometidas por el Estado que tiene efectos concretos en el ejercicio de derechos, pues condiciona la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas y la sociedad. Tenemos cuatro claros ejemplos:

CIMAC Noticias presentó una solicitud de información para conocer información básica sobre quién diseñó la campaña “Cuenta hasta 10” contra la violencia doméstica y cuánto costó. Comunicación Social y Presidencia señalaron no contar con los datos y el INAI ordenó dar la información requerida. Finalmente, de acuerdo con CIMAC Noticias, ambas instituciones afirmaron haber realizado una búsqueda exhaustiva de la información y la declararon como inexistente. Hasta el día de hoy se desconoce quién diseño la campaña dentro del Gobierno y cuánto costó al erario.

–En conferencia matutina del 15 de mayo de 2020, el Presidente afirmó “Te voy a dar otro dato, que no quiere decir que no exista la violencia contra las mujeres (…). El 90 por ciento de esas llamadas que te sirven a ti de base, son falsas, está demostrado (…)”. Por este motivo, la organización EQUIS Justicia para las Mujeres realizó una solicitud de información dirigida a la Oficina de la Presidencia de la República requiriendo la fuente de dicha información y cuáles son criterios para determinar “falsa” o “procedente” una llamada. En su respuesta, Presidencia declaró la “notoria incompetencia”. Como consecuencia se desconoce la base estadística bajo la cual el propio Presidente desestimó el 90 por ciento de las llamadas de auxilio por violencia doméstica, teniendo un impacto en el ejercicio de derechos de las propias víctimas.

–La organización Elementa presentó una solicitud de información a la Oficina de la Presidencia de la República derivada de sus dichos en conferencia mañanera del 7 de enero de 2020, donde afirmó que “quienes cometen delitos violentos, por lo general, lo hacen drogados y son, en su mayoría, jóvenes”. La respuesta fue la misma: se declaró incompetente.

–En conferencia de prensa matutina del 26 de febrero de 2020, el Presidente afirmó que su Gobierno estaba realizando un análisis de las causas de la inseguridad y la violencia que impactan a la sociedad mexicana. De acuerdo con su análisis, el consumo de drogas es una de las principales. En este sentido, manifestó que 60 por ciento de las personas que han fallecido en “enfrentamientos” con las fuerzas de seguridad están bajo los efectos de drogas o de [2] ARTICLE 19 se dio a la tarea de realizar una solicitud de acceso a información pública dirigida a Oficina de Presidencia de la República. Dicha entidad se declaró incompetente para brindar la información, pero el INAI le ordenó buscar la información. Hasta el día de hoy, no ha sido encontrada y provista.

La tendencia a responder con una declaración de “notoria incompetencia” a las solicitudes de acceso a información pública pasó de cero en 2019, a 389 en 2020, por parte de la Oficina de la Presidencia. Es interesante observar que, por otro lado, las declaraciones de inexistencia de la información solicitada —tendencia identificada en nuestro informe de 2019— disminuyeron a cero en 2020. El cambio de argumento jurídico es evidente, pero la consecuencia es la misma: no hay sostén para muchos de los dichos que el Presidente formula en sus conferencias matutinas. Esta estrategia para eludir el cumplimiento de su obligación denota que la información, fuera de la voz del Ejecutivo, está clausurada, pero también que el canal de comunicación está concentrado en su figura.

La concentración en una sola fuente de (des)información pública vulnera directamente el ejercicio del derecho a la información y a la libertad de expresión cuando se clausuran otras vías internacional y constitucionalmente reconocidas para acceder a la información de los asuntos públicos.  En este sentido, la Oficina de la Presidencia de la República y la Coordinación General de Comunicación Social han tenido prácticas sistemáticas de negación del acceso a información a través de la declaratoria de inexistencia y de no competencia a pesar de que dichas solicitudes se requieren el soporte documental de dichos presentados en las conferencias matutinas.

La cereza del pastel en la pretensión de concentrar y clausurar la información la atestiguamos este año con el amago de desaparecer el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y otros organismos autónomos. En particular, el 7 de enero de este año, el Presidente señaló que preparará una reforma administrativa para que el INAI pase a ser parte de la Secretaría de la Función Pública (SFP).

Para justificarlo, se valió de varias falacias. Por ejemplo, lo oneroso del INAI, aunque la realidad es que sólo representa un centavo de cada cien pesos del presupuesto público (México Evalúa). También acusó al organismo de ser una entidad que promueve la opacidad, cuando, en los hechos, son las dependencias a cargo del propio Presidente y otros sujetos obligados a proporcionar información las que, en primer término, la niegan u ocultan. Lo cierto es que el INAI, como organismo autónomo con facultades para ordenar a las dependencias federales la entrega de información, constituye un contrapeso frente a la opacidad que caracteriza el actual Gobierno.

Por eso cuando no nos extraña que el Presidente haya señalado con información manipulada y sesgada a ARTICLE 19 en su conferencia de 31 de marzo. Ya es parte, desafortunadamente, de la estrategia de comunicación oficial basada en la desinformación, concentración y clausura de la información. Estas tendencias tienen repercusiones en la libertad de expresión, el derecho a la información y la pluralidad de mensajes e informaciones disponibles en el espacio cívico. Normalizarlo -ya no se diga aplaudirlo- sería un craso error.

[1] Video: “En México no hay masacres”, Conferencia Matutina del 14 de julio de 2020, Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=ftIK8CERQcU. El primero de septiembre de 2020 realizó una afirmación similar, ‘Ya no hay masacres en Mexico’: AMLO; pero en siete meses de 2020 se cometieron 429, Disponible en: https://vanguardia.com.mx/articulo/ya-no-hay-masacres-en-mexico-amlo-pero-en-siete-meses-de-2020-se-cometieron-429

[2] S/A, “Conferencia matutina de AMLO del 26 de febrero de 2020”, [En línea] en UnoTV, minuto 25, Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=nHOyyBX8770, [Consulta: 4 de diciembre de 2020].

Leopoldo Maldonado
Es Director Regional de ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica. Maestro en Derechos Humanos y abogado por la Universidad Iberoamericana. Es integrante del Comité Consultivo del Repositorio de Documentación sobre Desapariciones en México. Durante 15 años ha trabajado como activista y defensor de derechos humanos defendiendo migrantes, personas indígenas, periodistas y víctimas de violaciones graves a derechos humanos.
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